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Un personaje olvidado en la iglesia egipcia del siglo IV: El Obispo San Serapión de Thmuis

por Gonzalo Fernández,

La amistad de San Atanasio y San Serapión hacen que el segundo sea uno de los principales ayudantes del alejandrino en la política que inicia en 338 de asentar la ortodoxia nicena en Egipto mediante su control de los monjes y de los obispos

A la santa memoria del Padre José María Páramo Villanueva de la Compañía de Jesús

La figura de San Serapión no ha alcanzado el eco que merece en la historiografía. San Serapión asciende al obispado de Thmuis en fecha previa a 338. Esa datación se deduce de la carta que San Atanasio remite a San Serapión tras el término del primer exilio del alejandrino (Patrologia Griega 26, columnas 1.412 - 1.413). En su contenido San Atanasio notifica a San Serapión los nombramientos de obispos que piensa efectuar cuando regrese a Egipto. Así se opone a la tentativa por el grupo eusebiano de cubrir las sedes vacantes egipcias con melecianos enviados desde las diócesis origenistas de Siria y Palestina. La idiosincrasia de San Serapión como destinatario de aquella epístola muestra la ayuda que el obispo de Thmuis presta a San Atanasio en el combate antimeleciano del alejandrino.

San Serapión de Thmuis es una personalidad polifacética. Escribe una carta alusiva a la virginidad. Esa epístola se halla en un florilegio con obras de varios autores transmitido por el manuscrito siriaco Addit. 12.156 de la Biblioteca del Museo Británico (1883 PITRA 214 - 215). San Serapión alcanza fama de buen autor espiritual. El historiador del siglo V de la Era Cristiana Sócrates el Escolástico recoge diversas alabanzas a San Serapión: columna de la verdad para San Basilio el Grande, santa llama de los egipcios en opinión de San Atanasio, maestro espiritual y grande con arreglo a Dídimo el Ciego y ángel de la iglesia de Thmuis según Evagrio Póntico (1947 LEBON 15 n. 4).

San Jerónimo (Sobre los hombres ilustres 99) alude a la inteligencia y vasta cultura de San Serapión a quien hace autor de un egregio libro contra los maniqueos, otro acerca de los encabezamientos de los Salmos y cartas útiles sobre diversos temas. Entre sus epístolas destaca la Carta 23 de San Serapión (1885 PITRA 47). La anterior cita del Solitario de Belén indica que San Serapión cultiva asimismo la apologética. Por último San Serapión brilla también como liturgista. Lo demuestran los fragmentos descubiertos en 1894 (1923 BARDENHEWER 101 - 102). San Serapión muere después de San Atanasio cuyo óbito acaece el 2 de mayo de 373. El manuscrito siriaco Addit. 12.156 de la Biblioteca del Museo Británico cita a San Serapión en compañía de un grupo de obispos egipcios exiliados a quienes se pretende consolar. Probablemente son los obispos a quienes el emperador Valente exilia poco después de la muerte de San Atanasio y la subida de su sucesor Pedro II al trono episcopal de Alejandría. Este destierro se explica por la fe homea de Valente. El homeísmo sostiene que Cristo es igual pero no consustancial a Dios Padre como preconiza la ortodoxia nicena.

San Serapión de Thmuis colabora con San Atanasio en ganar a los monjes egipcios para la defensa de la sede de Alejandría. Ello se ve en una carta de San Serapión a los cenobitas de Egipto (Patrología Griega 40, columnas 923 - 942). San Serapión es amigo de San Antonio Abad quien en 339 marcha a Alejandría para ayudar a San Atanasio (SAN ATANASIO DE ALEJANDRÍA, Índice de la versión siriaca de las Cartas Pascuales en Patrología Griega 26, columna 1.353, Carta Pascual para el año 339 d.C. en Patrología Griega 26, columna 1.410 y Vida de San Antonio Abad 69 - 71). San Antonio Abad, al morir en 355, lega una de sus túnicas a San Atanasio y la segunda a San Serapión (SAN ATANASIO DE ALEJANDRÍA, Vida de San Antonio  Abad 82 y 91). Finalmente los monjes de Egipto conocen a San Serapión de Thmuis en conformidad con la carta de San Atanasio a Draconcio (Patrología Griega 25, columnas 522 - 534).

La carta de San Atanasio a Draconcio es importantísima. Draconcio ocupaba la jefatura de un cenobio pese a lo cual había sido elegido obispo de Hermópolis por sugerencia de San Serapión de Thmuis. Draconcio renuncia a aquella honra por medio de la fuga al yermo. Con la presente misiva San Atanasio exhorta a Draconcio a asumir el obispo de Hermópolis y a convertirse en defensor de la fe si las circunstancias lo exigen. Esa actitud de Draconcio muestra el miedo que algunos monjes sienten hacia el cargo de obispo por sus posibles adherencias mundanas. Su texto tiene importancia al exponer los propósitos de San Atanasio de cimentar su polémica contra los melecianos en su fiel cantera de monjes a quienes facilita su ascenso al orden episcopal. La misiva de San Atanasio a Draconcio indica el comienzo del proceso que lleva a proveer los obispados con monjes. Ese proceso alcanza su cenit en Occidente con la coronación papal de San Gregorio Magno el 3 de septiembre de 590. Ésta es la primera ocasión en que un monje llega al Pontificado Romano (1980 KRAUTHEIMER 74).

La amistad de San Atanasio y San Serapión hacen que el segundo sea uno de los principales ayudantes del alejandrino en la política que inicia en 338 de asentar la ortodoxia nicena en Egipto mediante su control de los monjes y de los obispos. Otra de las personas que más auxilian a San Atanasio en esa tarea es Pafnucio de Sais quien ya aparece como obispo simpatizante de San Atanasio desde 347 y será uno de sus principales partidarios en el concilio alejandrino de 362 (SAN ATANASIO DE ALEJANDRÍA, Tomo a los antioquenos 4 en Patrología Griega 26, columnas 808 y 1.430).

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Gonzalo Fernández

 

Bibliografía

1883 PITRA, J.A. Analecta sacra Spicilengio solesmensi parata. Vol. IV. París.

1885 PITRA, J.A. Analecta sacra et classica. Vol. I. Frascati.

1923 BARDENHEWER, O. Geschichte der altkirchlichen Literatur. Vol. III. 2ª edición. Friburgo de Brisgovia.

1947    LEBON, J (editor), Athanase d'Alexandrie. Lettres à Serapion sur la Divinité du Saint-Esprit. París

1980 KRAUTHEIMER, R. Rome. Profile of a City, 312 - 1308. Londres.



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