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Por la reintegración a los países de la Comunidad hispánica de sus tierras en manos foráneas:
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Aportación filosófica española al Nuevo Mundo.

por Ángel Gutiérrez Sanz

Los españoles llevaron a América lo mejor de la filosofía y la ciencia europeas en un momento en el que España ostentaba la hegemonía política e intelectual. Ellos fueron los que esparcieron las semillas del logos por tierras americanas. Todavía puede dar sus frutos en forma de una filosofía fecunda específicamente iberoamericana , como lo fue la filosofía política de Francisco de Vitoria que aún se perpetua en nuestros días

Introducción

Uno de los más grandes acontecimientos en la historia de los hombres, estaba llamado a tener repercusiones de gran alcance y así fue. El descubrimiento de unas lejanas tierras allende los mares representa el final de una época y el comienzo de otra que habría de estar presidida por el encuentro de dos civilizaciones, la del viejo continente europeo y la del nuevo mundo. Ello significó mucho en el ámbito artístico, económico - social y también tuvo su significado ¿cómo no? en la esfera del pensamiento.

Para cumplir con el cometido que me he asignado en este artículo he de olvidarme de otras consideraciones y centrarme en lo que supuso para la filosofía este hecho histórico del descubrimiento de América por españoles

Es cosa clara que España sirvió de puente para que en América entrara lo mejor de la filosofía europea que en aquellos tiempos era tanto como decir conocimiento científico toda vez que filosofía y ciencia eran la misma cosa.

En estas tierras a la llegada de los españoles existía un pensamiento prefilosófico lo suficientemente estimable, como para que nos interesemos por él. Tampoco quisiera yo confundir los deseos con la realidad y comenzar a hablar de una filosofía floreciente procedente de América que ha estado esperando hasta ahora para ser desenterrada. En mi modesta opinión empeñarse en tal empresa sería como tratar de encontrar en una habitación oscura un trapo negro que no existe.

Se trata de un pensamiento mítico con un sistema peculiar de representaciones, asociado a una determinada actitud ante la vida y todo ello enmarcado en una cultura específicamente autóctona que ciertamente pudo estar a una altura estimable, incluso puede decirse que alcanzó niveles que nos hacen recordar las grandes civilizaciones, en las que se vienen observando algunas coincidencias que están dando pie para que se hable, aunque sea impropiamente, de una cierta filosofía perenne, que subyace en la mentalidad de los hombres y mujeres de todos los tiempos y de todos los lugares. Cosa muy lógica y natural , si tenemos en cuenta que todos los hombres y mujeres estén donde estén, pertenezcan a la raza que sea, vivan en la época que vivan, todos ellos fundamentalmente comparten las mismas preocupaciones, se formulan los mismos interrogante, sufren los mismos miedos, tiene sus ojos puestos en las mismas esperanzas, están sujetos a un mismo destino, incluso el cosmos como escenario de sus representaciones es el mismo. Es por tanto muy lógica y natural esta universal coincidencia.

La semilla del logos en tierras americanas

Dicho esto es obligado también reconocer que entre la mentalidad de los colonizadores que llegaron de España a América y la de los indígenas que poblaban estas tierras había una distancia abismal difícil de salvar que dificultaba el diálogo entre las dos culturas. Sabido es que la razón filosófica y la imaginación mitológica hablan lenguajes diferentes y uno de los dos debía prevalecer. El que lo hiciera el logos sobre el mitos no fue ninguna desgracia para nadie Si dejamos a parte los tabues y prejuicios, que seguramente los hubo, en un principio, el hecho de que en estas tierra se comenzara a sembrar la semilla de la filosofía, fue un hecho cultural de primerísimo magnitud , como en su día lo fue en tierras del Occidente cristiano, en el mundo musulmán y judío . Entonces y ahora fue una suerte el que fructificaran estas mismas semillas esparcidas por los grandes pensadores griegos.

