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El Greco Indice de Revistas Algunas notas sobre la ideología en la música.

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

El sinsentido de una vida entregada a la ideología. Un líder comunista olvidado por la Historia: Jesús Monzón.

La biografía del navarro Jesús Monzón, uno de los más importantes dirigentes comunistas españoles en los años 40, da cuenta de una singular paradoja: se salvó, probablemente, de morir en manos de sus propios camaradas gracias a que fue detenido por la policía franquista.

El libro de Manuel Martorell.

A partir de testimonios orales, fundamentalmente, el escritor Manuel Martorell Pérez ha elaborado una biografía de Jesús Monzón, importante y desconocido dirigente comunista navarro (Editorial Pamiela. Pamplona. Año 2.000. 285 páginas).

Martorell, nacido en la navarra localidad de Elizondo, periodista especialista en oriente medio, y autor del libro Los kurdos: historia de una resistencia, realiza esta incursión histórica manifestando, por otra parte, cierta curiosidad por el carlismo, del que destaca en el texto "su raíz popular, la sinceridad de su comportamiento y la profundidad de sus convicciones".

De familia acomodada afincada en el Baztán, con amigos íntimos pertenecientes a todo el espectro político de la Pamplona anterior a la guerra civil (el nacionalista vasco Estanis Aranzadi, el cedista Ignacio Ruiz de Galarreta, el tradicionalista Tomás Garicano Goñi, el republicano Ignacio Usechi, etc.), Jesús Monzón llegó a ser uno de los máximos dirigentes del Partido Comunista de España en los años 40.

Persona culta, bon vivant, tolerante, compartió en el verano de 1.934 el primer premio otorgado por la "Hermandad del Arbol" con el falangista navarro Rafael García Serrano.

Estudia en Barcelona y Madrid, simpatizando con el marxismo e ingresando en el Partido Comunista de España. Regresa a Navarra una vez finalizados sus estudios, donde pronto destacará en la pequeña agrupación regional del PCE. Llegó a organizar en Navarra una importante huelga junto a los sindicatos carlistas (huelga general en la construcción, junio 1.935), en la que demostró gran capacidad de liderazgo y de alcanzar acuerdos con fuerzas ideológicamente distintas.

La pamplonica Aurora Gómez Urrutia (de los ambientes de Izquierda Republicana) será la mujer de su vida, si bien la muerte del único hijo del matrimonio, Sergio, causará la separación de ambos durante años. Estuvo unido con otras tres mujeres en algunos periodos de su vida. Volverá con Aurora tras ser excarcelado en 1.959.

Se entrevistó con Casares Quiroga al objeto de denunciar los preparativos insurreccionales carlistas; pero el entonces Presidente del Gobierno republicano no le otorgó especial importancia.

Tras ocultarse en Pamplona, al iniciarse la guerra civil, pasa a zona republicana, donde llegó a ser Gobernador Civil de Alicante (desde el 31/07/37) y de Cuenca (desde mayo del 38).

Responsable en Francia del Partido Comunista de España al finalizar la guerra civil, reconstruye el PCE en ese país dividido por la ocupación alemana de parte del mismo, creando las bases de las que luego fueron las "Agrupaciones Guerrilleras Españolas", que se anticiparon en la "resistencia" a los mismos comunistas franceses.

Impulsa y organiza el intento de invasión del Valle de Arán, en 1.944, por varios miles de comunistas españoles procedentes de Francia. Será detenido en el interior de España en 1.945.

En 1.948 es juzgado en Consejo de Guerra y condenado a 30 años de prisión. En el aplazamiento del proceso y en la desestimación de la petición fiscal de pena de muerte influyó, sin duda, la mediación de algunos amigos navarros, bien situados en el "nuevo régimen", realizada en ese sentido.

De forma paralela, el PCE de Santiago Carrillo lo procesa y expulsa, acusándole de una retahíla, de presuntos crímenes, propia de la fraseología estalinista que se impone en el mundo comunista.

Tras casi 14 años de prisión es excarcelado, impartiendo posteriormente clases de economía en centros formativos empresariales vinculados al Opus Dei (México, Barcelona y Baleares). Muere en Pamplona en 1.973.

Jesús Monzón no ha dejado una autobiografía. Sus documentos personales tampoco nos han llegado pues, poco antes de morir, los mandó quemar a una sobrina. De haber escrito sus memorias "el partido habría quedado mal", según sus propias palabras. No quería perjudicar a un PCE que, a su juicio, debiera jugar un papel importante en el futuro político de España. Por ello, el autor se ha tenido que basar, sobre todo, en testimonios orales.

