El Debate aparece como diario en
1911, en pleno ambiente de movilización política
por conseguir un diario católico fiel a la
Iglesia y a la Jerarquía Eclesiástica. Lo hace
impulsado por Ángel Herrera, primer presidente
de la Asociación Católica Nacional de
Propagandistas y su primer director. El Debate
estaba llamado a convertirse en el precursor del
periodismo católico moderno: un periodismo que
habría de tratar toda la realidad política y
social desde la óptica de la doctrina social de
la Iglesia. Su camino no fue fácil. Tras unos
meses en los que la propiedad efectiva del diario
fue de la Editorial Vizcaína y la posterior
transmisión de derechos a los Propagandistas, se
fundaba La Editorial Católica. De este modo y
parafraseando al profesor García Escudero mientras
que La Editorial Católica cristalizaba el equipo
de capital del diario, la A.C.N. de P. hacía lo
propio con el equipo de pensamiento.
Comenzaba la verdadera significación de El
Debate. Con un fuerte espíritu combativo articuló
todo su pensamiento bajo la luz de las encíclicas
al tiempo que se convirtió en punta de lanza de
los avances sociales más audaces del momento,
salario familiar, seguros médicos, sindicatos
católicos agrarios...Combatió la política
anticlerical de Canalejas, vio en Maura el
mejor de los males posibles y siempre abogó
por la justicia social. En 1923 invoca la
dictadura nacional ante el fracaso de las Cortes
estériles aunque a medida que el régimen de
Primo de Rivera se distancia de su base
social-católica el diario desconfía. Durante la
Segunda República, convertido ya en el principal
orientador ideológico de la derecha
y mentor de la C.E.D.A., defiende la
política de acatamiento activo de las formas de
gobierno legalmente establecida en consonancia
con la doctrina de Leon XIII, el Papa
social. Se mantuvo dentro del régimen
hasta las últimas horas republicanas y en 1935
tuvo un hermano menor, el Ya, menos
doctrinal, más ágil, popular y directo. Pero
fue precisamente esa lucha dentro de la legalidad
republicana la que llevó a El Debate a sufrir
las iras de los vencedores de la Guerra Civil, el
recelo de las autoridades franquistas hacia los
dirigentes accidentalistas; la causa para la
desaparición definitiva de El Debate y la
motivación última del dirigismo al
que hubieron de someterse todas las publicaciones
de La Editorial Católica y especialmente el Ya,
sucesor de la política social impulsada por los
propagandistas.
Pero El Debate dejaba una herencia. Había
liderado el tránsito de la Prensa religiosa
decimonómica al periodismo católico moderno, un
periodismo en el que lo religioso se convertía
en elemento fundamental de la persona. El Debate
se convirtió en máximo órgano de expresión
del catolicismo social español e inspirador de
un relevante entramado periodístico: fue el
mentor de La Editorial Católica, tronco de
publicaciones como Ya, Ideal de Granada, Hoy de
Badajoz, El Ideal Gallego de La Coruña y La
Verdad de Murcia. Además, en 1943 y de La
Editorial Católica nacía la B.A.C. Desde El
Debate se dio aliento a una obra vital de los
propagandistas, el C.E.U. y se impulsó la creación
de un instrumento de formación doctrinal, la
Escuela de Periodismo de la que todas las
Facultades de Comunicación son hoy deudoras. El
Debate supo estar en la vanguardia del
crecimiento tecnológico y contribuir a la
modernización de la Prensa española. Nombres
como los de Vicente Gallego, Aquilino Morcillo,
José María García Escudero, Nicolás González
Ruiz, Francisco de Luis, Luis Ortiz Muñoz, Pedro
Gómez Aparicio...figuran entre los ilustres
deudores de El Debate. Un gran diario moderno que
hizo entrar al periodismo católico en el siglo
XX.
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Cristina Barreiro
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