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Revista Arbil nº 80

¿Existe esperanza para Tierra Santa?

por Pedro J. Martínez Recalde

Seguro que la pregunta que da título a este artículo nos la hemos hecho muchos de nosotros en multitud de ocasiones, y es que la realidad de un conflicto que lleva enquistado más de cincuenta años nos avoca a creer que el mismo no tiene solución. A raíz de haber conocido a un amigo árabe católico de Palestina y constatar de primera mano la realidad que viven los cristianos en Tierra Santa resurge la misma pregunta, y la respuesta a la misma nos lleva a confiar en la posibilidad de una solución y a no caer en la desesperación

Seguro que la pregunta que da título a este artículo nos la hemos hecho muchos de nosotros en multitud de ocasiones, y es que la realidad de un conflicto que lleva enquistado más de cincuenta años nos avoca a creer que el mismo no tiene solución. A raíz de haber conocido a un amigo árabe católico de Palestina y constatar de primera mano la realidad que viven los cristianos en Tierra Santa resurge la misma pregunta, y la respuesta a la misma nos lleva a confiar en la posibilidad de una solución y a no caer en la desesperación.

El amigo del que os hablo es Sobhy Makhoul. Sobhy Makhoul es un árabe cristiano maronita de Palestina, profesor de Teología en la Universidad de Belén y Diácono Permanente. Lo conocí a raíz de un encuentro que organizo la asociación Auzolan de Iniciativas Culturales en Pamplona. El objeto del encuentro era contarnos, desde su experiencia, la situación conflictiva por la que atraviesa Tierra Santa y, sobre todo, la situación diaria que sufren los cristianos allí y la respuesta que los mismos han dado a esta circunstancia.

Respecto a la situación actual de los cristianos en Tierra Santa, me indicó que a él, como árabe cristiano, le miran mal los árabes musulmanes y, como israelí árabe, está mal visto por los israelíes hebreos, con lo que la convivencia no es fácil con ninguno de ellos. Pese a ello, en general, a los cristianos les resulta más fácil la convivencia con los judíos porque ellos no pretenden imponer su religión a nadie, no tienen ninguna intención de ganar adeptos, ni de conseguir ninguna conversión al judaísmo. Por el contrario, los musulmanes no intentan convertir, tal y como nosotros lo entendemos, lo que buscan es imponer su religión como la única. Esta es una constante de la religión musulmana puesto que el Islam, que tuvo las primeras “conversiones” con la conquista militar de las tribus vecinas por parte de Mahoma, siempre ha entendido la expansión y conquista militar como otra forma de expansión religiosa. Esto es así hablando en líneas generales, puesto que hay musulmanes con los que se puede convivir perfectamente sin que esto genere problemas.

El momento actual.

Tras el estallido de la segunda Intifada la situación de los cristianos en Palestina ha sufrido un giro copernicano. El medio de subsistencia de la mayoría de los cristianos en Tierra Santa hasta ese momento era el turismo. El 85% aproximadamente de nuestros hermanos vivía de actividades relacionadas con los miles de peregrinos que anualmente acudían a visitar los Santos Lugares; bien directamente empleados en la hostelería (hoteles, restaurantes, guías turísticos,...), bien de la elaboración y venta de productos artesanales, principalmente la pequeña talla en madera de olivo (rosarios, crucifijos, pequeñas esculturas,...)

Como señalaba, el recrudecimiento del conflicto que supuso la segunda Intifada provocó la práctica desaparición del turismo en Tierra Santa y, con ello, la repentina desaparición del medio de vida de la mayoría de los cristianos. Se pasó de los dos millones y medio de turistas en el año 2000 a los cincuenta mil en 2001 y a los poco más de 20.000 en 2002.

La respuesta ante ese estado de cosas ha sido, en muchos casos, la emigración. Inicialmente se centró en los Estados Unidos pero, tras los brutales atentados del 11 de septiembre y ante las restricciones y dificultades que la Administración Bush estableció a la inmigración procedente de los países árabes, se ha orientado últimamente hacia Hispanoamérica.

