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El General Jake Smith mando a los soldados estadounidenses  «kill and burn...», mantando a todos lo muchachos filipinos que tuvieran más de 10 años.

La fé del microbiólogo Dr. Jaime Ferrán y Clúa

por Alfonso V. Carrascosa

Hechos concretos de que ciencia y religión, o razón y fé, son compatibles, son vidas como las del Dr. Ferrán.

Es costumbre en la historiografía científica pasar por alto el detalle de si el científico o científica estudiado creía o no en algo distinto a lo que podía tocar con sus manos o ver con sus ojos.

Los historiadores laicistas evitan además dar cuenta de dicho aspecto aunque sea público y notorio en casos concretos que la ciencia y la religión, o la razón y la fé, conviven sin problema alguno en muchos científicos. Resulta hasta gracioso abordar la lectura de una biografía de Galileo, Copérnico, Mendel, Pasteur...(y un largo etc.) escrita por un laicista, y comprobar que el aspecto religioso de su vida es, digamos así, enterrado sin miramientos.

Y bueno, hay que entenderlo, dados los tiempos que corren, pues a uno le pueden decir algo, o puede estar mal visto en según qué ambiente. Sin embargo, no pocas veces, si uno busca, encuentra pruebas de que los científicos ilustres, manoseados por los progres y erigidos en bandera de la modernidad, pues eran nada menos que profundos creyentes.

Tal es el caso sin ir más lejos de Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1906, profundo creyente en Dios y en el alma inmortal, o del fundador en 1939 del mayor organismo de investigación existente en España, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (C.S.I.C.), el catedrático de universidad y dos veces doctor, Jose Mª Albareda Herrera, que dejaron documentos escritos en los que profesaban abiertamente su fé.

Jaime Ferran y Clua, nacido en Corbera de Ebro, Tarragona, el 1 de febrero de 1851,  hijo del médico del pueblo. Fue pronto bautizado en la fé católica, como consta en su partida de bautismo:

“Don Joaquín Ibañez cura Regte de la Parroq Igla de la Villa de
Corbera del Obispado de Tortosa Prova de Tarragona Certifico:
que en uno de los libros de esta Parroquia a mi cargo, titulado de
Bautismos que principia en el año 1840 y concluye en el de 1844,
el fol. 100, entre otras, se alla la partida que a la letra dice, “En
la Parroquia Iglesia de la Villa de Corbera,Obispado de Tortosa,
día primero de Febrero del año mil ochocientos cincuenta y uno:
Yo el abajo firmado bauticé solemnemente según rit[…] la Santa
Iglesia a un niño que nació a las siete de la mañana del mismo
dia y puse por nombre Jaime, hijo de los consortes Juan Ferran y
de Liberata Clua, vecinos de la misma. Abuelos paternos, Juan
Ferran natural de Riudoms y Magdalena Llombart, natural de
Mora de Ebro: Maternos Jaime Clua y Rosa Homdedeu, natural
de […]. Padrinos lo fueron Jaime Clua y Magdalena
Llombart, á quienes advertí el parentesco espiritual y demás
obligaciones de padrinos. Juan Clua, Pbro. […].
Cuya partida concuerda fielmente con su original al que me
refiero y remito. Y […] libro la presente […] y sello con el de […]
oficio parroquial en Corbera seis de setiembre de mil ochocientos
sesenta y uno.

Joaquín Ibáñez […]”

D. Jaime Ferrán Rico, nieto del Dr. Jaime Ferrán Clúa el día 8 de noviembre de 2000, visitó el instituto que lleva el nombre de su abuelo, proporcionándo abundante documentación sobre la vida y obra de su abuelo , que a continuación recojo.

El Dr. Jaime Ferrán y Clúa estudia en San Luis de Tortosa y Bachiller en Tarragona, y se licencia en  Medicina en la Universidad de Barcelona en 1873.Se establece como médico en Tortosa y dedica sus primeras actividades al estudio del tracoma.

En 1878 concibe la primera idea sobre el microteléfono y logra unir telefónicamente, con aparatos por él construidos, su despacho con el observatorio del Ebro en Roquetas cerca de Tortosa.

