Los camisas doradas mexicanas

por Jose Diaz Nieva

¿Fascismo en México?. Hace ya algunos años apareció en las librerías mexicanas un libro de la historiadora Alicia Gojman de Backal que bajo el título de Camisas, escudos y desfiles militares. Los dorados y el antisemitismo en México (1934–1940) [ Fondo de Cultura Económica, México,2000, 566 págs ] trataba de estudiar algunos de los aspectos del desarrollo del fascismo mexicano

En lo que a Iberoamérica se refiere, el estudio de este tema se circunscribe especialmente a Argentina, Brasil y Chile. Destacan así algunos trabajos,  como los realizados por  Mario Sznajder, sobre el Movimiento Nacional Socialista en Chile, Hélgio Trindade, sobre la Acción Integralista Brasileña,  o los de Cristián Buchrucker, Fernando J. Devoto y Elena Piñeiro  sobre las relaciones entre el peronismo y el nacionalismo argentino. Junto a estos estudios podemos citar a otros, como los de Verónica Valdivia, Cristian Garay Vera o Jaime Etchepare, en relación con el caso chileno, o los de Enrique Zuleta, cuyo  libro sobre el nacionalismo argentino es ya todo un clásico. Fuera de estos trabajos debemos poner de manifiesto la total ausencia de estudios, dignos de destacar, que hagan relación al caso de la Falange Socialista Boliviana, de la Unión Republicana de Luis Ángel Flores (1931) en Perú y su vinculación con la dictadura de Sánchez Cerro, la Acción Nacional  en Uruguay, la Alianza Republicana Nacional Ecuatoriana, etc... Tal vez sea el caso mexicano el único que se escapa a esta tónica, y ello gracias al la labor realizada por historiadores como Jean Meyer  y sus trabajos sobre el movimiento sinarquista, que en el fondo respondía a un formación política de raíz social-cristiana, heredera en mayor o menor medida del movimiento cristero y de la resistencia de los católicos mexicanos a la llamada “Ley Calles” (1926),  ley  que venía a imponer ciertas limitaciones a la Iglesia Católica. Es por todo ello que el presente libro constituye sin duda una importante novedad bibliográfica para aquellos que dedican parte de su labor investigadora a estos menesteres, y para todo aquel que quiera aproximarse al tema del fascismo en la América hispana, y sobre todo en  México.

Primeramente habría que realizar algunas observaciones sobre el origen del presente trabajo que, como la autora recuerda en un breve nota al lector, surgió a raíz de un proyecto de investigación que llevaba el título de Historia oral. Testimonios de judíos en México (1987 –1990), auspiciado por la Universidad Hebraica de Jerusalén. Durante las entrevistas surgió el tema de las relación entre el incipiente antisemitismo desencadenado en la década de los años treinta en México y las actividades políticas desarrolladas por la llamada Acción Revolucionaría Mexicana, cuyos miembros eran conocidos  como “los Dorados”, por el color amarillo de sus camisas, en un intento de revindicar la herencia de las  huestes villistas.

Estos tema habrían sido tocados –tangencialmente - con anterioridad por otros autores, tales como Ricardo Pérez Monftfort o Hugh Campbell, en relación con “los Dorados”,  y los de Brigida von Mentz,  en referencia a  las relaciones entre México y la Alemania del III Reich. También se podría hacer breve mención a los diversos trabajos que, como el de Carlos Martínez Assad,  habían estudiado el tema de la rebelión del General Saturnino Cedillo en 1938, durante la presidencia de Lázaro Cárdenas. La novedad estriba, por lo tanto, en que es la primera vez que estos temas son  tratados con una visión de conjunto. La autora ya había abordado algunos de estos temas con anterioridad, tal es el caso de  "Los Camisas Doradas en la época de Lázaro Cárdenas”, publicado en  el Canadian Journal of Latin American and Caribbean Studies  (vol. 20- nº 39-40,  Ottawa, 1995, Pp. 39-64) y que no se recoge en la bibliografía final del libro, aunque sí menciona sus múltiples trabajos sobre la presencia judía y el antisemitismo en México, así como  otro trabajo  que sobre los Camisas Dorada fuera editado (en mimeo) por la Universidad de Munster (“La Acción Revolucionaria Mexicana” ).

El  libro comprende un sin fin de temas a tratar, tales como la presencia de inmigrantes en México, centrándose especialmente en la inmigración judía, y en menor medida china;  la fundación y desarrollo de la Acción Revolucionaria Mexicana;  la expansión de la doctrinas nazi-fascistas y las actividades de espionaje de los agentes del III Reich; las actividades del Servicio Exterior de la Falange  Española;  los intereses petroleros; el fortalecimiento del México revolucionario;  la rebelión de Saturnino Cedillo; las discrepancias entre Calles y Cárdenas; la sombra de EE.UU sobre la política interior de México; la II Guerra  Mundial; etc...