En estos momentos, en los que está en juego la presencia de cristianos en Tierra Santa, existen dos respuestas posibles para quienes quieren permanecer allí. La primera es vivir desesperado, aplastado por la realidad. Está es la actitud que preside la actuación de los fundamentalistas palestinos. La otra posible respuesta consiste en afrontar la realidad y asumirla tal como es y, desde este punto de inicio, conducirse a partir de una hipótesis positiva de la realidad. Ésta es la opción que han elegido Shoby y sus amigos. Ellos, partiendo de la determinación y tranquilidad que les da la Presencia de Jesucristo en sus vidas, intentan ser un signo de esperanza en un mundo desesperado.

Inicialmente especularon con la posibilidad de solicitar ayuda a los demás cristianos del mundo a través de las distintas Conferencias Episcopales. Pero esa alternativa la descartaron rápidamente, puesto que no se puede contemplar como solución una vía que no supone una educación en la dignidad del hombre sino todo lo contrario, los iba a convertir en parásitos. Ellos no quieren limosna, quieren poder vivir con dignidad. Por lo tanto, la solución tiene que surgir de otra forma, partiendo siempre de la dignidad del hombre. Ahí surgió la iniciativa Obras de la Fe de la que mi amigo es su máximo responsable.

Obras de la Fe es una asociación cuyo objetivo es el siguiente: ya que no hay peregrinos que compren los productos elaborados por los artesanos en Belén, hay que exportar los productos al extranjero para que puedan seguir viviendo de su trabajo. Para lograr este objetivo se pusieron en manos de la Virgen y, por un lado, convencieron a muchos de los artesanos para que continuasen con su trabajo y convencieron a estos para que enseñaran a quienes se dedicaban a trabajos relacionados con la hostelería a fabricar rosarios y así dotarles de un nuevo medio de vida. Por otro lado, para vender la producción en el extranjero contaron con la ayuda de la Compañía de las Obras (1) que, tanto en Italia como en España, ha asumido como suya esta necesidad y se ha puesto a trabajar para vender los productos de los artesanos de Belén por todo el mundo. Sirva como ejemplo la difusión que se hizo de rosarios con motivo de la visita de Su Santidad Juan Pablo II a España. En esa ocasión se contactó, a través de la Compañía de las Obras, con la Conferencia Episcopal española, la cual les encargó la elaboración de 300.000 rosarios que fueron distribuidos durante la pasada visita del Papa. Para conseguir fabricar todos los rosarios que fueron encargados en un brevísimo periodo de tiempo nuestros amigos contaron incluso con la ayuda de alguna familia de palestinos musulmanes, con el contenido que tiene este gesto acerca de la posibilidad de la convivencia y el acercamiento. Asimismo, se han organizado por diversos puntos del país la venta en parroquias, mercadillos, tiendas, etc. de los productos elaborados por estos hermanos nuestros. Esta iniciativa ha logrado que más de doscientas familias de Tierra Santa continúen viviendo de su trabajo con dignidad y no se hayan visto forzados a emigrar para sobrevivir.

Esta iniciativa, que ante una situación aparentemente desesperada ha abierto un camino imprevisible, nos hace constatar, de nuevo, que existe Esperanza para los cristianos en Tierra Santa y, de forma análoga, que la Paz es posible, pero esta ha de ser el fruto de un proceso educativo, y no del mero voluntarismo de los políticos de turno, ya que lo más importante no es la paz de los políticos sino la Paz del pueblo, con lo que lo más importante es rezar y tener Fe para que la Presencia salvadora de nuestro Señor Jesucristo pueda traer la Paz a la tierra que le vio nacer. Recemos por ello.

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Pedro J. Martínez Recalde

La Compañía de las Obras surge para fomentar la presencia de los católicos en la sociedad española a la luz de la doctrina social de la Iglesia, con el fin promover en España y en el mundo el reconocimiento efectivo de la dignidad de la persona en el contexto social, y especialmente en el mundo del trabajo, a través del impulso de obras sociales, empresas y actividades profesionales, favoreciendo una concepción del mercado y de sus reglas que comprenda y respete al ser humano como persona en todos sus aspectos, dimensiones y momentos de la vida

 

Revista Arbil nº 80

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