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Revista Arbil nº 81

¿Tendremos siquiera un Don Rodrigo?

por Arturo Fontangordo

Sorprendámonos ante el comportamiento de nuestra monarquía con respecto a quienes propugnan la vuelta a la situación creada tras la derrota de Guadalete. ¿Dejadez, indiferencia, entreguismo, o un plan cuidadosamente elaborado? Que el lector decida

Poco nos puede sorprender ya esta “monarquía de las maravillas”, tan demócrata, tan liberal y tan maja ella para su amado pueblo. Sin embargo, estaba cómodamente sentado delante de mi ordenador buscando y ordenando información para este artículo, que nada absolutamente tenía que ver con lo que estoy escribiendo ahora (iba a versar sobre las relaciones entre los suicidas islámicos y la antigua secta ismaelita de los asesinos), cuando una noticia, descubierta casi por casualidad, me hizo pegar literalmente un bote en mi asiento.

Un comunicado oficial recibido de la Comisión Islámica de España, máximo órgano de representación de los musulmanes en nuestro país, expresa “su satisfacción y agradecimiento a la Casa Real por su deferencia y reconocimiento hacia los musulmanes de España, al invitar a su Secretario General, Mansur Escudero, a asistir al enlace matrimonial del Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón y Borbón con Doña Letizia Ortiz Rocasolano.”

Fundamentalmente por hastío, he intentado mantenerme lo más al margen posible del enlace matrimonial del sucesor a la Jefatura del Estado de acuerdo con la Constitución vigente, más he aquí, que, de una manera indirecta, acabo precisamente construyendo mi hilo argumental a partir de dicho evento.

Y ahora, el lector que no esté muy al cabo de la materia se hará como mínimo tres preguntas: ¿Dónde ha salido la noticia? ¿Qué es la Comisión Islámica de España? ¿Quién es Mansur Escudero?

La noticia ha salido publicada en el autodenominado portal del Islam en español, www.webislam.com. En este sitio de Internet, de carácter más o menos oficial para los musulmanes españoles, aparte de los contenidos “normales” de noticias y actividades islámicas, tienen cobijo toda clase de fantasiosas teorías acerca de la identidad musulmana de España. Y es que quizás el error estriba por nuestra parte en desmenuzar el análisis separando ambas vertientes, pues es evidente que los mahometanos tienen una intención cada vez más clara de “recuperar” un legendario y mítico Al-Andalus, adornando esta construcción geopolítica con los necesarios aderezos doctrinales que suministra el Islam. Esta línea argumental es perfectamente lógica y consistente con la imposición coránica de hacer permanentemente la guerra al infiel en su territorio (dar-el-Harb, la casa de la guerra), obligación de la que sólo se puede prescindir cuando no hay posibilidad de victoria y se asegura para los musulmanes la libre predicación y cualesquiera otras ventajas sin contrapartida ni reciprocidad alguna. Es decir, no cuesta nada concluir que la situación que vive Occidente en general y España en particular es un calco del escenario que prevé el Corán, y que debe continuar con una ofensiva general para someter por la fuerza a los infieles que no se conviertan al yugo musulmán.

Por otro lado, la Comisión Islámica de España es un organismo cuya importancia crece en los últimos tiempos y que tiene un peso cada vez más determinante entre los musulmanes que viven en España. Para aclararnos, y aunque, evidentemente, el paralelismo no es ni mucho menos exacto, dada la inexistencia de jerarquías en el Islam, la intención de la Comisión Islámica en convertirse en una especie de “Conferencia Episcopal” que represente los intereses musulmanes en España. Además de tener importantes apoyos en la pujante corriente proislámica de la Universidad de Granada, últimamente está consiguiendo con cada vez mayor frecuencia aparecer en los medios de comunicación, y ser aceptada como interlocutor válido por nuestras sedicentes y entreguistas autoridades. Sirva de ejemplo la entrevista concedida al propio Mansur Escudero por el Ministro del Interior, José Antonio Alonso el lunes 11 de Mayo, después de haber sido duramente criticado en la prensa por su intento de “decretazo” religioso.  Sobre este asunto, Webislam informa:

En relación a la polémica sobre el control de imames y mezquitas, Alonso reconoció precipitación en sus declaraciones, y manifestó la voluntad del gobierno de desarrollar el Acuerdo de Cooperación firmado en 1992 entre los musulmanes y el Estado. Con este fin, se comprometió a celebrar reuniones periódicas para analizar los problemas que atañen a la comunidad musulmana en España.

Sobran los comentarios.