Publica en colaboración con Pauli, un importante químico de la época, un estudio: La instantaneidad en la fotografía, en el  que revela el método de la emulsión de bromuro de plata, diez veces más rápida que el colodión húmedo que entonces se usaba, invento que luego ha enriquecido a la casa Kodak de los EEUU de América.

Se interesa por la microbiología con las investigaciones de Pasteur y en 1884 da a la Academia de Medicina de Madrid una memoria sobre El parasitismo bacteriano, que produce sensación.

Es enviado por el Ayuntamiento de Barcelona a Marsella con una comisión para estudiar el cólera. A la vuelta da cuenta de sus trabajos con su memoria sobre la epidemia colérica en Marsella. Por su cuenta se traslada a Tolón, donde también existe la epidemia, regresa a Tortosa y se consagra de lleno a las investigaciones sobre el cólera, logrando, tras múltiples experiencias en animales, y, finalmente, en el hombre, descubrir la vacuna que inmunizaba contra el bacilo.

El 31 marzo de 1885 comunica sus descubrimientos a la Academia de Ciencias de París. Él mismo ensaya su vacuna ingiriendo una dosis de cultivo y haciédosela ingerir a su familia, saliendo todos inmunes del experimento. Por estas razones, el gobernador de Valencia le lleva a su región donde el cólera hace estragos.

Allí realiza más de 30.000 vacunas. Sin embargo una fuerte campaña de profesionales españoles se desencadena contra él. 

Mantiene un fuerte entrenamiento con Santiago Ramón y Cajal, aunque encuentra simpatizantes entre la comunidad científica extranjera Hay un importante debate en el Ateneo de Madrid en que es defendido con éxito por el doctor Gimeno.

Castelar también le defiende en el Congreso. El ministro Romero Robledo dicta una real orden por la cual nadie podrá aplicar la vacuna Ferrán más que él mismo y en presencia de un delegado gubernamental, lo que hiere la sensibilidad de Ferrán, que decide suspender radicalmente las vacunaciones, lo cual da como resultado la muerte de más de 150.000 personas del cólera. Varios investigadores extranjeros tratan de disputarle la prioridad en el invento y tiene que sostener ásperas polémicas, de las que sale victorioso.

En 1886 descubre la vacuna antitífica que aplica a algunos obreros de las alcantarillas de Barcelona.

Al año siguiente el Ayuntamiento de Barcelona funda el Instituto Antirrábico, segundo creado después del de Pasteur en París, y Ferrán se pone a su cabeza. descubriendo el método que llama supraintensivo, para diferenciarle del intensivo de Pasteur y que simplifica y mejora el tratamiento. 1894. Se generaliza el tratamiento en toda España y son muchos miles los inmunizados contra la rabia sin un solo fracaso. Paulatinamente va logrando que diversos sabios reconozcan la prioridad de los descubrimientos de Ferrán en sus aplicaciones, como Klemperer en la vacuna anticolérica. luego perfeccionada por Behring y Kitasato; Pfeifer y Kolle, en la antitífica; Fränkel en la antidiftérica.

En 1897 Ferrán prepara  la vacuna antialfa frente al bacilo de la tuberculosis, que tantos resultados excelentes había de dar. Un año después transforma en anaerobio el bacilo de Nicolaier en la lucha contra el tétanos, y obtiene también éxitos importantes en la investigación contra la erisipela del cerdo y del carbunco y en la vacuna antipestosa.

Mantuvo una estrecha amistad con el rey D. Alfonso XIII, muy interesado por sus experimentos y conclusiones científicas. Recibió algunos honores, pero sufrió terribles persecuciones de sus compañeros pseudocientíficos y despechados.El 22 de noviembre de 1929 muere en Barcelona sin que sus enormes contribuciones a la ciencia médica hubieran merecido el más mínimo reconocimiento de las autoridades españolas.

