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Turquía, entre el occidente y el oriente
En conflicto entre un futuro de bienestar en una cultura ajena y una historia gloriosa en la que se abandona.
La república turca es uno de esos
países que se encuentra en la difícil situación de formar
puente entre dos continentes. La actual Turquía es la heredera
del viejo rival de nuestro país, el imperio otomano o Sublime
Puerta, como también fue llamado. Tras un largo declinar en el
que fue perdiendo todas sus posesiones europeas, después de la
Primera Guerra Mundial, perdió sus provincias asiáticas que
fueron repartidas entre la Gran Bretaña y Francia. Este
hundimiento del imperio produjo el reparto entre las potencias
occidentales del antiguo país musulmán. Pero el resurgir del
orgullo nacional fue capitalizado por un antiguo oficial turco,
Kemal Atatürk, quien consiguió derrotar a los griegos y
expulsarlos en 1921 de la península anatólica junto al resto de
los extranjeros.
Kemal Atatürk fue el fundador de la nueva Turquía, pensó que
su país se había anquilosado y que debía escapar de la miseria
modernizándose rápidamente copiando en todo a occidente. El
laicismo se impuso y la religión islámica pasó a un segundo
orden, el alfabeto latino fue establecido como obligatorio, la
mujer conoció una libertad de oportunidades equiparable al mundo
occidental. No obstante, la occidentalización de la nación no
ha hecho desaparecer la vieja alma musulmana de este pueblo
luchador. Tras varias crisis políticas, el ejército turco ha
tenido que intervenir como garante de la unidad nacional y de las
ideas laicistas del padre de la patria, Kemal Atatürk.
La actual Turquía, es un país perteneciente a la OTAN y aliado
estrecho de los Estados Unidos. Durante décadas fue un país
fronterizo con la Unión Soviética y fuertemente armado. En
nuestro tiempo, la nación otomana conserva viejos litigios con
Grecia en el mar Egeo y especialmente en la isla de Chipre, donde
todavía el norte de la isla sigue ocupada por los turcos, para
evitar una ocasional anexión griega de la isla mediterránea.
Sin embargo, el desplome del comunismo ha permitido un
relanzamiento de su política exterior con su apadrinazgo a los
pueblos musulmanes soviéticos de lengua turca. Es el despertar
del panturanismo, viejo ideal que empieza a tomar cuerpo como
entidad de hermanamiento cultural, económico y defensivo con
azerbaijanos, uzbecos, kazajos, kirguises...
Otra línea de expansión es la protección a Albania y la Bosnia
musulmana que ejerce por su alianza con los estadounidenses. Sin
embargo, el actual gobierno de Erbakan, un viejo político
fundamentalista esta ocasionando dudas en occidente. El Partido
del Bienestar consiguió un aumento espectacular del voto
recogiendo el interés de cierta parte de la población en
reverdecer las raíces islámicas de su nación. El partido de
Erbakan gobierna en coalición con los conservadores de la Recta
Vía de Ciller y mantiene una política pragmática entre el
laicismo oficial y el islamismo. Erbakan quiere potenciar ante
las reticencias de la Unión Europea a la entrada en ésta de
Turquía un Mercado Común musulmán formado por Egipto, Siria,
Paquistán, Líbano y el norte de Africa, incluso ha firmado un
acuerdo defensivo con Israel, se recuerda que Turquía no es
árabe. A pesar de todo, el ejército garante de la herencia de
Kemal Atatürk mantiene una estrecha vigilancia sobre el gobierno
para evitar un deslizamiento hacia el fundamentalismo. El
fantasma de Argelia esta presente, pero Erbakan es un político
pragmático con 28 años de experiencia a sus espaldas y una
guerra sucia en el Kurdistán para tener al ejército alejado de
la política *
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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