Vietnam, un país bajo el "telón de bambú" .

Ochenta millones de personas también todavía bajo la tiranía comunista. Unos ocho millones de ellos especialmente perseguidos y violentados por un sistema que cuenta con la benevolencia de los Estados Unidos y la Unión Europea, y permite la vulneración de los derechos humanos a cambio de la liberalización económica (nuevos trabajadores en condiciones de esclavitud laboral para las fábricas de las multinacionales ).

El antiguo país vietnamita ha sufrido distintas experiencias bélicas.

Entre los siglos XV y XVII tuvieron que contener las ansias expansionistas del imperio chino.

Dentro de sus fronteras se opusieron a la difusión del catolicismo siendo martirizados 125.000 cristianos vietnamitas. En el siglo XIX la persecución se activó, y entre sus víctimas estará el Beato Valentín de Berrio Otxoa, un padre dominico español, natural de Elorrio (Vizcaya).

La respuesta contra la persecución fue una expedición franco-española que posibilitó el dominio francés de la península indochina, aunque gracias a las cualidades castrenses del general español Palanca.

Los franceses se mantuvieron en Vietnam hasta 1954, aunque durante la Segunda Guerra Mundial fue temporalmente ocupada por los japoneses. Los guerrilleros comunistas de Ho Chi Minh con las armas abandonadas por los nipones lucharon contra Francia y desde 1949 contaron con ayuda de la China de Mao que posibilitó la victoria de Dien Bien Phu.

A partir de entonces, Vietnam se encontró partido en dos países distintos por el paralelo 17. El norte controlado por los comunistas, y el sur por el antiguo emperador Bao Dai, que quedó bajo la protección de los Estados Unidos.

Sin embargo, en el sur el régimen no consiguió consolidarse, el presidente Ngo Dinh Diem, primer católico en llegar a la primera autoridad del país, se ganó por su fe religiosa la oposición del budismo mayoritario.

La actividad del Vietcong (guerrilla comunista) ayudada desde el norte impidió la viabilidad política de un país que caminó hacia gobiernos cada vez más despóticos y corruptos.

La guerra civil llevó a los Estados Unidos a implicarse cada vez más en una guerra, que en 1969 contaba con medio millón de "asesores" norteamericanos.

Sin embargo, el testimonio directo de los medios de comunicación acrecentó en la sociedad norteamericana las ganas de abandonar el país, que se materializó en 1975.

El abandono de Vietnam del sur por los Estados Unidos sentenció la suerte del país que fue ocupado por su vecino del norte.

Los comunistas se adueñaron del país y desaparecieron todas las instituciones privadas y católicas que se habían mantenido desde siglos atrás.

Con un comunismo de los más duros del planeta, la comunidad católica (Unos ocho millones de una población de 80 millones), han tenido que ver como se convertían en objetivos predilectos de la policía secreta por su cercanía a la cultura occidental, independencia de criterio y creencia en un paraíso no predicado por los líderes del partido.

Los discrepantes han sido internados en campos de concentración y los más afortunados expulsados (Más de 380.000 católicos vietnamitas viven en Estados Unidos).

En la actualidad el régimen mantiene una dura política restrictiva contra los católicos, siendo marginados en la vida laboral y social.

Aunque un país que depende esencialmente de sus exportaciones de arroz (tercer exportador del mundo) y algo de petróleo, se está abriendo al mundo exterior. La ventana de un futuro progreso vietnamita es la zona del antiguo Saigón (actual ciudad de Ho Chi Minh), la más dinámica y desarrollada en sus actividades económicas y sociales, coincidiendo con la que tuvo mayor presencia del catolicismo.

José Luis Orella.

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