El pensamiento mítico animista no nos hace avanzar en el conocimiento de la realidad por que no se acomoda a ella. Con imaginarnos la realidad poco adelantamos, es preciso explicar esa realidad y descubrir el porqué de las misma. No fue tanto la razón de la fuerza la que hizo prevalecer el logos sobre el mito, sino la fuerza misma de la razón. El logos filosófico y el rigor científico importados desde Europa, desde cualquier lado que se lo mire ha de ser considerado como una aportación positiva; otra cosa es que no se reparara o no se tuviera suficientemente en cuenta la circunstancia americana; pero ello como estamos viendo no es cuestión fácil, de otra forma hace tiempo que estaríamos hablado de una filosofía iberoamericana con identidad propia.

No debiera escandalizara a nadie que el logos griego ejerciera en estas tierras una función paradigmática en cuanto a la valoración de la cultura indígena. Esto mismo sucedió en otras culturas y hasta cierto punto resulta natural que así fuera . El problema pudo estar en que este logos no se abriera suficientemente como para facilitar el diálogo entre dos culturas, cuando ni siquiera sabemos muy bien hasta que punto ello fue posible. En cualquier caso yo recomendaría tener mucha precaución a quienes hablan de etnocidio de culturicidio o simplemente de violencia colonizadora

Ciertamente que la verdad del pensamiento es una planta que nace en muchos campos, pero hay que saber descubrirla, regarla, cuidarla y nunca inventárnosla. No comparto la idea de que a cada sustrato étnico ha de inventarse su propia verdad. La realidad de las cosas es la que es . Nunca la composición genética , el medio ambiente social y racial son los creadores de la verdad. A los grandes descubrimientos científicos, se ha llegado con rigor y método y no se puede decir que existen unos principios científicos para Oriente y otros para Occidente unas matemáticas validas para los americanos y otras diferentes para los europeos, unos principios lógicos para el nuevo mundo y otra para el viejo.

Siempre ha sido así, el desarrollo del potencial filosófico de los pueblos se ha visto favorecido por el encuentro de civilizaciones y el caso América no podía ser una excepción o ¿es que vamos a pensar que si la colonización no se hubiera producido o se hubiera retrasado, ello hubiera supuesto una ventaja para América en el orden filosófico? Lo razonable es pensar que si América hubiera permanecido encerrada en sí misma, su encuentro con la filosofía y con el pensamiento propiamente dicho no hubiera sido posible al menos durante mucho tiempo. Hay que reconocer por tanto por tanto que el encuentro entre Europa y América desde el punto de vista filosófico fue fecunda para América sin duda e incluso lo fue aunque en menor grado para Europa como tendremos ocasión de ver. Las difíciles acomodaciones, los nuevos planteamientos y preguntas , los inesperadas cuestiones y problemas surgidas de la nueva situación sirvieron para espolear el razonamiento filosófico.

A la hora de buscar las posibles aportaciones de América al pensamiento europeo conviene ser cauto. La llegada de los colonizadores supuso para los moradores de esas tierras una acomodación no solamente en cuanto actitud ante la vida sino también en orden al pensamiento, algo que se pudo haber hecho sin necesidad de renunciar a su identidad. De lo que se trataba era de instrumentalizar la razón como poderoso medio, de servirse de ella para potenciar sus propias esencias. Trataré de ser más explicito en este punto que me parece especialmente importante. La razón puede ser considerada como un semilla capaz de germinar en cualquier suelo, por eso se ha podido decir que la filosofía tiene muchas patrias. Por eso también de su siembra en el suelo americano cabía esperar que diera sus frutos. Ello no sólo es posible es lo obligado. Incluso en tiempos ya del descubrimiento hubo atisbos de que esto podía ser así, ejemplo de ello lo tenemos en el Inca Garcilaso de al Vega, quien se muestra a favor de una armónica convergencia y no fue el único. La conciliación espiritual de los dos mundos fue y sigue siendo ese reto gigantesco que aún falta por hacer. Sus Comentarios Reales bien pudieran haber sido una expresión más del balbuceo de un incipiente pensamiento iberoamericano que con el tiempo habría de estar llamado a proyectarse sobre Europa, como sucediera con el movimiento liberacionista , que pasa por ser un producto típicamente iberoamericano y que tiene en el campo de la pedagogía al brasileño Paulo Freire como principal representante y en el campo de la filosofía al mejicano Leopoldo Zea sin olvidarnos lo que ha supuesto para la teología de la liberación sobre todo en la persona del peruano Gustavo Gutiérrez.

