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El desarrollo de la Etnología

por Pablo Noriega

Una introducción según el autor

El evolucionismo

El evolucionismo supone la primera escuela de la Etnología como ciencia. El hecho de que la teoría evolucionista sea la determinación que tome la reflexión sobre los pueblos primitivos en el nacimiento de la Etnología no debe llevarnos a suponer éste sea un epifenómeno de la teoría de la teoría de la evolución de las especies. Por el contrario, es preciso tener en cuenta que las ideas evolucionistas se habían ido haciendo camino durante el s. XVIII y la 1ª mitad del siglo XIX , habida cuenta de que “la continuidad entre el evolucionismo biológico y cultural de la década de 1.860 y la creación en 1760 en el progreso y la perfectibilidad no tiene fisuras” (1).

De todas formas esta explicación no puede hacernos olvidar la gran influencia que los métodos y las teorías de las Ciencias Naturales tuvieron en la naciente ciencias , influencia con cristalizará en dos direcciones; a saber: a) la posibilidad de determinar las “leyes del pensamiento y la acción del hombre”(Tylor), al igual que en las Ciencias Naturales las “leyes de la Naturaleza” y ello en la tradición del positivismo; en palabras de Tylor: “la especie humana es una parte y una parcela de la Historia de la Naturaleza.Nuestros pensamientos , nuestra voluntad y nuestras acciones se ajustan a las leyes tan concretas como las que determinan el movimiento de las olas, la combinación de los ácidos y de las bases y el crecimiento de las plantas y de los animales” (2); y b) lo que se ha venido a llamar la “la analogía organísmica” cuyo propósito sería establecer taxonomía de las culturas pretendiendo que de la misma manera que la clasificación de las especies vivientes aclara su orden evolutivo lo mismo ocurriría en las sociedades humanas en las cuales las características morfológicas aclararían el proceso y el orden de la evolución cultural.

De nuevo citamos a Tylor: “en lo que consiste esta tarea puede ejemplificarse casi perfectamente comparando estos detalles de la cultura con las especies vegetales y animales tan como las estudian los naturalistas. Para el etnógrafo el arco y la flecha son como una especie… La distribución geográfica de estas cosas y su transmisión de una región a otra tienen que estudiarse como el naturalista estudia la geografía de sus especies geográficas” (3). Los evolucionistas, una vez establecida la unidad psíquica del hombre como especie , defendían la posibilidad (bajo el supuesto de que todas las sociedades humanas en el curso de su desenvolvimiento atraviesan los mismos estudios evolutivos) de conocer la Historia de todos los pueblos y civilizaciones y organizar una periodificación ordenada en una serie que iría de los más simple a lo más complejo. Con la intención de cubrir estos objetivos emplearán fundamentalmente dos métodos: a) el método comparativo por el cual instituciones , costumbres o rasgos culturales tomados indistintamente se considerarán como elementos comparables que los sistemas socioculturales vivientes que tendrían cierto grado de semejanza con las culturas desaparecidas y estudiadas por la Prehistoria. Partiendo de éste método y teniendo en cuenta que se creía que la simplicidad o complejización, serían criterios de periodificación, se podría establecer el lugar que un rasgo o una cultura determinados ocuparía en la serie evolutivo; b) los “los survivals “: mediante ellos se suponía que había “procesos, costumbres, opiniones etc. que la fuerza de la costumbre ha transportado a una situación de la sociedad distinta de aquella en que tuvieron su hogar original, que de este modo, se mantienen como pruebas y ejemplos de la antigua situación cultural a partir de la cual ha evolucionado la nueva” (4). Son, pues, en general estos presupuestos los que sustentan las grandes obras de los autores evolucionistas algunos de las cuales pasamos a citar.

