| Arbil cede expresamente el permiso de reproducción bajo premisas de buena fe y buen fin | |||||
| Para
volver a la Revista Arbil nº 115 Para volver a la tabla de información de contenido del nº 115 |
|||||
El sentido humano de la sexualidad por autor En ocasiones se tiende a reducir la “sexualidad” a la simple y pura “genitalidad” lo que supone degradar y reducir a la persona humana a una única dimensión corporal buscando el gozo como único objetivo. La sexualidad debe abarcar a toda la persona y no sólo a una parte de la misma. La sexualidad es una realidad positiva como expresión de amor y unión entre un hombre y mujer. |
|||||
| Parece obligado comenzar este artículo intentando precisar que aspecto es el “definitorio” de la sexualidad humana: el biológico, el psicológico, el social, el legal o el afectivo, o todos ellos. ¿Que soy?: lo que soy, lo que me dicen que debo ser, lo que legalmente soy, o lo que yo me siento ser. Que duda cabe que resolver esta primera cuestión es clave por la influencia que ejerce tal condición sexual en todos y cada uno de los ámbitos y comportamientos de las personas en su día a día.
Define el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua los conceptos de sexo y sexualidad de la siguiente manera:
Sexualidad: Conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo.
Sexo: Condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas.
Es decir, tales definiciones me sugieren lo siguiente: si bien “sexo” parece que se limita a definir a la condición sexual de las personas en cuanto a su diferenciación anatomo-biológica; “sexualidad” comprende un concepto algo más amplio en el que se incluirían los diferentes aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo y de las expectativas de rol social, así como los aspectos relacionados con su finalidad reproductiva y de goce. De ahí la importancia de este concepto de sexualidad. Según A. Ruiz Retegui: “La sexualidad constituye actualmente, y así ha sido desde siempre, una constante humana en las cuestiones relacionadas con la división de la humanidad”. Es decir, que tal es la importancia de esta sexualidad en las personas que ha sido la que ha marcado el devenir de las relaciones interpersonales, de las reglas sociales y del comportamiento humano en general en las distintas sociedades de Nuestro Mundo.
En ocasiones se tiende a reducir la “sexualidad” a la simple y pura “genitalidad” lo que supone degradar y reducir a la persona humana a una única dimensión corporal buscando el gozo como único objetivo. La sexualidad debe abarcar a toda la persona y no sólo a una parte de la misma. La sexualidad es una realidad positiva como expresión de amor y unión entre un hombre y mujer.
Cabría preguntarnos si hoy la sexualidad ha perdido semejante capacidad?. Yo diría que sí. En el mundo actual, en las sociedades actuales, se ha pasado de esa “ sexualidad” como parte fundamental del comportamiento humano, “constante humana”, a la interesada utilización de la sexualidad para satisfacer mis interesados objetivos sin respeto alguno hacia mi persona, la de los demás, o lo que la sexualidad representa entre ellas. Banalización, materialización, trivialización de la sexualidad desde varios puntos de vista, fundamentalmente dos: “banalización científica y banalización lúdica” en las que la sexualidad pierde su misticismo, su poder oculto, para ser utilizada en interés de la ciencia o de las personas para obtener intereses particulares que beneficien mi propio bienestar.
Tal es la importancia o gravedad de esta trivialización que puede llegar a afectar a dimensiones de la existencia humana por cuanto se deteriora el “sentido humano de la sexualidad” , según Ruiz Retegui
·- ·-· -······-·
|
|||||
Para
volver a la Revista Arbil nº 115
|
|||||