Aún con todo sí conviene decir como recordatorio que el auge de la filosofía de la liberación y de todo el movimiento liberacionista en los años setenta y ochenta ha ido perdiendo fuerza con el derrumbe de la URSS. Lo cual hace pensar que no era un movimiento tan independiente como a primera vista pudo parecer

Se habla de sometimiento cultural; pero habría que hablar también de que la filosofía política de los colonizadores, estuvo sometida a una severa autocrítica hasta el punto de que las objeciones de conciencia llegaron hasta la corona caso , por cierto no muy frecuente en la historia de los pueblos. Se podrá hablar de mutismo de los pueblos iberoamericanos y decir que su conciencia crítica estaba más o menos adormecida; pero lo que no se podrá decir es que estaba muerta. Las preguntas ya clásicas del ¿quien soy?, ¿que puedo hacer? , ¿que puedo esperar? Han estado presentes en la conciencia iberoamericana y este es el primer paso par una búsqueda que todavía continúa. Hoy nos seguimos preguntando si existe un logos típicamente americano y la respuesta no es fácil de responder. Lo que si parece cierto es que el proyecto de una filosofía americana completamente desvinculada de toda influencia occidental es bastante complicado porque ello supondría comenzar la casa por el tejado.

Si existe o no una filosofía iberoamericana como fruto de aquella semilla esparcida hace cinco siglos por los españoles, es una de esas cuestiones que es preciso tratar con mucha honestidad intelectual y más aún a la hora de definir cuales son sus rasgos características. Leopoldo Zea , uno de los grandes pensadores de estas tierras asume el pensamiento iberoamericano ; pero sin caer en extremismos . Su postura se mantiene equidistante del europeismo y del indoamericanismo. De los primeros les separa su vinculación a los elementos y componentes precolombinos, todavía presentes, dicho sea de paso, en la realidad iberoamericana, de los segundos no le gusta el rechazo frontal a todo lo que les haga recordar la presencia de España en estas tierras. La dirección escogida por el filósofo mejicano nos hace abrigar fundadas esperanzas de que por este camino se puede conseguir no sólo revitalizar el pensamiento iberoamericano sino también el europeo. Y del mismo modo que en América se ha venido contando con el pensamiento europeo se cuente también con las aportaciones del pensamiento iberoamericano. Me parece acertada la propuesta del filosofo peruano David Sobrerilla en orden a los pasos a seguir de la filosofía iberoamericana: 1- Asimilar la filosfía occidental 2- Someterla a crítica 3- Replantear el saber filosófico teniendo en cuenta la situación especial de América . Ni ensimismamiento, ni alteración que diría Luis Villoro.

Desde los orígenes esta filosofía emergente anda a la búsqueda de su propia identidad, con la difícil tarea por delante de armonizar dos mentalidades la mediterránea foránea y racionalista con la seminal ancestral y mítica. Los esquemas conceptuales europeos han podido hacer de moldes capaces de soportar unos tipos y categorías venidos de otras tierras y el discurso racional ha dejado de ser abstracto e impersonal para llegar a ser intérprete de una situación concreta. Se trataría de una filosofía viva que quiere tener un compromiso con el ser humano, Un pensamiento inmerso en una determinada contextualización atento a los problemas que le son propios. De lo que se trata es contextualizar como viene a decir el filósofo mejicano Leopoldo Zea el pensamiento occidental en la circunstancia americana. La circunstancia iberoamericana como fuente de una nueva problemática y como fuente también de posibles soluciones. No deja de ser interesante que el pensamiento sea observado desde perspectivas distintas. A estas alturas de la historia no es cuestión ya de poner en duda la capacidad de crear un pensamiento propio enraizado en su propia historia.

