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La ley y la formación de la conciencia Indice de Revistas Una sociedad sin ideales

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Editorial

 

"Y Dios no te de la paz y si la Gloria!"

Hoy reiteraría Unamuno su sentir. No es posible acomodarse en la ficticia paz que parece existir en la sociedad, que no es la paz paulina fruto de la justicia, sino la paz de los cementerios, la de miles de niños abortados que no pueden defenderse, la de las víctimas del terrorismo, la de los drogadictos muertos en vida....

La Gloria, que se busca es la gloria en el sentido clásico, la gloria que trae consigo la paz del espíritu, la de Mi paz os dejo y Mi paz os doy, la gloria acicate de los descubridores y conquistadores, la que empuja a los santos y a los sabios, a los héroes y los mártires. La gloria, que no es la fama mundana sino lo que ennoblece, honra e ilustra, es un objetivo que todos nos debemos marcar pero que nos compromete en el difícil mantenimiento de unos principios y unos valores.

Estos valores hoy no son habituales y son opuestos a los que quieren imponer de forma totalitaria los profetas del "progresismo". Los licenciantes de las patentes de pensamiento "correcto", con seguridad se posicionarán contra los contenidos de esta publicación. Ramón y Cajal ya preguntaba: "¿No tienes enemigos? ¿Es qué jamás dijiste la verdad o jamás amaste la justicia?".

La finalidad de este boletín no es agradar a estos censores sino colaborar con sus lectores para lograr pensar bien que como Balmes indica, "consiste o en conocer la verdad o en dirigir el entendimiento por el camino que conduce a ella. La verdad es la realidad de las cosas. Cuando las conocemos como son en sí alcanzamos la verdad; de otra suerte caemos en error". Pensar bien, conocer la realidad de las cosas, es nuestro objetivo.

Tras el primer número estamos satisfechos de la incidencia que ha tenido. Sin embargo no renunciamos a trabar una relación más estrecha con todos los lectores, que comporte colaboración y ayudas de índole diversa.

Queremos calentar el alma de una gran parte de nuestra sociedad, fría e indiferente ante el sufrimiento, la injusticia, el desorden moral, la esclavitud económica e intelectual y el desprecio a la vida.

Si "una vida sin propósito es una muerte prematura" (Goethe, Ifigenia, I, II) este boletín, al servicio de un proyecto global de entendimiento de la vida, es portavoz de una voluntad por mantener formas de entender la civilización conformes al derecho natural.

Nuestro compromiso con la vida

"El crimen mayor está ahora no en los que matan, sino en los que no matan pero dejan matar" (Ortega y Gasett, O.C.) Nuestra insistencia en el combate por la vida, que alguien pudiera considerar obsesión, tiene su razón. Casi todos los demás asuntos que contravienen los valores que defendemos, de una forma u otra, pueden repararse, y sus consecuencias subsanadas más tarde o más temprano, de una forma sino justa si parcial. Pero en el asunto del aborto, cada día que permanece legalizado, estamos siendo cómplices en el asesinato de multitud de niños, que sin posibilidad de defensa no tienen una segunda oportunidad. Un niño abortado no puede ser resarcido de la injusticia a que es sometido, no puede recurrir a instancia alguna, no puede esperar a que un cambio de legislación le restituyan el bien que le han robado: su vida. Ortega tienen razón porque nuestra indiferencia es causa de muerte. La muerte de un inocente que nunca se puede justificar.*


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