Y en cuanto al señor Mansur Escudero, Secretario General de la Comisión Islámica, voy a dejarle hablar a él para que se dé a conocer. Se trata de fragmentos de una entrevista que le fue realizada en 1999, cuando actuaba como presidente de la FEERI (Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas), y que se puede encontrar íntegra en el portal citado. Los comentarios en negrita son míos.

¿Qué significa hoy en día Occidente? Parece claro que el concepto quedó obsoleto hace años con el derrumbe del sistema soviético. Creo que habría que coger el toro por los cuernos y asumir que el mundo se divide ideológicamente —y no geográficamente— entre el mundo del Islam y el mundo del kufr. (Aquí parece que le da la razón a George Bush; y hay que reconocer que esta consideración tiene una gran parte de verdad)

[…]

Al-Andalus es la clave del nuevo paradigma. Toda la estrategia mundial islámica para lo que comúnmente se llama Occidente pasa por España. Eso lo sabe hasta Nostradamus, que ya es decir. No tienes más que ver el mapa de centros islámicos proyectados en España; un mapa simbólico que dice mucho al que sabe entender. El Centro Islámico de Gibraltar inaugura una etapa nueva dentro de la geografía espiritual. (Desde luego, se podrá decir más alto, pero no más claro. Y nosotros, ¿a qué seguiremos jugando?)

[…]

Allah es el Señor de la historia. Al Ándalus seguirá siendo Al Andaluz para los musulmanes de todas las épocas. Eso está ahí, nosotros no lo hemos creado. Aquí tenemos nuestros muertos, que están vivos, a la espera del Día de la Resurrección. En el plano espiritual, hoy en día, santos de todas la regiones islámicas se reúnen en Al Ándalus como se han venido reuniendo desde siempre. La presencia islámica siempre ha existido, ininterrumpidamente, a pesar de que aparentemente fuimos expulsados en el siglo XVII. No somos pocos, sino multitudes, pero hay quien lo ve y hay quien no. (Resumen de la tergiversación histórica que sostiene “científicamente” las pretensiones islamistas en España)

[…]

La gran mayoría de los musulmanes residentes en España son marroquíes o de origen marroquí. Es lógico que Marruecos quiera tener parte activa en el proceso. Sé de buena fuente que hace años, cuando se iniciaba la negociación del acuerdo de cooperación con el estado español, hubo una propuesta de un equipo de expertos para copiar el acuerdo que el estado español tiene con la Iglesia Católica y hacer del rey de Marruecos una especie de Papa de los musulmanes españoles. (En la entrevista aparecen más datos de este tipo. En todo caso, nótese que este hombre no es promarroquí, sino que quiere una España islámica, y punto.)

[…]

Por otra parte, está el tema de la reivindicación marroquí sobre las dos ciudades y algunos islotes, y el tema de Gibraltar que también interviene en el asunto. España reivindica Gibraltar y no parece posible que, en caso de que Inglaterra devolviese el peñón a España, el bloque anglo-americano consintiese a España mantener a la vez Ceuta, parece ser que por motivos geo-estratégicos. De ahí que se tenga la sensación en estas ciudades de que, tarde o temprano, España las cederá a Marruecos, sobre todo cuando la mayoría aplastante de la población sea musulmana.[…] Marruecos, sin embargo, no tiene prisa en acelerar la 'devolución' por el mero hecho de que la situación le es muy rentable. Ceuta y Melilla son grandes mercados negros de divisas. […]España debe recuperar su parte de identidad islámica que le toca y su puesto privilegiado entre las naciones de cultura árabe. No me refiero a que se considere a España como parte del mundo islámico, no, de lo que estoy hablando es de rentabilizar el hecho de tener un patrimonio islámico excepcional, un acuerdo de cooperación entre musulmanes y el estado español que es único y unas autonomías con gran población de musulmanes. Y además, en un futuro, con una lengua árabe co-oficial en Ceuta en la que publicará la constitución española y el B.O.E. ¿Entiendes ahora? Sería estupendo para el estado español dentro del concierto de las naciones islámicas y sobre todo, árabes. Dentro de unos años los musulmanes gobernarán Ceuta y Melilla por mayorías absolutas. (Y esto no deja de ser lo que todo el mundo sabe y nadie se atreve a decir. En fin, cuestión de los primos Juan Carlos y Mohamed.)

Pues he aquí el personaje que fue invitado a “la Boda”. En el 711, al menos hubo un Don Rodrigo que intentó hacer frente a las huestes mahometanas. Ahora yo me pregunto si tendremos al menos ese consuelo cuando nos toque a nosotros hacer lo propio, o si nos será más rentable irnos directamente a Covadonga a nombrar un caudillo que inicie la Reconquista…

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Arturo Fontangordo

 

Revista Arbil nº 81

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