Bachofen trazó un esquema de la evolución de la organización familiar que atravesaría los estudios de promiscuidad primitiva, matriarcado y patriarcado correspondientes a cada una de ellas una organización diferente de la vida cultural social que abarcaría la moral, la organización de la propiedad y actividades productivas, las creencias y la mitología. El esquema de Bachofen se encuentra lejos de ser una curiosidad cultural puesto que sus posiciones, de una u otra manera, reaparecen con frecuencia y son objeto de estudio y polémica bien con formas diferentes (5) o bien prácticamente con el mismo esquema. Por su parte, H. Maine en “Aciant Law” realizó un estudio de la evolución del Derecho. Frazer hizo lo mismo con las religiones y Mc Lennan con los sistemas de parentesco. Pero el intento más elaborado de trazar un esquema de la evolución es el que corresponde a Lewis H. Morgan y apareció en “Anciant Society” en la que describe la evolución de la cultura que fue dividida en tres grandes períodos (salvajismo, barbarie y civilización) con su subperíodos medio, inferior y superior y en donde aborda los aspecto sociales, económicos, familiares y religiosos. Por fin, como última característica de la escuela evolucionista, remarcamos la escasez de trabajos etnográficos sobre el terreno. Las fuentes de los autores (con excepción de Morgan entre los iroqueses) eran exclusivamente literarias y los criterios de verificación con respecto a ellas vendrían adscritos por Tylor a la “prueba de la repetición” que consistiría en que “si dos visitantes independientes coinciden en describir algún arte, rito o mito análogo entre los pueblos que han visitado resultado dificil o imposible atribuir esta coincidencia a algo accidental o fraude voluntario” (6). De todas formas, y para acabar con este punto, se hace preciso señalar que si bien el evolucionismo representó la corriente dominante dentro de la Etnología de la 2ª mitad del s. XIX estuvo acompañada en este tiempo por la corriente alemana que ofreció una vía alternativa a los postulados del evolucionismo.

Así es que los T. Wartz, Bastian o Ratzel defienden la necesidad de estudiar los “Naturvolker” a partir de otros planteamientos que los del evolucionismo que exigían tener en cuenta tanto la historia como las condiciones particulares en que se desenvuelven los pueblos estudiados.

Boas

El final del período evolucionista podemos situarlo en 1.896 con la presentación del trabajo de Boas “The limitations of Comparative Method in Antropology”. El trabajo de Boas representa la transición de la Etnología del s. XIX a la del s. XX que estuvo marcada por el cuestionamiento de todos los presupuestos en los que se basaba el evolucionismo decimonónico. La de Boas fue una labor crítica que preparó el camino para ulteriores desarrollos del pensamiento etnológico. En su obra, no sistematizada y dispersa , se encuentran los embriones que desarrollarán las escuelas etnológicas que le siguen. En primer lugar, Boas fue un crítico de la antropología “de gabinete” e “hizo de la investigación etnológica de campo la experiencia central y el atributo mínimo del estatus profesional” (M. Harris). Esta insistencia viene acompañada de una defensa del método inductivo que protegería a la Etnología de las abusivas generalizaciones prematuras a las que no se podría acudir hasta que no se hubiesen recogido los datos suficientes de las sociedades que se estudiaban aunque en su última época habiera desechado la posibilidad de descubrir las leyes que expliquen el desarrollo de las sociedades: Así es que hay que pensar que todos los ingeniosos intentos de construir un gran sistema de la evolución de la sociedad no tienen más que muy dudoso valor sino nos dan al mismo tiempo la prueba de que los mismos fenómenos tienen que haber tenido siempre el mismo origen Mientras esto no se haga la presunción tiene que ser siempre que el desarrollo histórico puede haber tenido una gran variedad de caminos” (7). Esta defensa del método inductivo viene acompañada de la crítica correspondiente al método comparativo que como dijimos está presente desde los comienzos de su carrera profesional: El hecho de que muchos rasgos fundamentales de la cultura son universales, o por lo menos se dan en muchas áreas aisladas , interpretando desde la suposición de que los mismo rasgos deben haberse desarrollado siempre de las mismas causas nos llevarían a la conclusión de que existe un gran sistema, de acuerdo con el cual se ha desarrollado la Humanidad en todas partes; que todas las variaciones que se presentan no son sino detalles menores en esta gran evolución uniforme. Es evidente que la base lógica de esta teoría es la suposición de que los mismos fenómenos se deben siempre a las misma causas.” (Boas,1896) (8) Por otra parte Boas fue defensor de los estudios difusionistas que bajo su dirección fueron realizados por sus discípulos. También F. Boas dio gran importancia a la forma concreta en que cada sociedad organiza sus elementos culturales teniendo en cuenta la necesidad de considerar a la sociedad como un todo lo que la convierte en antecesor del funcionalismo que desarrollará Malinowiski y el configuracionismo, además de preparar el camino que seguiría la escuela de Cultura y Personalidad con sus proposiciones acerca de la necesidad de estudiar la forma particular en que cada individuo vive su cultura y la influencia de esta en la vida y diferencias individuales. “Los problemas de la relación del individuo con su cultura, con la sociedad en cuyo seno vive , han recibido muy poca atención. Los datos antropológicos normales que nos informan del comportamiento consuetudinario no nos dan las claves de la reacción del individuo ante la cultura y nos facilitan la comprensión de la influencia que este ejerce sobre él” (9) Por último también es interesante relacionar a Boas con Levi-Struss.

