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Radio Maryja: Una voz católica en sus hogares

por Grzegorz Kucharczyk

Radio María está integrando a la gente –y por eso es tan peligrosa para los propagadores de una sociedad atomizada. Esas gentes, en términos políticos, eran la mayoría silenciosa. Ahora, gracias a Radio María, se han dado cuenta de qué tan numerosos son. Se han contado ellos mismos. Esto ha producido ya resultados concretos

La Radio María de Polonia transmite diariamente a una audiencia de más de un millón de oyentes locales y varios millones que la escuchan vía satélite en todo el mundo. Un fenómeno reciente que la equipara al milagro de la estadounidense EWTN (la TV de Madre Angelica), su fundador, el sacerdote redentorista Tadeusz Rydzyk, es tan irreprehensible como la Madre Angélica y del mismo modo detestado por los progresistas. Los nuevos ricos neo-comunistas temen la potente combinación de la independencia y ortodoxia católica de la Radio María –que autónomamente permite al P. Rydzyk advertir a su vasta audiencia contra los intentos de transplantar el capitalismo occidental del laissez-faire en Polonia. Su espiritualidad tradicional y su tratamiento abiertamente católico de los temas morales y sociales –como el aborto, la amenaza de la New Age y el sincretismo religioso—lo ha establecido como un héroe de las masas al mismo tiempo que en el enemigo de la pseudo-elite.

Han pasado casi diez años del colapso del comunismo en Polonia. Muchos polacos consideran que una de las pocas cosas que ha sido exitosa y de la que pueden estar orgullosos es Radio María.

El 8 de diciembre de 1991 los oyentes polacos escucharon el anuncio por primera vez: “Ésta es Radio María. Una voz católica en sus hogares.” La idea de crear una estación radial católica de alcance nacional y su realización se debe por entero al P. Tadeusz Rydzyk, C.Ss.R.

La Radio María se describe frecuentemente como un milagro. Más aun, salió de la nada y su rápido crecimiento admiró y aun admira a mucha gente. Es verdad que existen numerosas estaciones de radio católicas en Polonia pero ninguna tiene el alcance nacional del que goza Radio María, pero en mi opinión no es éste el principal factor responsable del éxito de la estación del P. Rydzyk. La causa de su enorme y creciente popularidad en Polonia yace en primer lugar en su inequívoca y desinteresada devoción a Dios y a la nación.

Cuando la idea de crear Radio María llegó al P. Rydzyk, uno de sus futuros colaboradores, perplejo por la audacia de la iniciativa, le preguntó cómo comenzarían la radio. Así vino la filosa respuesta: “Bueno, empezaremos con la Señal de la Cruz y luego habrá oración diaria, la Santa Misa y el Rosario.” El P. Rydzyk mantuvo su palabra. Radio María no sólo habla sobre la oración, no sólo la analiza, sino que la practica. Cada día la programación de la radio comienza con el Padrenuestro, el Avemaría, el Credo y los Diez Mandamientos, seguidos por la transmisión de la Santa Misa.

Uno de las principales características del lado religioso de la radio es su ferviente devoción hacia la Madre de Dios. Es realmente Su estación de radio. El Ángelus es rezado tres veces al día (a las 6, a las 12 y a las 18), una oración especial hacia la Inmaculada Concepción de María también se reza por la mañana y todos los misterios del Rosario se rezan diariamente (a la mañana, la tarde y la noche).

Es necesario señalar que todas estas oraciones, incluyendo oraciones del breviario que también se recitan, se rezan no sólo por los sacerdotes que trabajan en la radio sino en contacto constante con los oyentes que se unen a la oración por teléfono. He escuchado a mucha gente llena de alegría y dando gracias a Dios por haber podido ser atendidos y rezar una oración al aire. El Rosario es especialmente popular. Familias enteras en cada rincón de Polonia llaman a la radio para poder rezar el Rosario. Existe la sensación real de que uno es parte de una comunidad unida en la oración a Dios y su Madre. ¡Eso es verdadera catolicidad!

