Arbil cede expresamente el permiso de reproducción bajo premisas de buena fe y buen fin
Para volver a la Revista Arbil nº 110
Para volver a la tabla de información de contenido del nº 110


Acceso a El Foro de Intereconomía

El silencio de Dios y el problema del mal.

por Redacción.

La editorial Alejandro Korn, Córdoba, Argentina, avalada por Sociedad Argentina de Filosofía y el Instituto Argentino Germano de Filosofía y Humanidades nos ofrece un trabajado libro acerca de el silencio de Dios y el problema del mal, edición a cargo de Judith Botti de González de Achával, hoy por hoy auténtica figura señera y referente de la filosofía en Argentina e Hispanoamérica en los últimos 25 años.

El libro recoge dos escritos inéditos y póstumos del gran filósofo e hispanista Alberto Wagner de Reyna, “El problema del mal” y “La unción”. El primero realizado “ad hoc” para servir de inspiración y guía a los ponentes del XXX Congreso de Filosofía de la Sociedad Argentina de Filosofía; el segundo escrito en los umbrales de su muerte, cuando ya vislumbraba los luceros de la vida eterna. Así escribe poco antes de su muerte:

No es un momento triste, sino por lo contrario, un tiempo de alegría, de gozo, de jubilación. La gloria de Dios. Y consecuente con esta realidad, con este “descubrimiento”, el estado de ánimo con que enfrento mis últimas jornadas, se hace ligero, despreocupado y plácido (p.18).

Judith Botti de González de Achával aborda en sus reflexiones preliminares un entronque del mal con especial detenimiento en San Agustín y en la obra de Max Scheler. Su juicio final, conclusivo, es sencillamente impresionante:

El relativismo ético, representa un peligro eminente. Desde las autoridades eclesiásticas, los claustros filosóficos y teológicos, se viene advirtiendo que la ciencia no puede sustituir a la filosofía y a la religión, y no puede dar respuesta a las cuestiones fundamentales del hombre, como las que conciernen al sentido de la vida y de la muerte, a los valores íntimos y a la naturaleza del progreso.

Desde este punto de vista advertimos que poco a poco se va produciendo la transmutación de valores anunciada por Nietzsche. Se duda de la existencia de la verdad, se banaliza la idea de bien y de la belleza (p. 34).

Y Judith nos muerta el camino y a la vez nuestra misión:

Reflexionar, ayudar a pensar, arrojar luz, es nuestra misión. Mostrar nuestra inclaudicable voluntad de solidaridad y amor, es un imperativo al que no podemos renunciar (p. 36).

Termina, como los grandes pensadores, apelando a la poesía que promete.

El profesor Alfonso López Quintás, con su sobrada solvencia intelectual e inigualable claridad aborda bajo el título “El silencio de Dios” un magnífico estudio teológico-antropológico. Divide en seis fases la experiencia religiosa del hombre, en analogía a la vida espiritual de los pueblos, en un ascender constante a Dios como principio, fin y meta de nuestra vida, apuntando que tal camino puede verse frustrado por la libre decisión humana. La meta de cada uno estriba en:

que nos decidamos, libre y lúcidamente, a lograr nuestro pleno desarrollo personal mediante el encuentro amoroso con Él [Jesús]. Con ello cumplimos uno de los grandes anhelos de nuestra vida: descubrir el espléndido destino que nos tiene reservado el Dios que se oculta si no desconfiamos de su amor a pesar del desvalimiento que implica todo gran dolor (p. 59)

José Martín Brocos Fernández tras un posicionamiento claro y objetivo de qué es el mal, concebido

como la negación del bien. El mal sólo puede existir en relación al bien y a la verdad, y, en concreto, a Dios como supremo Bien y como Verdad plena. Cualquier otro planteamiento del mal, alejado de la objetividad del mismo que proviene de la afirmación del Absoluto, lleva a su relativización y banalización, confundiéndose el bien y el mal, lo moral y lo inmoral, con lo legal y lo ilegal.

La defensa de una verdad plena en el orden ontológico guarda estrecha relación con la libertad humana, ya que el paradigma de hombre libre sería aquel que asume dicha verdad. Conocer la verdad es también una cuestión moral, ya que para reconocer la verdad moral hay que tener buena disposición moral. Como colegimos de la tradición agustiniana, no podemos comprender la verdad sin estar en ella.

La no asunción personal de la verdad completa sobre el hombre y de su religación a Dios, como Ser plenamente autosuficiente y Creador, convierte la libertad en incoada, pero nunca en completa. Y es más, la relativización del mal, proveniente del planteamiento cercenado de la mismidad de la persona, conduce al hombre a un alejamiento y abandono progresivo de su libertad para pasar a la condición de esclavo de la materia, de las pasiones y los apetitos sensibles que lo impelen por su naturaleza viciada (p.65-66).

afronta un complejo estudio radiografiado acerca de dónde se encuentra el mal en todos los órdenes de la vida social: enfoque antropológico-familiar, jurídico-sociológico, cultural, religioso, educativo, político, económico e informativo.

Alicia Piccari de Luna, vice-presidenta de la Sociedad Argentina de Filosofía, bajo el título “paradoja del mal y del dolor. ¿Hay esperanza?” defiende el valor de la filosofía como la capacidad de dar respuesta en continua búsqueda y cuestionamiento, no renunciando a las certezas, del propio ser del hombre, pues

la filosofía, no es sólo saber de totalidad, general y universal, sino también saber particular, más aun singular, es decir, que-hacer humano personalizante-humanizante (p.138-139).

Y es la propia vida la que suscita las cuestiones filosóficas, y pretendiendo la auténtica filosofía “apelar radicalmente al sentido de responsabilidad, frente a una existencia que es al mismo tiempo un don y una tarea”, sostiene Alicia que no cabe una esquizofrenia de vida, puesto que

La filosofía se reconoce en un pensar con fidelidad a la vida; una vida entendida en toda su extensión y manifestación; que abarque al hombre como un todo, como una unidad de su cuerpo y de su alma; como interrogador de una realidad integral-integradora, abarcativa tanto de su puesto en el cosmos, como de su devenir en él (p. 141).

Acerca del problema del mal, bien el mal moral, bien “el mal como `dato humano´, pobreza, violencia, exige para su comprensión

situarse en lo frontal de la existencia, en el fondo mistérico de lo humano y en apertura a la fuente última de la existencia (p. 151).

La búsqueda y el encuentro consigo mismo, diálogo y colaboración superando el egoísmo, una tolerancia lúcida, y el reconocimiento del mal son caminos de alivio del mal y del sufrimiento.

•- •-• -••••••-•
Redacción.



¡Hazte donante!
Donar órganos es
"un auténtico acto de amor"
(Juan Pablo II)

-
***
Visualiza la realidad del aborto: Baja el video
Video mostrando la realidad del aborto
Rompe la conspiración de silencio. Difúndelo.

 

Para volver a la Revista Arbil nº 110
Para volver a la tabla de información de contenido del nº 110

La página arbil.org quiere ser un instrumento para el servicio de la dignidad del hombre fruto de su transcendencia y filiación divina

"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil

El contenido de estos artículos no necesariamente coincide siempre con la línea editorial de la publicación y las posiciones del Foro ARBIL

La reproducción total o parcial de estos documentos esta a disposición del público siempre bajo los criterios de buena fe, gratuidad y citando su origen.

Foro Arbil

Inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones. N.I.F. G-47042954
Apdo.de Correos 990
50080 Zaragoza (España)

ISSN: 1697-1388