Si para el evolucionismo las “leyes del pensamiento y la acción humana” eran un principio del que se partía, para Boas “el descubrimiento de estas es el principal objetivo de nuestra ciencia”, que sería características determinadas biológica y psicológicamente que son comunes a todas las culturas y aparecen en una multitud de formas según las distintas culturas particulares en que se manifiestan. Así es que, con Boas como puente entre los evolucionistas del s.XIX y las escuelas del s. XX, nos encontramos a partir de la década del 20 con las siguientes corrientes en las ciencias etnológicas.

Difusionismo

Tras las críticas por parte del particularismo histórico (Boas, Lowis, Goldenweiser…) de los postulados evolucionistas del desarrollo cultural nacieron los esquemas difusionistas para explicar este desarrollo.

El difusionismo puede dividirse en tres diferentes corrientes:

a) La escuela difusionista pan-egipcia de Elliot, Smith y Perry que explicaba los rasgos culturales de todo el mundo a partir de la difusión de una civilización egipcia que se había asentado a partir del 4.000 a. C. en el Valle del Nilo y, en corto período de tiempo había inventado la cerámica, la cestería y la domesticación de animales. La difusión habría sido consecuencia de los viajes comerciales de esta civilización , aunque muchas de estas culturas primitivas representan una regresión al anterior estudio del “hombre natural”.

b) El “kulturkreiss”. La escuela austro-alemana de Schmidt, Graebner y Frobenius pretendía explicar el desarrollo cultural a partir de la difusión a partir de un número limitado del “Kulturkreiss” (círculos culturales) . Esta tesis, fue acompañada de un riguroso intento metodológico para establecer criterios que permitieran la justificación etnográfica de sus teorías a partir del recurso a los complejos más que a los elementos y a los “criterios de forma” y “criterios de cantidad” que ampliaban la probabilidad estadística de la difusión.

c) El Difusionismo americano. Fueron principalmente Wissler y Kroeber los principales creadores de métodos especiales de reconstrucción histórica basados en la distribución geográfica y en el concepto de zonas culturales. El concepto de zona cultural surgió al dar unidad a extensiones geográficas que presentaban rasgos culturales comunes a los pueblos que los habitaban. A partir del concepto de difusión según el cual elementos e instituciones culturales se expandían en igualdad de condiciones en todos los sentidos Wissler y Kroeber defendieron la posibilidad de transformar el criterio geográfico en temporal creando el concepto área-era y usaron el procedimiento de calcular la antigüedad a partir de la distancia de los diferentes elementos con respecto a su distancia del foco o centro cultural.

d) El Funionalismo. El funcionalismo significó para la Etnología la inversión si no la práctica desaparición del problema histórico, habida cuenta de que hasta quienes comprendan o describan con más exactitud la naturaleza de los distintos fenómenos culturales, su función y su forma, parece prematuro especular sobre los posibles orígenes y etapas”(10). Para el funcionalismo no se trata de explicar los orígenes y la evolución de los distintos rasgos culturales de las culturas mismas sino de mostrar como confluyen en una sociedad determinada y como se integran en esta sociedad que es considerada como un todo cuyas partes están interrelacionadas y dentro de la cual cada una cumple una función.

El análisis funcional busca “la explicación de los hechos antropológicos en todos los niveles de desarrollo, por su función, por el papel que juegan dentro del sistema social de la cultura, por la manera de estas unidos entre sí en el interior de este sistema y por la manera que este sistema está unido al medio físico (11). Malinowski fue el primero que defendió este planteamiento como vertebrante de la teoría etnológica y él es el autor que es considerado como fundador de los estudios funcionalistas de la cultura. Por otra parte en Malinowski, la base de la construcción teórica está en su teoría de la necesidad.

Según ésta, la cultura es el medio que permite satisfacer las necesidades individuales (“la cultura humana se basa fundamentalmente en las necesidades biológicas del hombre”) y cada forma cultural será definida en función de las necesidades que satisface.