El libro es un tanto desigual. Se puede afirmar, por ejemplo, que  algunos capítulos, o más bien el contenido de algunos epígrafes, son de puro relleno, no aportando gran cosa  al contenido del libro.  Véase por ejemplo en el capítulo IV, al hablar de la influencia del nazi-fascismo, el epígrafe titulado “Vinculación con otros grupos de encamisados” (pp. 370 – 445) en el que se estudian los movimientos de los Camisas Plateadas en Estados Unidos ( la Legion of America  de William Duddley Pelley) y de los Camisas Negras en Gran Bretaña ( la  British Union of Fascist de Sir Oswald Mosley); en este epígrafe se analizan ambos movimientos y el entorno socio-político en el que se desarrollan, y su relación con el nazismo alemán, pero no hay ni una sola línea que los relacione con los dorados. La autora podría perfectamente haber tratado el tema de los camisas azules de Rolao Preto  y su Movemento Nacional-Sindicalista, o el Rexismo belga, por lo menos en este último caso podría haber estudiado la supuesta -o real- estadía de su líder, León Degrelle, en un campamento cristero.

El tema de Cedillo es abordado de forma tangencial, pero ello  no debe ser entendido como una deficiencia, dado que en todo caso es un tema secundario. No obstante,  cabría apuntar que Carlos Martínez Asad  ya había dedicado –tal y como se ha apuntado anteriormente- parte de sus investigaciones al tema, siendo autor de un  estudio que lleva por título el de Los rebeldes vencidos. Cedillo contra el Estado cardenista  (Fondo de Cultura Económica, México, 1990),  trabajo  que consideramos, por otra parte, de difícil  superación.

Para terminar el presente comentario no me resisto a puntualizar dos temas que creo de interés:  en primer lugar, y siguiendo la tesis apuntada, entre otros, por Ricardo Pérez Montfor (Secuencias, México, enero/abril, 1986, Pp. 66 –77) se echa de menos un mayor detenimiento de las relaciones de Elías Calles con los Dorados, en su pugna con Lázaro Cardenas. También se echa de menos alguna referencia al escritor  e intelectual mexicano Rubén Salazar Mallén. Si en México llegó a existir alguna vez una formación que realmente pueda ser calificada como fascista, ésta fue sin duda alguna la Acción Popular Mexicana, una pequeña formación liderada por este antiguo comunista (Rubén Salazar Mallén llegó a ocupar entre 1930 y 1933 la  Secretaria del llamado Socorro Rojo Internacional) que fue expulsado del seno del Partido Comunista Mexicano por David Alfaro Sequeiros a causa de  la publicación de Cariátide, una de sus obras más emblemáticas. Pese a todo, y pese a considerar a Rubén Salazar Mallén como la única representación del fascismo mexicano, no me resisto a poner de manifiesto que desde otros ámbitos se ha tratado de unir al propio Partido Revolucionario Institucionalista, más bien a su antecesor el Partido Nacional Revolucionario, con un incipiente fascismo de Estado; véanse sino las acusaciones que contra él fueron vertidas por Carlos Mariátegui (Obras Completas, tomo XII, p.65)  o los comentarios de Jean Meyer (La Cristiada, tomo I, p. 67). Ambos temas son eludidos por la autora.

El libro, por otro lado, exagera el aspecto para-fascista de los dorados; así, por ejemplo, ocurre cuando la autora pretender ver en el saludo de éstos, consistente el levantar el brazo derecho, con un ángulo de 90º y el puño cerrado, con el realizado por los fascistas, o aquel otro de establecer tal afirmación por el simple hecho de que fueran uniformados y utilizaran la violencia como método de lucha callejera, olvidando que los métodos de los camisas rojas  de Garrido Canabal no distaban mucho de los empleados por los muchachos del General Nicolás Rodríguez, jefe de la Acción Revolucionaria Nacional. También se echa de menos un análisis de las luchas internas en el seno del PNR, dado que en las pugnas entre Lázaro Cardenas y Elías Cales están muchas de las claves  de la historia y evolución de los dorados, sobre los cuales Payne ha dicho que eran “violentos, anti-semitas, anti-izquierdistas y autoritarios”,  y que “copiaban directamente los estilos y lemas” del  fascismo; “pero que sus objetivos era esencialmente contra-revolucionarios y derechistas”.

En cualquier caso, y fuera de los comentarios realizados sobre el libro, la presente obra se ha convertido sin duda en una referencia para todo aquel que quiera aproximarse a la historia política del México post-Insurgente y en el asentamiento de su Revolución, ya en tiempos de Lázaro Cardenas;  y tangencialmente una pieza obligada para el estudio de las emigraciones y asentamiento del pueblo judío en América

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Jose Diaz Nieva

Revista Arbil nº 80