El aspecto de la fé católica de nuetro personaje lo recojo a continuación, tomado del libro “Todo por el amor de Dios y el de todos mis hermanos”, escrito por María del Milagro Descarrega Vallobá (2ª Ed. 1996, Ed. María del Milagro Descarrega Vallobá. D.L.T. Nº 260-1992, 303 pp).

En esta obra se recoge el testimonio oral de su prima Pilar , que estuvo años haciendo de maestra del hijo pequeño de Jaime Ferrán, el cual decía: El que no tiene fe en Dios es que no tiene cabeza. Por que nada anda sin que le des cuerda, como un reloj, como un coche...¿Pero quien pone en marcha esta gran obra de la creación..? Tantos planetas que giran alrededor del Sol...; la Tierra, que es el planeta donde vivimos, con sus movimientos de rotación y traslación que es el día y la noche, los 365 días que tiene el año. Y la luna que gira alrededor de la tierra y tantas cosas, como el agua que nos da vida; como el aire que respiramos, que sin él nos moriríamos.- Sólo Dios lopuede poner en marcha.- Esto es la pura realidad, pues si nos faltase, chocaría una cosa con la otra y todo estallaría...En cambio yo se que todas las noches que he pasado sin dormir por todas las vacunas que he descubierto, que puedo morir tranquilo, pues se que todos mis trabajos no se perderán, pues vendrán otros haciendo lo mismo que yo...” (pág. 6, Prólogo).

Ferrán era primo hermano del padre de Doña María del Milagro Descarrega, por lo que ella siempre le consideró tío, el tío Ferrán, cuya madre murió teniendo él tres años, que esa señora era hermana de la abuela de la escritora del libro. El padre de Ferrán era médico y estuvo en Corbera D’Ebre hasta que se trasladó a Tortosa. En Tortosa Ferrán terminó sus estudios. En Mora d’Ebre el último profesor que tuvo fue el Domino, hasta que dijo que él no le podía enseñar más. Por eso su padre se trasladó a Tortosa, para que pudiera seguir estudiando. Cuando venía a Mora de vacaciones las pasaba con su familia, hasta que nació el padre de la escritora, y pidió que se llamase como él, Jaime,    Jaime Descarrega  (y su madre Ana Vallobá).

La autora vuelve sobre el mismo argumento en la pág. 249-250: Me gustaría recordar nuevamente las palabras de mi tío el Dr. Jaime Ferrán, , las se por mi prima Pilar, quien estuvo como institutriz de su hijo pequeño Santiago. Y como mi padre le entusiasmaba todo lo que estuviera relacionado con su primo; Pilar cuando venía no hacía otra cosa que hablar de e´l. Una de las cosas más recuerdo y que figuran en el prólogo de mis memorias, es que decía que “El que no cree en Dios, es un ignorante o no tiene cabeza...” y así lo comentaba: “Yo sé lo que cuesta crear algo, toda mi vida la he dedicado al estudio y la investigación y se las noches que he pasado en vela, pero me anima el pensar que todo mi esfuerzo no se perderá, pues vendrá otro detrás de mí y lo pondrá en práctica...¿Pero quien puede poner en marcha lo que Dios ha hecho?...¡Nadie es capaz de ello!. Así que Dios tiene que existir a la fuerza. Esta gran máquina de la creación ¿quién la pone en marcha? “. Yo con mi humilde razonar pienso: no hay nada que nade solo, sin una mano que le empuje; un reloj no va si alguien no le da cuerda, ni un coche, ni una máquina de tren, etc...Pienso entonces en mi tío Ferrán y en esta gran máquina de la creació, con tantos planetas que giran alrededor del Sol. La Tierra donde habitamos, con sus movimientos de rotación y traslación, que son el día y la noche y las cuatro estaciones del año. La luna que gira alrededor de la Tierra...¿Todo esto, quién lo pone enmarca?. Hasta la cosa más insignificante, si faltara moriríamos. El aire que respiramos  nos da vida...como las plantas, el sol, la lluvia...todo lo necesitamos para poder vivir. Por esto las palabras de mi tío, quien quiera meditarlas un poco, verá que tiene toda la razón.

·- ·-· -······-·
Alfonso V. Carrascosa



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