Estas necesidades son de tres tipos: 1º) lo que Malinownski llama “necesidades primarias”, tales como la necesidad de alimento, reproducción, conservación, cuidados corporales; 2º las “necesidades derivadas”, que son las distintivas del hombre con respecto a los animales que llevan a las elaboraciones culturales: la necesidad de renovación del aparato cultural que dará lugar a la economía, la necesidad de “renovación del personal” que dan lugar a un sistema de educación, etc: 3º las “necesidades integrativas y simbólicas” por las que el hombre satisface la necesidad de expresar los sentimientos colectivos a las que responde el sistema religioso, el arte, la magia, etc. Siguiendo el esquema de Malinowski, las instituciones son consideradas como instrumentos a través de los cuales se canalizan las respuestas que la sociedad dispone para la satisfacción de las necesidades individuales, la institución en un grupo de personas regidas por un “conjunto de normas” y con un “equipo material” que emprende una acción instrumental para satisfacer las “necesidades individuales”.

Los estudios funcionalistas de Malinowski, al igual que los de Radcliffe-Brown tienen sus antecedentes en la obra de Durkheim en cuanto que defendía la necesidad de estudio holísticos de la sociedad y las interrelaciones e integración de sus elementos por la vía de la solidaridad social. Por otra parte, Durkeim defendió la necesidad de explicar los hechos sociales con total independencia de las psicologías individuales; y en este sentido el pensamiento de Radcliffe-Brown (no, evidentemente el de Malinowski) recogería los postulados durkheimianos: “Deseo subrayar con la mayor insistencia que la antropología social es una ciencia tan independiente de la Sicología como esta lo es, a su vez de la fisiología o la química de la física; ni mas ni menos. Esta posesión no es nueva en absoluto, Durkheim y la importante escuela lAnné Sociologique han insistido en ella desde 1.895”. (12).

Radcliffe-Brown, a partir de la distinción disciplinar entre etnología (que se ocuparía de la historia de las sociedades primitivas) y antropología social (que tendría por objeto descubrir las leyes fundamentales que operan en el desarrollo de la cultura”), establecería los conceptos con los que operara esta ciencia.

Partiendo del concepto de estructura social que “consiste en la distribución de las personas unas en relación con las otras”, y que sobrevive a esta ordenación de las personas en roles y relaciones institucionalizadas (“continuidad estructural”) se trataría de diseccionar la estructura social en grupos sociales y clases para analizar su estructura interna. Este concepto de estructura se distinguiría del de organización social porque el campo de estudio de éste estaría delimitado por la “distribución de actividades”, y del de “institución” en cuanto que una institución sería un conjunto de “normas de comportamiento”.

Así pues, el funcionalismo inglés de Malinowski y Radcliffe-Brown se caracteriza fundamentalmente por su interés en los estudios sincrónicos de las sociedades consideradas como todos cuyas partes están en relación mutua; pero para Radcliffe-Brown el descubrimiento de la función y estructura de la sociedad estaría al servicio del propósito de descubrir las “leyes o principios generales de cuya acción continua han resultado las diferentes formas de sociedad, pasadas y presentes”, y, la relación entre la Etnología y lo que él llama Antropología Social sería como sigue: los “intentos de reconstruir la historia pertenecen más que nada a la Etnología, pero como suponen ciertas leyes generales, depende de la Antropología Social para la demostración o verificación de dichas leyes(13).

Cultura y Personalidad

La influencia de esta escuela en el pensamiento etnológico americano se hizo importante a partir de 1.930 y comienza a remitir en la década de los sesenta con la aparición de los estudios etnosemánticos.

La orientación general de esta escuela se basa en el intento de realizar el estudio cultural a partir de las relaciones existentes entre la cultura y el individuo siguiendo las enseñanzas de F. Boas al respecto.

Siguiendo los postulados del relativismo cultural, acuñado por Boas y combinado con un difusionismo diluido nació la obra que es el paradigma de los estudios de la escuela cultura y personalidad: “Patterns of Culture” de Ruth Benedict. La orientación directriz es la de un funcionalismo teleologista.

Para R. Benedict el rasgo fundamental de las culturas es su tendencia a la consistencia a partir de la integración de las conductas individuales y las instituciones que subordinan sus actividades a una “motivación directriz”.

