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Yo si, tu no por Álvaro Vázquez Prat ¿Cómo explicar a un hijo que no es válido para nacer aunque tiene la misma enfermedad que yo, su progenitor? |
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| Leo, en la sección de reproducción de un periódico nacional, que el “Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) ha conseguido, por primera vez en España, diagnosticar la neoplasia múltiple endocrina de tipo 2 (MEN2A) en embriones de una pareja en la que el hombre era portador de tal enfermedad”. Con la técnica del Diagnóstico genético Preimplantacional, continúa el artículo, “la pareja acaba de dar a luz a un niño y una niña libres de enfermedad, tras seleccionar los embriones sanos con dicha técnica”. Se estudiaron 8 embriones y sólo 4 estaban libres de enfermedad, de los que dos se implantaron y los otros dos se han crioconservado.
Y yo me pregunto: ¿Cómo explicar a un hijo que no fue hallado, sino buscado, que no es fruto de la querencia, sino de la interesada conveniencia que, a día de hoy, ya nos permite la ciencia? Porque me permito recordar que, entre otras cosas, el diagnóstico preimplantacional regula la posibilidad de seleccionar, escoger, entresacar aquel embrión que, en base a su identidad genética, vaya a mejor satisfacer mis intereses. Intereses que, como es el caso, pueden pretender la selección embrionaria de los “no enfermos”, ignorando a aquellos que desestimamos en pro de tal búsqueda.
Pienso que, como ha sido siempre, y no me cabe duda que debe seguir siendo: “no todo fin justifica cualquier medio”.
De modo que, retomando la pregunta inicial, ¿cómo explicar a un hijo que fue escogido, no encontrado?; en definitiva, que fue encargado por la conveniencia de un fin que ignoró otras tantas vidas genéticamente menos afortunadas que la suya, por lo que a su viabilidad se refiere.
Pero lo que me parece más importante: ¿Cómo explicar a un hijo que no es válido para nacer aunque tiene la misma enfermedad que yo, su progenitor? o quizá, habría que decir que “no es válido para nacer porque tiene la misma enfermedad que yo, su progenitor”; pero entonces… “alguien” puede preguntarse:
¿PORQUE TU SI, Y YO NO? Donde esta la diferencia.
Y gritar: ¡Quiero una ciencia resolutiva, no restrictiva!
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IV Congreso Mundial de las Familia
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