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Editorial.
Santiago, ¿va a cerrar España?
Cuando celebremos, a pesar de los calendarios laborales de muchas comunidades autónomas, la festividad de Santiago, Patrón de España al salir de las celebraciones litúrgicas, y preguntarnos por España, nos puede surgir la inquietud de si España va a desaparecer. Una desaparación no metafórica sino real, desaparición por la transformación legal del Estado que debe amparar la nación española, y una desaparición física de los españoles, que cada vez van a ser menos pues las tasas de natalidad españolas son las menores del mundo.
El ataque político y jurídico a la integridad de España y a la unidad de los españoles exige un cambio completo del Sistema político que padece España y que produce el paro ( a pesar del optimismo económico en España, con los índices más altos de paro de la OCDE tenemos cerca de dos millones de parados) la droga (más de un millón de drogodependientes, cada vez más jovenes y con nuevas adicciones), la delincuencia sin castigo, y la justicia inútil, la inseguridad ciudadana y el terrorismo, el injusto reparto de la riqueza, donde el PNB se reparte cada vez más favorablemente hacia el capital especulativo, el aborto donde se impide cada año que más de cincuenta mil niños lleguen a ser españoles,etc,
Pero el tema que queremos tratar ahora es el peligro que supone la desaparición España por la desparición de sus habitantes.
Para solucionar la desaparición de los españoles, se deben de tomar dos diferentes medidas políticas, complementarias y que deben de ser paralelas.
La primera y principal es la creacción de un clima social, cultural, legal y económico que favorezca la familia. La potenciación de las familias numerosas y el crecimiento de la natalidad es la medida más profunda, la que soluciona el origen y el fondo del problema. Esto exige un trabajo no solo político sino también en la sociedad transformando los valores que informan la forma de vivir de los españoles.
Esta es una medida a medio y largo plazo.
Pero también mientras, y con resultados inmediatos, se debe favorecer una emigración controlada y escogida de personas que respondan en su formación a las necesidades económicas pero también a los valores y las formas de entender la vida que conforman la cultura Española. Por ello se debe procurar la venida de ciudadanos hispanoamericanos, guineanos y filipinos, que dejando a un lado pequeños, o incluso grandes, matices de caracter, responden a una cosmovisión común y se integrarían inmediatamente, y solo con algunos roces de acomodo. Y en casos concretos estudiar la venida de ciudadanos del Este de Europa, que de cultura muy similar, en la siguiente generación formarían parte de la sociedad. Esta entrada de ciudadanos como medida de choque subsanaría el déficit poblacional inmediato y solucionaría provisionalmente, hasta el crecimiento vegetativo autóctono, la necesidad de trabajadores (y cotizantes en la Seguridad Social).
Para la pervivencia de España es necesario crear un clima de opinión pública, mientras no se pueda cambiar el Sistema, que favorezca estas dos soluciones: La defensa de la natalidad y la potenciación de la emigración selectiva.
La empresa de mantener viva España es la labor dura que nos ha tocado. Hacerla cruzar el camino dificil para llevarla a momentos de plenitud.
Rogemos pues a nuestro Señor Santiago para que de nuevo nos ayude a reconquistar esta España sojuzgada, para que cuando nuestros hijos nos pidan cuenta podamos, satisfechos, responder que participamos en un nuevo renacer de España, y se la entreguemos unida, no uniformizada, grande, no empobrecida, y libre, no sometida a la cosmovisión que quiere imponer el Nuevo Orden mundial.
Estamos seguros de que Santiago volverá, en un nuevo Clavijo, a ayudar a sus patrocinados para que de nuevo recuperen su dignidad y valores que les hicieron un gran pueblo al servicio de grandes ideales.
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"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
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