Por tanto una cultura no es una disposición de elementos sin orden sino una disposición de estos integrándolos en totalidades orientadas hacia un fin y, aunque R. Benedict reconozca que la -“falta de integración de algunas culturas” puede ser “tan característica como la extrema integración de otras- en “Patterns of Culture”, la integración apolínea de los Zuñi o la dionísiaca de los Kwatkiult –reconoce que, “a la larga las culturas con elemento no integrados tienden a organizarse como totalidades integradas”. Por ello las culturas analizadas en la obra citada “no son meros agrupamientos heterogéneos de actos y creencias.

Cada una de ellas tiene sus fines… marchan a lo largo de caminos distintos en persecuención de fines distintos, y los fines y medios de una sociedad no pueden ser juzgados en términos de los de otra sociedad porque son inconmensurables”. (14)

Por el mismo tiempo de R. Benedict, M. Mead se orientó hacia el estudio de la forma en que los individuos reciben su cultura y su primer trabajo estuvo dedicando al estudio de la adolescencia de la sociedad occidental, persiguiendo el objetivo boasiano de demostrar “el hecho de que la naturaleza humana no es rígida ni inflexible” (Boas) y de que cada cultura escoge algunos segmentos de las posibilidades que la naturaleza humana le brinda, afirmación que, por otra parte, también está presente en la obra de Ruth Benedict.

El siguiente libro de M- Mead, “Growing up in New Guinea”, estuvo dedicando a los procesos mediante los que el pueblo de los manus integraba a los niños en la sociedad adulta y el tercero de sus grandes estudios psicoculturales investigó sobre el modo en que la cultura modela la plasticidad del comportamiento sexual.

La introducción de la teoría freudiana en la escuela de cultura y personalidad se convirtió en el eje que vertebró la teoría del análisis psicocultural en las obras que van de Ralph Linton a A. Kardiner que además incorporan al campo de sus estudios las variaciones individuales de la personalidad en cultura determinada e introducen para ello los métodos estadísticos.

Para R. Linton, que parte de la idea de que todas las personalidades comparten un conjunto de características propias de la cultura en que viven, se trataría de estudiar las variaciones de la personalidad a partir del tipo estándar, la “personalidad modal”.

La obra de Kardiner llevó consigo una nueva interpretación de las instituciones. Las formas en el que el niño es socializado constituirían las “instituciones primarias”. Los tabús, religión y las ideologías en general devivan de estas instituciones y se reflejan en las “instituciones secundarias” que son las que acaban de moldear la personalidad y las que “satisfacen las necesidades y mitigan las tensiones creadas por las instituciones primarias”. A finales de los años 50 la escuela derivará a posiciones más elaboradas, fundamentalmente en la obra de John Whiting en la convergen varias líneas de desarrollo: la neofraudiana de Kardiner, la teoría del aprendizaje via Hull y la estadística y el método comparativo a través de las “Human Relations Area Files” de Murdock.

La escuela francesa (Durkheim y Lévi-Strauss)

La escuela francesa experimentó un desarrollo independiente con respecto a la tradición anglo-americana y ha llevado sus propias líneas de desarrollo a partir de Durkheim el cual, como hemos visto, influyó también en el funcionalismo inglés.

Durkheim estableció como punto de partida para la elaboración sociológica y etnológica, la autonomía de los hechos sociales con respecto a la Psicología, presupuesto que permitiría fundamentar una disciplina que tratará lo social como hecho específico y que permitiría abrir una perspectiva teórica en que las manifestaciones superorgánicas se explicaran a través de coordenadas cuyos términos permanecen en este mismo nivel: “Las representaciones, las emociones y las tendencias colectivas son causadas no por ciertos estados de las conciencias de los individuos sino por las condiciones en las que se encuentra el grupo social en su totalidad. Por supuesto tales nociones sólo pueden materializarse si las naturalezas individuales son meramente el material indeterminado que el factor social moldea y transforma” (15). Por estas razones el individuo podrá ser incorporado a la ciencia de los hechos sociales en términos operatorios para ésta ciencia. La siguiente cita, aunque es seguro que se encontrarían otras más adecuadas, puede ilustrarnos esta pespecriva: “El individuo al asimilar los ideales de la sociedad ha llegado a ser capaz de concebir el ideal. Es la sociedad quien atrayéndolo a la esfera de la acción le ha hecho contraer la necesidad de elevarse por encima del mundo de la experiencia.”

Lévi Strauss.

