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Prevengámonos frente a la mentira Indice de Revistas El carácter totalitario de la nueva Ley de Partidos

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

La imposición de la economía financiera sobre la economía real.

Los recientes informes negativos de la norteamericana Moody´s sobre Repsol y La Caixa han obligado a ambas compañías a realizar procesos de desinversión para obtener liquidez y reducir endeudamiento. El poder financiero dicta las políticas de la economía real. ¿Hasta cuándo? ¿Con qué independencia? Por otra parte, la economía capitalista necesita mejores herramientas de control, pero sobre todo necesita una revolución ética que situe al ser humano en el epicentro de la actividad económica.

Tras el escándalo del caso Enron y de las cuentas secretas del BBVA se ha producio un apasionante debate público sobre el papel de los auditores en el ejercicio de la transparencia financiera. Los responsables de otorgar veracidad contable a la información proporcionada por las sociedades han sido demonizados en un ejercicio de sacrificio del chivo expiatorio de los males de la sociedad capitalista.

El capitalismo liberal sin embargo se enfrenta a males muy superiores que la connivencia del auditor con su cliente. El capitalismo liberal debe de afrontar con urgencia un debate ético que permita recuperar el orden. Mientras que la economía siga siendo un fin y el mercado permanezca deificado, los riesgos permanecerán en erupción. Porque no es posible construir una sociedad, si esta no está basada en la sagrada dignidad del ser humano, hijo de Dios y comprado al precio de la sangre de Cristo.

Los intentos de los teóricos del capitalismo se orientan sin embargo a establecer controles que garanticen que el "dios mercado" reorganice los recursos de forma eficiente. Olvidan sin embargo que la "sabiduría" del mercado no puede expresarse cuando se entiende que la organización de los egoismos personales mediante la mano invisible deviene en el bien común. Bajo esta óptica liberal se entienden con facilidad los desajustes a los que estamos asistiendo.

Unos desajustes que sobrepasan con mucho los controles actuales y los que pudieran establecerse. Ni los auditores ni los mecanismo de supervisión financiera (Banco de España, Comisión Nacional del Mercado de Valores y la Dirección General de Seguros) son capaces de garantizar las buenas prácticas mercantiles. De la misma forma que la Guardia Civil no es capaz de asegurar el control de la inmigración ilegal. La fuerza del hambre empuja a miles de hombres y mujeres a arriesgar su vida en el Estrecho. Igualmente, el "hambre" de rentabilidades más vistosas puede empujar a financieros y empresarios a la realización de prácticas incompatibles con la transparencia financiera y la moral.

"Tenemos que enterarnos de una vez que lo que necesitamos en el mundo de la empresa y las finanzas es espíritu de martirio", señalaba el presidente de la Asociación para el Estudio de la Doctrina Social (AEDOS) , Fernando Fernández, en la celebración del 50 aniversario de la fundación de Acción Social Empresarial (ASE). Y es que aunque las "puertas del infierno no prevalecerán", la coherencia moral en el ámbito económico probablemente exiga en el corto plazo un verdadero espíritu martirial.

Esta afirmación no es incompatible con la necesidad de incrementar los mecanismos de control. En concreto, sobre unas compañías que escasamente se encuentran bajo sospecha, pero que sin embargo marcan la tendencia de los mercados y la actividad empresarial de las sociedades cotizadas. Me refiero a las agencias de calificación financiera, un duopolio de nacionalidad norteamericana que dirige los mercados de capitales mundiales y que obliga a las compañías a tomar decisiones que probablemente no desean.

La emisión de opinión de estas agencias obdece a criterios supuestamente objetivos. Sin embargo, la actuación de estas compañías con las empresas españolas con presencia en Argentina parece obedecer más a la "doctrina Monroe" que a meras informes técnicos. Recientemente Moody´s emitía un informe en el que sometía a revisión su opinión sobre la deuda a largo plazo de la petrolera Repsol. En menos de una semana, la presidida por Alfonso Cortina ponía a la venta el 23% de Gas Natural, "la joya de la corona", la "apuesta estratégica" de Repsol. Y es que en los ámbitos financieros no había gustado nada que se empezase a calificar la deuda de Repsol con el mismo rasero que los "bonos basura".

Pero la petrolera no es el único caso. El lunes 20 de mayo, la misma agencia norteamericana emitía un informe en el que manifestaba sus dudas sobre las perspectivas de las "matildes". Desde entonces, el equipo de "Alierta mini Reuters" trabaja intensamente por deshacer esas incertidumbres. La "paz digital" obdece -en parte- a la necesidad de generar liquidez

Son sólo unos ejemplos de la "dictadura financiera". Un gobierno que se mantiene firme mientras que la evolución bursátil sea positiva. Pero el Nasdaq hace tiempo que perdió el "suelo" de los 2000 puntos y los mercados españoles llevan de rebajas desde marzo de 2000. El mismo Deutsche Bank Private Banking no observa potencial de revalorización en la renta variable...

Asistimos pues a una verdadera revolución en la que el poder financiero se resiste a doblegar su hegemonía. La economía sin embargo necesita de actividad productiva. Un mensaje que ha entendido muy bien el "seny" de La Caixa que consolida su poder en Gas Natural y que acaba de alcanzar un acuerdo con ACS-Dragados en el sector de las autopistas. La misma Freixenet apuesta ahora por el mercado argentino. Y es que "los catalanes, de los montes sacan panes"...

Luis Losada Pescador.



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