Portada revista 57

Patrick J. Buchanan y Occidente. Indice de Revistas Mas allá de la satanización de Le Pen.

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

El efecto Le Pen y el Frente Nacional en Francia.

Una brevísima presentación del hombre, de su movimiento y de quienes y de porque le votan.

Quién es Jean Maríe Le Pen y qué es el Frente Nacional, son las dos preguntas que todo el mundo se hace recientemente después de las presidenciales francesas.

En cuanto al presidente del FN, nació en el seno de una familia de pescadores de una pequeña localidad bretona (La Trinite-sur-mer) en 1928. Estudió Derecho y Ciencias Políticas, iniciando su actividad pública en asociaciones de estudiantes de clara tendencia nacionalista.

En 1956 Jean Marie Le Pen se convierte en el diputado más joven de Francia por la UPCA, grupo encabezado por Pierre Poujade que defendía los intereses de los pequeños comerciantes y artesanos. Dos años después, en la campaña electoral perderá un ojo en una disputa con un contrincante político. Sin embargo, la guerra de independencia argelina le empujará a abandonar el escaño revalidado y a incorporarse como oficial de paracaidistas en la X división. A su vuelta de la guerra perdida en Argelia, Le Pen se introduce en el mundo ultranacionalista de París. En 1972 lidera un proceso de unificación de varios grupúsculos nacionalistas sin resultado electoral. Incluso tiene que afrontar la competencia de Force Nouvelle que obtiene mayor reconocimiento internacional y practica el intrusismo en las filas de la UDF de Giscard d´Éstaing.

Sin embargo, en 1976 hereda una fortuna proveniente de un rico cementero, simpatizante de su grupo, y le da la posibilidad de sufragar los gastos electorales. Durante la presidencia del socialista Mitterrand, Le Pen deja de ser extraparlamentario al conseguir obtener de manera sorpresiva un 10 % en las elecciones europeas de 1985. Aunque ya había obtenido un cierto resultado en las municipales de Drieux dos años antes. Al año siguiente, Mitterrand cambia la ley electoral a un modelo proporcional y FN obtiene 35 diputados. El hecho no se repetirá por la vuelta al sistema mayoritario con dos vueltas en el mandato del gobierno gaullista. Sin embargo, Le Pen conseguirá mantenerse en torno al 10% en las elecciones europeas, una presencia de un 7% en las municipales y cantonales y un sorpresivo 15 % en las presidenciales de 1995. El FN parece haber llegado a su máxima altura electoral y dispone de cuatro ayuntamientos de más de diez mil habitantes.

Sin embargo, en 1998, su delfín Bruno Megret, procedente del gaullismo cree llegado su momento y se escinde con la mayor parte de los cuadros dirigentes y la mitad de la afiliación. Su Movimiento Nacional Republicano que se perfila como una derecha nacional integracionista en el sistema, siguiendo el ejemplo de Haider o Fini, no conseguirá la aceptación electoral. Un 3´5% en las europeas y un 2´5% en las recientes presidenciales. Le Pen, a pesar de su edad, 73 años consigue aglutinar el voto de protesta contra la política de cohabitación del gobierno de concentración izquierdista de Jospin y presidencial del gaullista Chirac. Su alternativa no tiene la fuerza suficiente para cambiar el país, pero si para provocar una deriva hacia los problemas de la sociedad gala.

El discurso que ha conquistado a los franceses se centra en el orden público, la objeción fiscal y la limitación de la inmigración norteafricana. El electorado frentista cuenta con un 38% de los parados, un 30% de obreros, un 19% de comerciantes y un 14% de profesionales liberales. En cuanto a la geografía lepenista, esta se caracteriza con una votación mayor del 20% en el este y el norte de Francia. Las zonas que han sufrido una fuerte reconversión industrial y cuentan con una fuerte densidad de paro, inseguridad ciudadana e inmigración. Un tercio de ese electorado procede de los diferentes grupos marginales de la derecha nacional que ha aglutinado, otro tercio de la derecha gaullista por el mensaje de seguridad ciudadana y otro tercio de los bastiones del Partido Comunista. El paro y la primacía del trabajo para los franceses han hecho que los trabajadores prefieran al FN antes que a sus opciones tradicionales de izquierda.

En definitiva, el voto por el FN es un voto que se sabe, por el sistema electoral vigente, impide que un partido fuera del sistema pueda hacerse con una parte del poder. Sin embargo, algunos colectivos sociales más sensibilizados por los problemas de inseguridad pública o económica pretenden con su voto al FN presionar al gaullismo hacia una política más cercana a sus intereses.

J.L. Allero.



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