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Los abortos legales realizados en España durante el periodo de Felipe González desde el 5 de Julio de 1985 (sanción de Juan Carlos I) hasta el 5 de Mayo de 1996 (Toma de posesión de Aznar) fueron 359.624.

Los abortos legales realizados durante la presidencia de José María Aznar desde el 6 de Mayo de 1996 (Primer día de gobierno) hasta el 17 de Abril de 2004 (Toma de posesión de Rodríguez) fueron 511.429

(Fuente: Subdirección General de Promoción de la Salud y Epidemiología)



La azarosa crónica de un siglo de historia irlandesa: el Sinn Féin

por Fernando José Vaquero Oroquieta

La compleja historia del Sinn Féin, partido político simbiótico con el Ejército Republicano Irlandés (IRA), es inseparable de la de Irlanda. Es más: en algunas circunstancias históricas su papel ha sido decisivo; y, por el contrario, en otros períodos, irrelevante. Brian Feeney proporciona, en su magnífico libro sobre este partido, las claves para comprender la historia de un siglo de Irlanda

El Sinn Féin.

Brian Feeney es periodista, historiador y miembro relevante de la formación nacionalista norirlandesa moderada, el SDLP (Partido Socialdemócrata Laborista); histórico competidor del protagonista de este magnífico y extenso libro que: Sinn Féin. Un siglo de historia irlandesa (Edhasa, Barcelona, 2005, 570 páginas).

El Sinn Féin, que carga sobre sus espaldas casi 100 años de historia (y cuya traducción del gaélico es toda una declaración de intenciones, «Nosotros solos» o «Nosotros mismos») se considera guardián de las más puras esencias republicanas irlandesas. Y ello con independencia de su situación concreta en su ya larga historia: ya en primera línea, ya sobreviviendo precariamente.

El que pudo considerarse como un grupo nacionalista más, desempeñó un rol decisivo en la independencia de la República libre del Eire, hasta el punto de confundirse con launa denominada «nación en marcha» y el incipiente Estado irlandés del sur.

Derrotados en la guerra civil subsiguiente a la independencia del Eire –pues eran partidarios de continuar la lucha contra Gran Bretaña para unificar la isla al igual que su tutor, el IRA- durante decenios no pasó de ser un pequeño grupo envejecido sin relevancia alguna, tanto en el norte como en el sur; al borde de la simple extinción biológicas. Por su parte, su brazo armado (más ajustado a la realidad sería afirmar que el Sinn Féin era el brazo político del IRA) protagonizaría, por aquellos años, varias ofensivas terroristas frustradas contra los británicos.

Asó las cosas, el Sinn Féin se arrogó la quintaesencia republicana, que así entendida, sería sustancialmente distinta de un simple nacionalismo irlandés; pues el segundo había aceptado la partición de la isla traicionando a las históricas aspiraciones irlandesas de unidad territorial.

Todo ello le llevó a adoptar un doble criterio estratégico, vigente hasta mediados de la octava década del siglo XX, en que Gerry Adams, Martin McGuinness, Danny Morrison, Pat Doherty y unos pocos más, iniciaron un lento y tortuoso camino revisionista del absentismo institucional, que les arrastraba a no presentarse a los comicios legislativos ni en el norte ni en el sur de la isla; y el apoyo a la lucha armada, como única vía factible, a su juicio, para derrotar a los británicos.

Gerry Adams entra en escena.

Gerry Adams y sus pocos colaboradores modificaron la perspectiva táctica anterior, muy lentamente, con la voluntad de evitar una escisión en el seno del movimiento republicano que les anulara; con el objetivo de situar a la acción política por encima de la dirección «militar» del IRA. Primer paso: participar en los comicios del Ulster. Y todo ello a la vez que intentaban avanzar, de alguna manera, en el proceso de autodeterminación que, desde su mirada, debiera desembocar en un único Estado irlandés en unas décadas.

Rompieron, para ello, diversos mitos republicanos: además de los dos ya mencionados (abstencionismo electoral y primacía del terrorismo), tuvieron que asimilar –y hacer comprender a sus bases militantes- que la población protestante del norte, unionistas irreductibles, debería encontrar acomodo en una nueva Irlanda; pues en caso contrario Gran Bretaña nunca cedería.