La biografía es irregular en el tratamiento de algunos periodos de la vida del protagonista. Habiendo fallecido la mayoría de las personas próximas a Monzón, que hubieran podido realizar interesantes aportaciones al respecto, la ausencia de fuentes documentales impide colmar las lagunas existentes en la biografía.

El autor, en la página 264, al narrar las enfermedades de Monzón y de su esposa, ya en los últimos meses de vida del primero, realiza la siguiente reflexión: "La muerte les atrapaba a los dos, poniendo fin fatalmente a una vida que parecía no haber tenido sentido. Toda una vida entregada a una causa pero que, en realidad, había destrozado su vida y, ahora, cuando la están recomponiendo, les cierra el paso con una barrera infranqueable".

Esa parece la conclusión final: la ideología comunista devora, no sólo a sus enemigos, sino también a sus instrumentos.

Su papel en el PCE.

Ya hemos mencionado su papel en la guerra civil, en la reconstrucción del PCE en la Francia de la segunda guerra mundial, así como en el intento de invasión del Valle de Arán.

Por otra parte, siendo dirigente del PCE, Monzón elaboró una estrategia, a mediados de la década de los cuarenta, mediante la llamada "Unión Nacional", que pretendía agrupar a toda la oposición antifranquista, desde los carlistas y alfonsinos, hasta los comunistas. En este sentido, se anticipó en muchos años a la política de "reconciliación nacional" que desarrolló años después Santiago Carrillo. Precisamente este personaje sale malparado en el libro. Como peón del estalinismo, procesará a Monzón, expulsándolo del partido. Llegará a ordenar, con motivos diversos, la eliminación física de algunos correligionarios que asumieron posiciones "monzonistas", que equiparó al "desviacionismo titista". Es significativo el papel desarrollado por Carrillo, como auténtico fiscal, en el proceso seguido en el PCE contra Carmen de Pablo, máximo dirigente del partido en Francia durante la segunda guerra mundial, sentimentalmente unida a Monzón. El autor nos describe a Santiago Carrillo como un experto interrogador, implacable y manipulador, que incurre en todos los tópicos del estalinismo, persiguiendo derrumbar política y psicológicamente a esa mujer; lo que logrará por cierto.

Tras su detención, durante su condena en prisión y consiguiente vida en libertad, Monzón no desarrollará ya ningún tipo de acción política.

Consideraciones sobre la historiografía del comunismo.

La pena de olvido, impuesta por el PCE al que fuera uno de sus más importantes e innovadores dirigentes, fue eficaz, lo que se traduce en que Monzón apenas es mencionado, cuando no ignorado directamente, en los libros y estudios publicados por los protagonistas más importantes en la historia del PCE.

Sin embargo, Joan Estruch en su reciente libro, "La historia oculta del PCE" (Temas de hoy, 302 páginas, año 2.000), le dedica varias páginas con cierta profundidad.

En cualquier caso, este autor experto en la historia del PCE, tal como lo acreditó en sus obras anteriores ("Historia del PCE, 1.920-1.939" y "El PCE en la clandestinidad, 1.939-1.956"), pese a realizar ciertas consideraciones críticas, puede enmarcarse, en palabras del historiador y crítico César Vidal ("El cultural", 12/07/2000), en una corriente "oficialista".

Mucho tememos que la experiencia de Monzón, que lleva al autor de su biografía en las páginas finales de su libro a las consideraciones vitales mencionadas, no debe enmarcarse en esa corriente historiográfica "oficialista" (uno de cuyos exponentes, Vázquez Montalbán, prologa la biografía de Monzón) que justifica al comunismo en general y al español, en particular, por su protagonismo en la lucha antifranquista. Debe hacerse, muy al contrario, dentro de la corriente expresada en "El libro negro del comunismo", cuya venta en Francia constituyó uno de los mayores éxitos editoriales de los últimos años, en contraste con los pocos miles de ejemplares vendidos en España. Pese al origen izquierdista de sus autores, los textos de esos historiadores realizan, en el libro citado, una cruda denuncia sin paliativos del comunismo, como causante de uno de los "experimentos" criminales más costosos en la historia de la humanidad.

José Basaburua jbasaburua@hotmail.com.

 



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