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ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Opinan de la partitocrácia.

"El partido político clásico ha entrado en fase terminal. Respondía a un modelo del siglo XIX"

Las filosofías políticas basadas en el relativismo moral, que tan funestos resultados está produciendo en todo el Mundo, tienen como instrumento ejecutivo el sistema de partidos, pero aquí, desde hace años, se viene cuestionando la viabilidad de los mismos pese a que la Constitución los considera como elemento fundamental de representación política.

Un tan notorio "demócrata" como Manuel Jiménez de Parga decía hace nueve años que "los partidos nacieron en otro momento histórico y funcionaron en él: En la postmodernidad habrá que inventar otros instrumentos de participación política".

El exministro Gregorio Morán escribe que "el partido político clásico ha entrado en fase terminal. Respondía a un modelo del siglo XIX".

El politólogo Alan Brinkley escribe que "Estados Unidos está en medio de una crisis general de la democracia parlamentaria".

Periodistas del renombre de Josep Ramoneda y Josep Marti se pronuncian duramente contra la metamorfosis de los partidos que se han convertido en algo obsoleto e ineficaz, cuyos cuadros dirigentes, beneficiarios de ellos, no tienen el menor interés en reformar", algo que también decía Luis Mª Anson que añade: "Intelectuales serios, poco inclinados al aspaviento apuntan ya en España la inetavilidad de un nuevo sistema".

Pero lo curioso es que un político como Duran Lleida, en una conferencia en el Club Siglo XXI dijera, ¿sinceridad o cinismo?, que "en España existe una democracia en cierta manera secuestrada por los partidos". Y los más grave es que añada que "el voto no se entrega desde la madurez del discernimiento entre alternativas sino desde la inducción emotiva de mensajes prefabricados"

¿Donde está, pues, la legitimidad de quienes se llenan la boca con la supuesta voluntad popular? El pretendido gobierno democrático no es, en definitva, más que una oligarquía en la que los dirigentes de los partidos crean, manipulan, y usufructúan una falsa voluntad popular que legitima "un poder autocrático y dirigido no al bien común sino a la permanencia en el poder de aquellos" Urge, pues, si la sociedad quiere sobrevivir, encontrar nuevas fórmulas de representación política entre las cuales las basadas en las estructuras naturales quizá sean, como presagió Madariaga, la auténtica solución.

Samuel Clua Palau.



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"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil

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