Cuando le preguntan cómo le vino la idea de crear Radio María, el P. Rydzyk responde que durante su trabajo pastoral en Alemania recibió una postal con la siguiente leyenda: “Si quieres llegar a la fuente del río, debes ir contra la corriente.” La frase no sólo se refiere a las dolorosas circunstancias de los comienzos de la radio, sino también a la firmeza del P. Rydzyk y a la certeza con la que se sobrepone a las críticas injustas. Como dice frecuentemente: los obstáculos frente a la Radio María son pruebas que es Su estación de radio, ya que Satán hace lo mejor que puede para destruirla.

La Radio María es realmente una radio polaca. Como la vasta mayoría de los fieles en Polonia casi instintivamente se aferra de la Madre de Dios. Se cree que Nuestra Seniora, la reina de Polonia, es la mejor salvaguarda contra todos los peligros espirituales y materiales que pueden golpear Polonia. El P. Rydzyk y la radio comparten esta opinión de los pequenios que realmente creen; creen en Dios, son devotos de Nuestra Seniora y escuchan respetuosamente lo que la Iglesia y el Papa ensenian. La Radio María es en verdad la voz católica, la voz de los fieles. No hay lugar en su programación para esas inconducentes discusiones sobre la “tolerancia” (esto es, la promoción de toda desviación posible) tan cara a los progresistas; el “diálogo” con cualquiera sobre cualquier cosa excepto, por supuesto, la conversión de los no católicos. En pocas palabras, en la Radio María uno no “dialoga”. Uno habla con Dios de rodillas. La vía segura para un diálogo genuino y fructuoso.

Muchas veces el P. Rydzyk ha remarcado que su observación de la Iglesia en Occidente, la interminable experimentación que allí tenía lugar, fue uno de los principales incentivos para llevar a cabo la creación de la Radio María; para evitar que la misma tendencia se enraíce en Polonia. Correctamente estima la gravedad de la situación. Uno escucha muchas voces de los medios “católicos” polacos clamando que, luego de la Guerra Fría, la Iglesia polaca debería cambiar su forma “rígida y arcaica” de tratar tanto sus asuntos internos (la solución universal: nuevos medios pastorales) y con los del mundo a su alrededor (la nueva tierra prometida: la Unión Europea).

Estos proponentes del aggiornamento polaco se estremecen al ver y escuchar que Radio María, que promueve las formas tradicionales de servir a Dios y a su pueblo, está floreciendo y aun creciendo. La gente siente –y al sintonizar la estación por sólo un día uno puede estar seguro—que al escuchar Radio María pueden glorificar a Dios como lo hicieron sus padres, con el rosario en la mano y en unión con la Virgen María, la Reina de la Corona Polaca. El P. Rydzyk sabe que la mejor manera de asegurar los preciosos elementos de la devoción católica polaca no es tanto defenderlos a través de las discusiones y las polémicas sino practicándolos.

Hay pocas cosas en este mundo que evoquen una respuesta más demoníaca que el orgullo y la autoestima herida de los intelectuales, incluyendo o especialmente aquéllos que se dicen católicos. No importa, entonces, que los medios progresistas constantemente ataquen la Radio María y al P. Rydzyk. Existe otra razón para estos feroces ataques. Radio María ha roto efectivamente el monopolio sobre la información y la comunicación social. En cuanto a los medios, esta estación tan peculiar es virtualmente la única alternativa que surgió en Polonia después de 1989 cuando se retiró la censura oficial. Oficialmente existe ahora libertad de palabra. Pero la variedad de prensa y radios no genera ni ha generada libertad de palabra, estando la vasta mayoría del mercado de los medios en Polonia en manos de neo-comunistas, quienes obtuvieron material considerable del robo institucionalizado durante el período comunista, y los progresistas, apoyados desde Occidente a través de numerosas fundaciones. La situación no es confortable. Existe libertad de prensa oficial pero la opinión prevaleciente es bastante clara; una mezcla de socialismo y postmodernismo, “soc-postmodernismo”. Por supuesto, existen medios católicos pero están limitados a áreas locales o dominados por los progresistas, el ejemplo más famoso y representativo es el semanario de Cracovia llamado “Tygodnik Powszechny”, que bajo el régimen comunista gozaba del fuerte apoyo del cardenal Karol Wojtyla. En 1995, sin embargo, fue públicamente condenado por el Santo Padre por no defender a la Iglesia polaca cuando fue atacada por los medios en 1989.

