Portada revista 59

Alegría fundamental. Indice de Revistas De la Polis griega a la civitas christiana II (La Res publica romana).

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

La "resaca" de Bush.

A los escándalos contables de Enron, se suman ahora los de Worldcom, Tyco, Xerox, Repsol, Vivendi, AOL, Bush y Cheney. Estados Unidos anuncia reformas mercantiles para otorgar transparencia al mercado, mientras que en España se prepara el Código Olivencia-2 y se anuncia un nueva ley de OPAs. Sin embargo, el estado policial no funciona. Urge una revolución ética no exenta de espiritu martirial

El pasado 15 de julio, el presidente de los Estados Unidos, George Bush, afirmó que la economía norteamericana se encuentra "resacosa". Para salir del estado de embriaguez, Bush propone "recuperar los niveles más altos de comportamiento ético en el seno de las corporaciones". Un proyecto ambicioso que sin embargo choca frontalmente con el mal ejemplo ofrecido por el mismo presidente a la comunidad inversora. La información publicada en el Washington Post sobre la venta de títulos de la petrolera Harken 16 días antes de que se conocieran sus dificultades financieras ha explosionado la desconfianza de los ahorradores que huyen del mercado de valores en búsqueda de inversiones más seguras y más transparentes. El dinero -siempre cobarde- huye de un sistema financiero donde el presidente de la "locomotora económica mundial" opera presuntamente con información privilegiada.

Cuando todavía no nos habíamos recuperado, salta la noticia de operaciones similares practicadas por el vicepresidente Cheney. Como si de una estrategia de goteo informativo se tratase, a los pocos días conocemos que la contabilidad de America on Line resulta "poco convencional". La compañía de internet se encontraba en pleno proceso de fusión con Time Warner. Una fusión por absorción en la que compañía más jovenes se "comió" a la más veterana por mor de unas valoraciones de compañías bastante especulativas.

Entonces se comenzaron a conocer las posibles dificultades en el desarrollo del comercio electrónico. AOL optó por esconder eas dificultades contabilizando en varias departamentos la misma operación de venta e incorporando como ingresos propios aquellos que generaba para la contratista Ebay. En resumen: en pleno noviazgo, AOL trataba de "agasajar" a su prometido. Un cortejo que de momento ya le ha costado el puesto al director ejecutivo (CCO) de la resultante, Robert Pitman.

El Viejo Continente no es ajeno a esta "ingeniería" contable. Paris se ha visto revuelta por el escándalo sobre las cuentas de Vivendi. En esencia es exactamente lo mismo que lo realizado por Enron: sacar del balance partidas que pudieran "afear" la situación económico-patrimonial de la compañía.

El argumento de monsieur "Napoleón" es que consolidar todas las partidas podría generar un "electrochoc" bursátil. Un argumento que "sensibilizó" a los auditores de Andersen que validaron la operación y que hizo dudar a los mismos responsables de la COB (el organismo homólogo a nuestra Comisión Nacional del Mercado de Valores). Finalmente, la actuación honesta del auditor francés Salustro permitió destapar la operación y produjo el profetizado "crack" bursátil. Curiosamente, también unos días antes, la presidenta de FCC, Esther Koplovich, había deshecho su alianza estratégica con Vivendi, sustituyéndola por el acuerdo con Vivendi Medioambiente, la filial de la corporación no tocada por la crisis.

Madrid también ha sido objeto de "creatividad" contable. La petrolera hispanoargentina Repsol YPF contabilizó 400 millones de dólares el pasado 31 de diciembre por un contrato de venta en siete años realizado con una sociedad del grupo domiciliada en un paraíso fiscal. La operación sería transparente si no fuera porque la citada sociedad no tiene actividad comercial y ha revendido la mercancía a Repsol para que esta se encargue de efectuar su colocación en el mercado. Todo ello mientras que la nueva Ley Financiera trata de arbitrar sistemas para evitar la fuga de capitales a los paraisos fiscales...

En este contexto de pérdida del sentido moral en el mundo empresarial, las palabras del devaluado Bush sobre la transparencia financiera y la revitalización ética significan bastante poco. Tampoco permiten rehacer el edificio de la confianza el proyecto de ley aprobado por el Senado norteamericano que eleva a diez años de cárcel las penas para los directivos de empresas que cometan fraudes contables, así como sanciones pecuniarias que podrían llegar al millón de dólares. ¿Investigará el organismo supervisor creado, las operaciones bursátiles del presidente de los Estados Unidos, o aplicará un "laissez faire" para no perjudicar la supuesta estabilidad del sistema?

Y es que -efectivamente- asistimos a la "resaca" del "tener" sobre el "ser" y de la ausencia de criterios éticos en el ámbito empresarial. El dogma de la "maximización del beneficio" y de "la creación de valor para el accionista" se derriten por el abuso practicado por los administradores de las compañías que abandonaron el principio de empresa como comunidad humana. Los egoismos unidos no pueden producir ningún bien, porque sencillamente resulta bastante perverso que el mal -ausencia de bien- produzca resultados plausibles. ¿Cuántos "Enron" necesitamos para entender la realidad?
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Por Luis Losada Pescador.



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