La problematización del pensamiento de occidente desde la situación iberoamericana es un asunto pendiente desde los tiempos del descubrimiento y si después de cinco siglos ésta sigue siendo una cuestión por hacer, me parece injusto tratar de acusar y condenar a quienes no supieron o no pudieron hacerlo en tiempos de la colonización. En cualquier caso en la época del descubrimiento se fueron sembrando semillas que durante mucho tiempo han estado germinando debajo de tierra, esperando el momento propicio para su floración, aunque este tiempo se cuente por siglos. Todo parece indicar de que pasó ya el tiempo de las malas imitaciones de la filosofía europea y a lo que se aspira ahora es a tener un pensamiento propio.

Si esto es así lo que en definitiva cabría decir es que la visión logocentrista que Europa a través de España proyectó sobre América fue el camino real y todavía no se ha descubierto otro, por el que es posible emprender la búsqueda de una identidad que parecía perdida. Esta nueva dimensión del logocentrismo al entrar en contacto con la situación iberoaericana, bien pudiera suponer una aportación nada desdeñable al pensamiento en general

Consecuencias filosóficas en la España del descubrimiento

Aún con todo, la aportación filosófica más inmediata del descubrimiento hay que buscarla a través del impulso que para el propio pensamiento europeo supuso enfrentarse con esta nueva situación. El Humanismo y el erasmismo del XVI tuvieron en el Nuevo Mundo una fuente importante de inspiración, cuyos máximos representante fueron los denominados “Novo hispanos” Las descripciones idílicas de estas tierras y el natural bondadoso de sus habitantes, del que se hicieron eco algunos testimonios de la época, influyeron en la composición de obras tales como la utopía de Tomás Moro, La ciudad del sol de Tomaso Campanella así como en la obra de Rousseau que gira en torno al salvaje perfecto. Frente a la filosofía académica abstracta y un tanto adormecida, el Nuevo Mundo pone sobre la mesa unos condicionamientos desconocidos hasta ahora, lo que obliga a Europa a tener que replantarse mucha cuestiones. Emergen otros horizontes y las perspectivas ya no son las mismas, aparecen los debates filosóficos para clarificar gran número de cuestiones, que tiene como telón de fondo la propia identidad de los moradores de estas tierras , sus derechos como personas y como pueblo.

Una de las primeras expresiones de este debate lo tenemos en la polémica mantenida entre Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda. Las discusiones acerca del hombre americano en los años que siguieron a la conquista, adquirieron una cierta altura filosófica. Con el controvertido y polémico Fr. Bartolomé de las Casas y Bernardino de Sagún hace su aparición la que podríamos llamar antropología americana, al tiempo que con la escuela de Salamanca surge una nueva filosofía política que tiene en cuenta la humanidad y dignidad de los indios, sobre los que especula, mostrándose en contra de la errónea supuesta inferioridad natural de los mismos.

Con el descubrimiento aparecieron cuestiones que pedían con urgencia una respuesta filosófica, entre otras las referente a la legitimación de la conquista de estas tierras incluso entre los mismos conquistadores existían dudas en este tema, alimentadas por Montesinos y Bartolomé de las Casas. Las mismas Leyes de Burgos promulgadas por los Reyes Católicos responden a esta preocupación. España fue de los pocos paises, por no decir el único, en el que el mismo poder real favoreció y promovió encuentros con filósofos para clarificar cuestiones de esta naturaleza

El descubrimiento de América, hay que verle como un acontecimiento que alberga en un su seno un cúmulo de situaciones nuevas que obligaron sin duda a agudizar el ingenio de los filósofos y adaptar sus especulaciones a otro tipo de exigencias y ello fue beneficioso para la Filosofía Europea. Se nota en los pensadores y juristas destinados a clarificar cuestiones de gran envergadura, en ellos la inquietud intelectual estuvo muy presente como consecuencia del panorama abierto con el descubrimiento del Nuevo Mundo

Otros pensadores habrían de continuar en la defensa de una igualdad para todos, basada en una naturaleza común, de la que participan todos los hombres, bien fuesen indios o no. La condición de seres humanos era de donde habría que partir a la hora de hablar de un trato justo a los indios. Con la escuela de Salamanca la escolástica abandona pueriles y abstractas discusiones para preocuparse por dar solución a temas prácticos de palpitante actualidad con apuntes y anotaciones que estaban llamados a ser los puntales de una filosofía política de un nuevo orden internacional