De repente, con la llegada de Radio María, este status quo confortable se vio turbado. Gracias a su enorme popularidad rompió con el consenso liberal neo-comunista de los medios polacos.

Es altamente significativo que la misma gente que hacen todo lo que pueden para promover la tolerancia y el diálogo, son los primeros en amenazar la libertad de prensa de Radio María (por ejemplo, Radio María es la única estación de radio en Polonia que es constantemente monitoreada por el Consejo Nacional de Radiofonía y Televisión, dominado por neo-comunistas y progresistas). Radio María es también peligrosa para algunos por el segundo factor que, al mismo tiempo, es la causa de su gran popularidad.

Radio María está enteramente financiada por las donaciones de los oyentes. No tiene comerciales. Sin embargo, Radio María está en expansión. Transmite sus programas por satélite a oyentes polacos en los Estados Unidos, Canadá, Europa Occidental, Rusia y Kazajstán. De este modo es un factor de consolidación de la diáspora polaca a través del mundo, más allá del idioma, para la gran mayoría de los polacos en el exterior el catolicismo es el factor determinante de su identidad nacional. Radio María es verdaderamente un logro nacional. Conduciendo un masivo ataque de los medios, por lo tanto, los progresistas contradicen sus propios principios al menos en dos puntos. Primero en relación a su propia pan-tolerancia, censura de la pornografía –no; censura de un medio católico –por supuesto; en segundo lugar, en relación a su orientación de libre mercado. Les es difícil explicar su crítica a Radio María cuando se les recuerda el simple hecho de que es la gente la que demanda tal radio; es la gente la que gasta su propio dinero en ella y de esta forma –sin otras donaciones—la apoyan; es la gente la que está más interesada en la existencia de la estación. Aun así, es sólo ésta, muy exitosa iniciativa privada la que se enfrenta a la rabia indisimulada de los progresistas polacos, tanto los neo-comunistas como los ex-solidaristas. ¡Se revelan ellos mismos como en fuerte oposición a la iniciativa espontánea de la gente!

Desde 1789, la izquierda ha posicionado a la libertad como el valor indisputable, con una sola excepción: cuando la libertad es mal utilizada por los “enemigos de la libertad”, como lo dijo el revolucionario francés Saint Just. En aquel caso: ¡no hay libertad para los enemigos de la libertad! En el presente, la Radio María se enfrenta a esto. La izquierda polaca, repentinamente, para su pesar, se da cuenta que la libertad en Polonia es mal utilizada por el “archienemigo de la libertad”, éste es ¡el P. Rydzyk! Parece que el pluralismo es bueno cuando un oyente, un televidente o un lector pueden escuchar, ver o leer distintos claroscuros de izquierdismo, liberal, neo-comunista y, lo que en Polonia se llama, “catol-izquierdismo”, –pero nada más. Por supuesto, otras opiniones pueden existir en cuanto no se conviertan en una alternativa real. Entonces cuando tal alternativa aparece realmente Radio María, la tolerancia y la libertad de repente desaparecen.

La Radio María es también percibida como peligrosa porque está generando un sentido de comunidad real. Sus oyentes se llaman a sí mismos: la Familia de Radio María. A través de todo el país existen oficinas de Radio María que son organizadas voluntariamente por los oyentes. Existen también peregrinaciones anuales de la Familia de Radio María a Jasna Gora, el santuario nacional de Nuestra Señora en 1997, más de 300.000 oyentes personalmente participaron de la peregrinación, y a Roma para ver al Santo Padre en 1997 unos 12.000 tomaron partes. Y luego, por supuesto, el factor más intrigante de todo lo que ofrece la estación –la oración en común por la radio.

Así Radio María está integrando a la gente –y por eso es tan peligrosa para los propagadores de una sociedad atomizada. Esas gentes, en términos políticos, eran la mayoría silenciosa. Ahora, gracias a Radio María, se han dado cuenta de qué tan numerosos son. Se han contado ellos mismos. Esto ha producido ya resultados concretos. Por ejemplo, cuando, en 1996, el gobierno polaco neo-comunista cerró el astillero de Gdansk –cuna del movimiento Solidaridad de los ’80—el P. Rydzyk decidió comprar el astillero mediante un fondo nacional que se materializó gracias a las numerosas donaciones de los oyentes. Cuando el peligro de la compra del astillero por parte de Radio María era inminente, sin embargo, ¡el gobierno de repente decidió no vender el astillero de Gdansk ni cerrarlo!