Otro movimiento inteligente fue trasladar el liderazgo del Sinn Féin de Dublín a Irlanda del Norte; allí donde realmente se decidía el futuro.

Y después llegó el “diálogo”.

El complejo proceso de paz.

Primero clandestinamente, y después de manera casi pública, se desarrolló con miras a un acuerdo de paz que debía plantearse en varios niveles: entre republicanos y nacionalistas; entre los republicanos y el gobierno irlandés del sur; entre los gobiernos británico e irlandés; entre republicanos y británicos, y, por último, entre republicanos y protestantes. Un puzzle de difícil ensamblaje.

El Sinn Féin, simbiótica a una hermética organización terrorista, nunca fue un partido convencional; es más, hasta las dos últimas décadas de su historia apenas jugó un papel relevante en el conjunto del movimiento republicano férreamente controlado por los hombres del IRA. Además, todos los dirigentes prominentes del Sinn Féin ocuparon, antes o después, puestos de la máxima relevancia en la cúpula del IRA: su Comando Supremo.

Así pudo jugar, el Sinn Féin, con las cartas marcadas, una compleja y delicada partida con los compañeros de mesa más dispares.

Por todo ello debemos preguntarnos: ¿se aprovechó el Sinn Féin de la existencia del IRA para obtener el máximo de ventajas y concesiones que, de no existir tal, no habrían podido pretender? Es el criterio de muchos expertos que consideran que el Sinn Féin y el IRA han sido factores de distorsión y chantaje permanentes en los diversos foros políticos y de paz. Es el caso del experto espeñal Rogelio Alonso, un extraordinario conocedor del proceso irlandés autor de varios libros y numerosos artículos al respecto.

La perspectiva de Brian Feeney es distinta: la evolución del movimiento republicano a lo largo de las dos últimas décadas se realizó a pesar del IRA; modificando lenta e inteligentemente los parámetros mentales, orgánicos y estatutarios del conjunto del republicanismo.

Debemos hacer –ya- balance del estado actual y del papel alcanzado por el Sinn Féin: ha obtenido en Irlanda del Norte el mayor respaldo electoral de su historia, superando al tradicionalmente mayoritario partido católico SDLP. El IRA, por su parte, entregadas las armas, se encuentra en estado latente, acaso moribundo. Y en Irlanda del Sur, vuelve a contar como fuerza política claramente ascendente.

Dos críticas.

Pese a la magnífica exposición y detallada exposición del autor en su libro, debemos efectuarle alguna modesta crítica. En primer lugar, obvia determinados sucesos históricos que, sin duda, serán muy conocidos por los irlandeses y británicos; pero que el lector español no tiene por qué conocer salvo ser experto en la materia. En segundo lugar, y más que una mera cuestión formal o metodológica, apenas entra en la génesis y evolución de la terrorífica huelga de hambre que llevó a la muerte de Bobby Sands y 10 presos más del IRA y del INLA en el año 1981. Es una cuestión muy relevante, pues pone en evidencia la frialdad de los dirigentes del Sinn Féin, quienes no fueron ajenos en su génesis, desarrollo y fatal desenlace. Así, el mencionado experto español Rogelio Alonso, en sus libros sobre el IRA y la historia de Irlanda del Norte, se manifiesta particularmente crítico con el papel jugado por tal liderazgo, que arrastró a la muerte y desesperación no sólo de los 11 muertos. Una laguna que, en el conjunto del balance positivo que nos presenta el autor de la evolución del Sinn Féin, no debiera haber pasado tan desapercibida; pues desde nuestra perspectiva los aspectos éticos y morales deben predominar sobre los puramente tácticos y estratégicos, que son los contemplados fundamentalmente en este libro.

Se trata, en cualquier caso, de un texto magnífico y recomendable que todo interesado en la historia de Irlanda debiera conocer. Por el mismo desfilan Arthur Griffith (fundador del republicanismo), Eamon de Valera, Michael Collins, Bernadette Devlin, Lloyd George, Margaret Tatcher, John Hume, Tony Blair… Igualmente de recomendable lo es para todos los interesados en terrorismo, procesos de paz, diálogos y negociaciones. Y más en unos tiempos en los que tan ligeramente se habla de todo ello en España, especialmente desde el anuncio de tregua por parte de ETA el pasado día 22 de marzo de 2006

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Fernando José Vaquero Oroquieta


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