Entre estos pensadores de Salamanca destaca por merecimientos propios Francisco de Vitoria, bastante apoyadado en esta tarea por sus compañero de religión, él estaba llamado a ser uno de los filósofos más implicados en esta problemática, hasta el punto de que acabaría siendo el diseñador de una filosofía política con vocación de universalidad que al final le consagraría como el Padre del Derecho Internacional, él habría de ser el promotor de la formulación de unas normas garantes de los derechos naturales que tendrían como sujetos a los indios, por encima de la autoridad de los reyes de España. Por donde quiera que se lo mire, todo ello supone una aportación importante en el campo de la Filosofía del Derecho, como el tiempo se ha encargado de demostrar.

Vitoria abandona los viejos métodos escolásticos y comienza a pisar tierra firme para adentrase en un terreno que era preciso delimitar con el fin de llegar a establecer cuales eran los derechos y los deberes de unos y de otros, de extranjeros y de nativos. El siglo XVI que es cuando Vitoria escribe, es el tiempo en el que se están gestando en Europa importantes transformaciones y en la que España ostenta el cetro político y también intelectual. Hombres como Vitoria asumen el reto de plasmar una nueva concepción filosófico-política capaz de hacer viable la nueva situación originada con el descubrimiento de América.

En la Relectio de Indiis , que sus discípulos se encargan de redactar sirviéndose de los apuntes tomados en clase, queda expuesta la doctrina del maestro, dividida en tres partes: en la primera se plantea la cuestión de si los nativos son dueños y soberanos legítimos de sus tierras y la respuesta será positiva . Los indios antes de la llegada de los españoles eran los dueños y señores de sus tierras y posesiones, por eso en lógica consecuencia es por lo que en la segunda parte se pone de manifiesto presuntos títulos justificativos de dominio español en América, con lo que se nos viene a decir que el emperador por muy emperador que sea no es el dueño del orbe y ni siquiera el papa puede ejercer su autoridad temporal, ni siquiera el espiritual, sobre todo el orbe. Existen , sí algunos títulos susceptibles como puede ser el de comerciar en estas tierras , radicarse y viajar por ellas, propagación del evangelio , la defensa de los neófitos que libremente habían aceptado la fe cristiana etc que conforman el contenido de la tercera parte. Por todo lo dicho a lo más que Vitoria estaba dispuesto a justificar era una intervención temporal ; pero nunca una conquista definitiva.

Estas ideas que hoy parecerían normales y de uso corriente no lo eran en aquel tiempo dominados por ideas absolutistas y hubo que esperar mucho tiempo para que fueran abriéndose paso. Al fin la proclamación de los derechos humanos en el siglo XX y la creación de los sistemas de protección de los individuos vendría a dar la razón a este ilustre español, pionero del derecho internacional.

Importante también sus ideas sobre la guerra . En De Iure belli se habla de guerra justa ; pero la única causa que pude legitimar una guerra es la injuria recibida, por lo que no se debería considerar causa suficiente de la misma, la diversidad religiosa, ni ensanchamiento del imperio, tampoco el enriquecimiento, sea en forma que fuere. Ojo como tampoco en nuestros días, lo sería el petróleo. Lo sí queda suficientemente claro que el único fin de la guerra ha de ser la paz.

La genialidad del sistema político ideado por Vitoria descansa en la igualdad humana, idea esta fundamental de la antropología de la escuela salmantina. Precisamente por estar fundamentado en la universalidad de la naturaleza, el derecho de gentes inaugurado por Vitoria estaba llamado a ser la base por el que se deberían regular las relaciones entre los pueblos. El Orbe entero representado por todos los estados , entendido como persona moral es el que tiene potestad para promulgar leyes justas que regulan el derecho de gentes. Este alumbramiento de Vitoria bien podría ser una de los más originales y fecundos de la filosofía política que pudo coexistir con la idea de de cristiandad y que tuvo como escenario la nueva realidad de unas gentes y unos pueblos que acaban de ser descubiertos.

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Ángel Gutiérrez Sanz



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