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Un error marxista: su determinismo económico (II)

por Luis David Bernaldo de Quirós Arias

En el artículo anterior, los hechos rebaten la teoría marxista del Determinismo Económico. También los hechos rebaten , asimismo, la teoría de la lucha de clases.

Si se analiza la Historia, se verá que la lucha de clases se apoya en un falso supuesto. Marx fue testigo en su tiempo de un hecho claro: ciertos miembros de la sociedad, con su riqueza y poder, dominaban al resto. Él llamó, con más o menos acierto, aquellos miembros la clase explotadora. También comprobó que muchas personas trabajaban casi sin descanso produciendo riquezas para los propietarios de los medios de producción. Estas personas apenas recibían lo necesario para subsistir malamente. Las llamó la clase explotada.

Una vez expuesto esto, Marx de forma precipitada e injusta, trató de hacer una generalización de los hechos: afirmó de manera tajante y dogmática que toda sociedad está constituida por esas clases, es decir, que toda persona pertenece a la clase explotadora o a la explotada.

Aquella generalización, ni se deduce de las premisas, ni es corroborada por los hechos actuales. Es falso que los propietarios de los medios de producción explotan a los que trabajan para ellos. Para que esto no ocurra, están los sindicatos, comités de empresa y demás organizaciones que pactan con los empresarios salarios, jornadas de descanso, vacaciones, etc.

La explotación precisamente surge en los países marxistas en donde no existen estas organizaciones y los trabajadores son explotados por el Estado. Una clase privilegiada, la nomenclatura, dominaba y abusaba de la clase trabajadora.

En el libro "KGB. Leales camaradas, asesinos implacables", escrito por el ex militar soviético Slava Katamidze, editorial LIBSA, 2.004, se puede comprobar lo que decimos. También en las obras "La nomenklatura. Los privilegiados en la URSS", de Michael Voslensky, editorial Argos Vergara, 1981, y "La corrupción en la Unión Soviética", de Ilia Zemtsov, editorial Plaza Janés, 1.977, demuestran esta explotación.

Se puede decir que la teoría de la lucha de clases no está basada en la realidad, sino que más bien en la fantasía de Marx.

Para el marxista, todo tipo de penalidad inherente a la propia vida humana, constituye siempre una forma de explotación.

Otro supuesto de la teoría de la lucha de clases, que es también rebatido por los hechos históricos, es el que sostiene que todos los grandes cambios sociales se produjeron por la guerra de clases. El determinismo económico marxista afirma que los motivos básicos de esta guerra son de carácter económico. Esta afirmación es falsear completamente la Historia. Se han realizado muchísimos cambios radicales a lo largo de la historia de la Humanidad y las guerras han estado presentes por muchas razones que no son precisamente de carácter económico.

Marx y los marxistas, cegados por su método monístico, no comprenden o no quieren comprender, que los odios étnicos, raciales, nacionales, etc, han provocado multitud de confrontaciones.

Otro error notable de la dialéctica social del marxismo, es su simplicidad: sólo hay un motivo dominante en la Historia. No se tiene en cuenta que detrás de cada acontecimiento histórico hay miles de factores, que pueden ser importantes, vanos, fútiles, etc. El curso de la Historia cambia muchas veces por intrigas personales, odios, celos, ambición de poder, orgullo, rivalidad, o simplemente por un somnífero: Hitler lo había tomado el día del desembarco de los aliados en Normandía, dando la orden de que nadie y ni por nada se le despertase, cosa que cumplieron sus subordinados, incluido su propio asistente el general Alfred Jodl que posteriormente firmaría la rendición incondicional de Alemania. (Recordemos que las Panzer no podían avanzar ni un metro sin la autorización expresa de Hitler, con lo que el desembarco, afortunadamente, fue relativamente más fácil al no encontrarse de repente con las temidas y terribles divisiones acorazadas).

La historia de Europa e incluso la de EE.UU. hubiese sido completamente distinta si Enrique VIII no se hubiese enamorado de Ana Bolena, ya que Inglaterra probablemente seguiría siendo católica y USA también. Es decir ¡hasta el amor por una mujer puede ser trascendental para el devenir histórico!.

Donde sí hubo una transformación radical de la sociedad por motivos económicos y también por ansias de libertad, fue precisamente en la ex URSS. Los 145 millones de pobres que dejó el marxismo decidieron dicha transformación. Y, paradójicamente con el principio de la lucha de clases, no hubo ni un solo tiro. Para ser exactos, solamente hubo cuatro disparos de otros tantos jerarcas de la nomenclatura que se suicidaron al ver que podrían desaparecer sus privilegios y prebendas.

El propio nacimiento del comunismo no puede explicarse a partir de un fundamento materialista o económico: dependió de una cosa tan aleatoria y trivial como el nacimiento de Marx

Tratar de poner todos estos factores cambiantes y volubles en una sola fórmula concebida en términos de fuerzas materiales, que funcionan según las diferentes técnicas de producción, es violentar todo el acontecer histórico para salvar una teoría.

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Luis David Bernaldo de Quirós Arias



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