Si naciste en España después de 1985 eres un superviviente con suerte

Uno de cada tres niños concebidos es asesinado con la complicidad del Estado, de sus Gobiernos, de su Parlamento... y con tu dinero

Portada revista 53

IV Centenario de Sor Maria de Jesús de Agreda (1602-1665) Indice de Revistas ¿Quo vadis Italia?

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Educar en serio.

La educación no solo es información sino formación, por lo que exige la enseñanza de los valores transcendentes que reclama nuestra naturaleza humana

Todas las culturas de todos los tiempos desde que el hombre es hombre, culturas vírgenes, no "tocadas" por ideólogos, se han planteado la búsqueda de un ser supremo, su relación con algo que nos supera. Algo que está por encima de nuestra naturaleza.

Nadie, de una manera sincera, en ninguna época de la historia de la humanidad, ha logrado evitar el sentimiento de que, de alguna forma, con nuestro comportamiento en este mundo nos jugamos el futuro.

El ateísmo es la concreción práctica de la filosofía positivista actual. "Sólo vale lo que se ve". "Sólo merece la pena lo que es útil a corto plazo". Pero intelectualmente es una postura desasosegante. Ningún hombre sano puede aceptarlo sin sentir una cierta duda, un cierto desasosiego. Esto es así porque esa necesidad de búsqueda está impresa en la naturaleza humana: forma parte de lo que es el hombre.

Ya sé que ahora no está de moda hablar de cosas trascendentes. Las cosas trascendentes son incómodas, nos exigen unos ciertos comportamientos que requieren un esfuerzo. Pero una cosa es la moda y otra cosa es la realidad. Déjame que te lo repita, está impresa en la naturaleza humana esa necesidad de búsqueda, esa necesidad de tener un cierto comportamiento en la vida, y eso le ha pasado a todas las culturas de todos los tiempos.

Si un padre no educa aquí está obviando, rechazando quizá el anhelo más íntimo del hombre.

Yo diría que muchos de los problemas que las familias están soportando en estos momentos, tienen -en parte- su base en no haber educado a los hijos en este terreno. En no haber formado al hombre en esta necesidad tan profunda. Si uno la evade en su tarea educativa, ha dejado de formar a la persona en su totalidad y está diciendo a los hijos: "Todo vale".

Lógicamente para formar hay que formarse, si uno no sabe no podrá formar, si uno no vive lo que defiende, no podrá educar.

¿Queremos tan poco a los hijos para evitar darles formación en una materia tan importante para ellos?.

No olvidemos que, al estar esta necesidad impresa en la naturaleza humana, no formar en esta materia es, de hecho, un acto contra los hijos.

José María Contreras.



IV Centenario de Sor Maria de Jesús de Agreda (1602-1665) Portada revista 53 ¿Quo vadis Italia?

Cartas al director, sugerencias y colaboraciones

Buzon Pulse aquí para enviar correo



"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil

La reproducción total o parcial de estos documentos esta a disposición de la gente siempre bajo los criterios de buena fe y citando su origen.