Su artículo publicado en 1.945 “Lanalyse Structurale en linguistique et en Antropologid” marcó el comienzo de la gran influencia de los métodos de la lingüística estructural en las ciencias humanas. El postulado que basa el pensamiento de Lévi Strauss es la posibilidad de tratar los hechos de la vida social como fenómenos de comunicación que pueden ser descodificados: “¿Qué es pues la antropología social?. En mi opinión nadie estuvo más cerca de definirla, aunque haya sido por omisión, que Ferdinand de Saussere, cuando presentando a la lingüística como parte de una ciencia todavía por nacer, le reserva el nombre de semiología y le atribuye como objeto el estudio de los signos en el seno de la vida social… Concebimos pues la antropología como ocupándose de buena fe de ese dominio de la semiología que la lingüística ya no reivindica ya para sí” (16). La descodificación de la vida social nos remitiría en la tradición durkheimiana la búsqueda de las formas elementales a las estructuras inconscientes del espíritu humano. Estas estructuras inconscientes- y aquí Levi Strauus rompe con la tradición de Mircea Eliade y Jung- son formales. Los hechos sociales y culturales serían su contenido manifiesto:” ...la actividad inconsciente del espíritu consiste en imponer formas a un contenido y si estas formas son fundamentalmente las mismas para todos los espíritus … es necesario y suficiente alcanzar la estructura inconsciente subyacente a dada institución para obtener un principio de interpretación válido para otras instituciones y otras costumbres… (17)

Son estos principios los que en la tradición de Mauss y Malowski de la ley de reciprocidad son aplicados en sus estudios sobre el incesto. Levi Strauus la institución universal del incesto que es la que marca el salto entre naturaleza y cultura -naturaleza que, por otra parte es utilizada por la cultura metafóricamente para su organización .En el caso del totemismo, es la regla del excelencia y por ello es la que instaura el principio de la organización social más teniendo en cuenta que las organizaciones sociales más elementales se encuentran absorbidas por en las relaciones familiares que a partir del intercambio de mujeres y según sus modos se podrán clasificar en “estructuras elementales de parentesco”.

El otro gran ámbito de la investigación de Lévi-Strauss será el estudió de la mitología primitiva. En ellos defienda la necesidad de entender los mitos como conjuntos de oposiciones binarias- al igual que las “culinarias”- insertos en la estructura mítico y socioeconómica de cada sociedad y cuya estructura vendría determinada por leyes “internas que rigen las mentes” pero a la vez organizadoras de la experiencia de los pueblos a la que corresponda:” el mito y la obra musical, son como directores de una orquesta cuyo auditorio se convierte en intérprete silencioso.”

Los mitos, por fin, al ser trasladados de una sociedad a otra cambiarían según leyes transformacionales para adaptarse a la realidad de la sociedad adoptante.

Para finalizar con Levi Strauss diremos que se puede acusar de hacer “cabalística” con cierta frecuencia, pero no psicologísmo o mentalismo como hace Marvin Harris porque una vez descubiertas las supuestas leyes del pensamiento o del espíritu humano están son tan superorgánicas como lo puede ser la lengua, por ejemplo.

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Pablo Noriega

(1) M. Harris “El desarrollo de la teoría antropológica” ,pag 122

(2) Edgard B. Tylor: “La ciencia de la cultura” En el nº 3 de la Biblioteca Anagrama de la Antropología; pág. 30

(3) E.B. Tylor. Op. cit., pág 39

(4) Idem, pág. 39

(5)Por ej. Sally Linton: La mujer recolectora: sesgos machistas en Antropología”. Colección Anagrama de Antropología, nº 13,o Enric Fron “El complejo de Edipo y su mito”. En Ed. Península, Historia, Ciencias y Sociedad, nº 57, pags.217-245

(6)Tylor,Cp. Cit. Pag 35

(7) M, Harris. Op. Cit., pag 197

(8)M. Harris: Op. Cit.,pag.244-5

(9)Citado por M.Harris, Op.cit., pag. 244(10)La Cultura (1.932).

(10)Malinowski. En Biblioteca Anagrama de Antropología nº 3: pag. 89

(11)Malinowski citado por P. Mercier :Mª de la Antropología Ed. Península. Historia, Cultura, Sociedad nº 41, pag. 132

(12) Radcliffe-Brown: “El Método de la Antropología Social”, pags 37-8. Biblioteca Anagrama de Antropología, nº 4

(13) Op. cit., pág. 46

(14) 1 R. benedict: “patterns of Culture”. Pag. 192 Ed: Centro editor de Amarica Latina, 1.971


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