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La reconquista cristiana de Sicilia (1061-1091) Indice de Revistas La vida española a principios del siglo XX

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

La Europa social: el Catolicismo ante el naciente Capitalismo..

Algunos aspectos de forma sintetizada que describen la ingente acción teórica y práctica, espiritual e histórica de la Iglesia respecto a la llamada "Cuestión Social". Un fenómeno, un hecho, un acontecimiento fundamental para la Historia Social, Económica, del Trabajo, de las Instituciones y el Derecho relacionado con lo anterior, etc. y, claro, para los miles de beneficiados de tal acción a través de la Historia, para la Historia de la Humanidad misma, en definitiva, que, sin embargo es ignorado, obviado, minimizado sistemáticamente, de la Historia ocultada, tan fundamental sin embargo, para la Historia de Europa y de la Humanidad.

Para muchos, el Manifiesto Comunista publicado por Carlos Marx en 1848 constituye una especie de acta de constitución del movimiento social opuesto al capitalismo; sin embargo, mucho antes de que triunfara la Revolución liberal burguesa de 1830, que de forma tan decisiva contribuyó a la consolidación del Capitalismo en Europa, y especialmente en la Católica Francia, autores como Chateaubriand, De Maistre o De Bonald, en Francia, o Müller, Von Busz y Franz Baader en Alemania, analizaron el Liberalismo y sus calamitosas consecuencias para las sociedades humanas, planteando frente a él, alternativas basadas en un recio y profundo Catolicismo.

En 1825 el doctor Fodéré, publica su Ensayo histórico y moral sobre la pobreza de las naciones, en el que reclama protección legal de los salarios, previsión social para los accidentes de trabajo, enfermedad y vejez, así como protección para las familias. Poco después, en 1828, aparece El libro de los afligidos, al que le sigue Economía política cristiana(1834), del prefecto Villeneuve-Bargemont, que además de teórico, fue un gran hombre de acción, al que se deben, en buena medida, la abolición del trabajo para los menores de 14 años, la Inspección legal de los talleres o la creación de cajas de ahorros y seguros, entre otras mejoras. A esto hay que sumar innumerables artículos, pastorales, cartas e informes, (carta del Obispo de Speier al gobierno bávaro describiéndole "la mas desolada situación que jamás haya pasado el proletariado industrial" - 1842 -, o el Informe sobre la cuestión obrera remitido en 1845 al rey de Cerdeña por el Obispo de Annecy), que muestran la gran sensibilidad que ante la "cuestión social" sintió la Iglesia.

Precisamente en ese mismo año de 1845, se suma a esta verdadera Cruzada, el que pasará a convertirse en uno de los referentes mas importantes del Catolicismo social: Armand de Melun que, decidido desde que leyó Vida de San Vicente de Paúl, a hacer a sus "hermanos todo el bien que esté en mis manos", - según sus propias palabras-, comenzó a fundar diversas Obras de Caridad, cuya actividad pronto advirtió necesaria, pero insuficiente, lo que le lanzó a una actividad pública mas eficaz, llevando al Parlamento peticiones para la tutela de niños huérfanos, extinción de la mendicidad, mejoras de los Montes de Piedad, reglamentación del trabajo de los menores, seguridad social, reeducación de jóvenes delincuentes, política de salud pública, limitación de las horas de trabajo, realojos dignos para las familias obreras...

Los ejemplos de católicos comprometidos con la llamada "cuestión social" y la reforma del sistema que causaba tal "cuestión", que actuaron mucho antes de que Marx escribiera su Manifiesto, son innumerables; desde 1850, esta tendencia se acentúa, siendo una de las figuras mas destacadas las del Monseñor Von Ketteler, el marqués René de la Tour du Pin, el conde Albert de Mun, Balmes o Concepción Arenal.

Pero el revulsivo que mas conmovió y galvanizó al Catolismo fue, sin duda, la aparición en 1891 de la encíclica papal "Rerum Novarum", a la que seguiría la "Quadragesimo Anno", y que constituyen un armónico, contundente y completo manifiesto católico social, del que emanará la Doctrina Social de la Iglesia con toda su plenitud.

Ahora bien, la Doctrina social de la Iglesia, no puede entenderse como un antecedente de la llamada Teología de la Liberación; para saber mas y comprender mejor la refutación de la Iglesia a la TL, ver las Instrucciones Libertatis nuntius (1984), y Libertatis Conscientia (1986), o los extractos recogidos por Ricardo De La Cierva, en "La hoz y la Cruz".
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Jorge M. Quintana jmquintana78@hotmail.com



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