“Formación, información, educación y acción.” Ésta es una de las fórmula favoritas del P. Rydzyk que resume sucintamente todo su trabajo y el trabajo de la Radio María.

Lo más importante es la formación: la oración, la Santa Misa, la catequesis. La información y la educación le siguen y es en este campo que la Radio María efectivamente quiebra el monopolio de la izquierda; un monopolio vendido al público como “pluralismo” pero que es en realidad nada más que una “elección” entre actitudes neo-comunistas y progresistas sinónimas. Un desafío a esta plaza fuerte vino con el establecimiento de un “Instituto Nacional de Educación” en Radio María. A través de conferencias, el Instituto popularizó la filosofía clásica y católica (esto es, tomista). También provee instrucción básica en economía, sociología y pedagogía. La última temática ha recibido mucha atención del Instituto en los últimos tiempos, particularmente con respecto a la repetida amenaza de la izquierda de introducir en el curriculum de las escuelas polacas la llamada educación sexual.

El incansable P. Rydzyk fundó un nuevo diario, el Nasz Dzenik (Nuestro Diario), representa un catolicismo claro y desinteresado y que tiene una posición anti-Euro-entusiasta (Polonia comienza sus negociaciones con la U.E. este año). Es notable que el P. Rydzyk se negó deliberadamente a poner la palabra “católico” en la portada del diario de modo de evitar cualquier posible presión proveniente del ala progresista del episcopado polaco (conducido por el secretario de la Conferencia Episcopal, el obispo Tadeusz Pieronek, quien recientemente admitió al diario izquierdista Gazeta Wyborcza que él es un progresista moderado y que es conocido por no ser un entusiasta del P. Rydzyk y la Radio María. Su decisión se hace más comprensible si uno tiene en cuenta que, con pocas excepciones, el episcopado polaco es muy euro-entusiasta .

Mucha gente teme a Radio María porque está abordando los problemas que son consignados cuidadosamente al cajón del olvido por los progresistas. El más temido es el programa “Conversaciones no concluidas”, un programa en vivo en el cual los oyentes pueden comunicarse libremente para presentar sus opiniones. El punto es que, de esta forma, la vasta mayoría de los oyentes pueden expresar su enojo con el pasado cómplice el presidente neo-comunista Kwasniewski, sacar al aire sus miedos sobre la venta de tierra polaca a los extranjeros y vociferar sus convicciones que aquellos parlamentarios que en 1996 votaron a favor del aborto son traidores. A los ojos (y los oídos) de la izquierda todo eso es prueba de “la xenofobia, el antisemitismo y el populismo” de Radio María. ¿Pluralidad de opiniones? De ninguna manera. En Polonia, el pluralismo sólo existe entre “la gente civilizada y madura”, esto es entre los neo-comunistas y los ex-solidaristas. En cuanto a la izquierda polaca, Radio María está equivocada simplemente porque es una equivocación.

Con respecto a esto, es digno de mencionar que cuando, en 1996, el P. Rydzyk sugirió que los parlamentarios que votasen a favor del aborto deberían tener su cabeza rasurada –la pena usual y bastante suave para los traidores (especialmente las mujeres) en Polonia durante la ocupación nazi—causó indignación entre el lobby pro aborto (90% neo-comunistas) que quisieron llevarlo a juicio por “ofender a funcionarios públicos”. Una fiscal incluso intentó usar a la policía para forzar al P. Rydzyk a comparecer ante ella. Esto podría llamarse una “tolerancia ilustrada” (es decir, no hay tolerancia para los enemigos de la “tolerancia”).

Pero el P. Rydzyk pudo soportar todo este odio y las calumnias porque tenía el apoyo que vale. El 29 de marzo de 1995, mientras saludaba la segunda peregrinación anual de los oyentes de Radio María a Roma, Juan Pablo II dijo: “Agradezco al Señor cada día por la existencia en Polonia de una estación de radio como ésta y por el hecho de que se llame Radio María.”

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Grzegorz Kucharczyk



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