Arbil, apostando por los valores de la civilización cristiana

Por la Vida, la Familia, la Educación, la dignificación del Trabajo, la Unidad histórica, territorial y social de la Nación, y por la Regeneración Moral y Material de nuestra Patria y el mundo

 


Indice de contenidos

- Texto completo de la revista en documento word comprimido
- Fin de la hegemonía española
- El quebrantahuesos
- Romano Guardini: El ocaso de la Edad Moderna
- Editorial: La declaración de derechos del hombre
- La ilusión monetaria
- El desconcertante mundo de la política
- "Movimientos antisistema". Foro Social Mundial
- Navarra: el final de la calma
- Historia de la guerra
- Capitalismo, globalización y dignidad de la persona
- La realidad del aborto: la frialdad de los datos
- El progresismo que viene
- "Feminismo" católico
- Algunas reflexiones en torno al conflicto iraquí y a la actitud de los católicos.
- El ornitorrinco en la playa: los jóvenes
- También en la guerra... el hombre es un ser para el amor
- La AK, Armia Krajowa, el Ejército Nacional Polaco (1939-1945)
- Combatir por la Fe
- San Ezequiel Moreno, un obispo molesto
- Fernando el Católico y los falsarios de la historia en Zaragoza
- Crónica de la Cena-Tertulia con José Ramón Losana, presidente de la Federación Nacional de Familias Numerosas
- Texto clásico: La Historia como obligación
- Texto clásico: Deberes de participación en el campo político. Código de Malinas

Especial: El caso Rosa, típica campaña abortista

- La violación y la muerte
- Un recuerdo para Rosa
- Nueve años y cuatro meses
- La niña Rosa ha sido manipulada miserablemente


CARTAS

Arbil cede expresamente el permiso de reproducción bajo premisas de buena fe y buen fin
Revista Arbil nº 67

El quebrantahuesos

por Gerardo González

Me pregunto y te pregunto: ¿Tratamos al menos con igual mimo, con el mismo cuidado, con idéntico interés al ser humano en su origen?

 

En la pasada semana los medios de comunicación locales dieron la noticia de que había eclosionado el huevo rescatado de un quebrantahuesos, naciendo un pollo vigoroso, que incluso se pudo oír piar por la radio.

Fue una operación iniciada por la Guardia Civil, la que permitió rescatar el huevo que corría riesgo de abandono.

En una incubadora, a una temperatura constante y con un grado de humedad controlado, se había logrado salvar a una cría de quebrantahuesos.

La cría volaría de inmediato, creo que a Austria, en donde una madre sustituta lo criaría.

En pocos meses alcanzaría un peso de 5 Kg momento en que regresaría a tierras de Aragón para ser instalado en su hábitat natural del Pirineo, integrándose en su ecosistema y finalmente poder volar en libertad.

Esta bonita historia me hizo pensar.

Me alegré mucho por la noticia, soy un amante de la naturaleza y he disfrutado viendo volar en el Pirineo a quebrantahuesos, alimoches, chovas, perdices nivales etc. pero decía que la noticia me hizo pensar:

Cuando se montó la operación de rescate se planeó con la clara certeza de salvar a un quebrantahuesos, no a una yema y a una clara de un huevo.

Lo que se salvaba era un quebrantahuesos, en potencia, pero un quebrantahuesos y no un huevo.

Esta certeza, esta convicción, también explica la existencia de una normativa que prohíbe y castiga la depredación de huevos de rapaces.

Se entiende fácilmente que no se pena el robo de claras y yemas, se pena el robo de una rapaz-.

Me pregunto y te pregunto: ¿Tratamos al menos con igual mimo, con el mismo cuidado, con idéntico interés al ser humano en su origen?.

En el preciso instante en el que una célula femenina es fecundada por un gameto masculino, esa realidad nueva pasa a ser un ser humano, un alguien en potencia, pero ya un nuevo ser, irrepetible, único, singular, con vigencia y realidad plena, con la misma vigencia y realidad que aplicamos al salvamento del huevo del quebrantahuesos.

Solo necesitará unos meses -nueve- y un medio adecuado -el seno materno, para que cuando llegado el alumbramiento podamos conocer su rostro, el color de sus ojos, su expresión, sus rasgos, su identidad sexuada…

Nace esperando un nombre con el que se le llame amorosamente.

Pero al parecer el ser del hombre no posee la dignidad del quebrantahuesos, no merece una ley de protección, no se organizan operaciones para salvarle.

Diariamente miles de seres humanos son condenado a su destrucción, a su aniquilamiento, se les mata.

¿Cómo es posible que el ser humano tenga para sí un trato tan radicalmente discriminatorio? ¿Cómo es posible que exista una ley que da licencia para matar?.

¿Cómo es posible que personas que se lanzan a la calle, a millares, a cientos de miles, con el noble proyecto de parar, de evitar una guerra, permitan legislaciones que aprueban leyes de muerte?.

Que carencia de rigor en la reflexión, en el pensar, que incoherencia en los planteamientos, que bloqueo de la razón, cuanta sin razón.

Lógicamente las muertes hay que justificarla, hay que disimularla, hay que ocultarla, para que pueda estar de recibo ante lo que hoy llaman la ciudadanía, y viene la manipulación del lenguaje, hablando de interrupción voluntaria del embarazo, de control de la natalidad, de razones económicas, de razones emocionales.

Todo es válido para justificar la muerte del no nacido, todo vale si quien muere es un ser humano y no un quebrantahuesos.

Piensa, reflexiona. No te dejes manipular. Apúntate a la cultura de la vida, lucha contra la cultura de la muerte, de toda muerte, de cualquier muerte. Apúntate al AMOR.

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Gerardo González
 


Revista Arbil nº 67

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