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La película “Alejandro Magno” de Oliver Stone.

por Jesus Mª Ruiz Vidondo

La película vista desde tres puntos de vista diferentes: como amante del cine; como historiador en general, y como historiador especialista en historia militar.

Cuando nos enfrentamos ante una película podemos calificarla de diferentes formas. Si esta película es histórica las opciones de calificación aumentan. La película “Alejandro Magno” de Oliver Stone es una gran superproducción que ha costado más de 150 millones de dólares, que ha sido rodada en cinco países y que tiene entre sus actores principales a Colin Farrell, Angelina Jolie y Val Kilmer. Todas estas premisas harían suponer que estamos ante una buena película. Oliver Stone, en mi opinión, es un excelente director de cine, que aunque con una ideología opuesta radicalmente a la que yo tengo, ha sabido mostrar muy bien la vida de los EE.UU. en el siglo XX con películas como JFK, en la que puedes estar de acuerdo con su teoría o no, pero demuestra que conoce muy bien su oficio.

Desde este momento voy a calificar la película desde tres puntos de vista diferentes: como amante del cine; como historiador, aunque mi especialidad sea la historia contemporánea; y como historiador especialista en historia militar.

Desde un punto de amante del cine o mero espectador, la película sobre Alejandro Magno logra recrear muy bien la Biblioteca de Alejandría, la ciudad de Babilonia y la batalla de Gaugamela, pero no consigue que el espectador aprecie la labor realizada. Es una película larga, pesada, muchas veces repetitiva en aspectos como la supuesta bisexualidad de Alejandro Magno o la relación con su madre, y que al final no logra atraer al espectador. Es una película que se encuadra dentro del pensamiento oficial que impera hoy en la sociedad donde ciertos grupos de poder controlan la opinión pública y social. Además estamos ante una película confusa.

Como historiador es una película sorprendente. Lo primero que hay que señalar es que algunos de los protagonistas hablan de Europa y Grecia (como unidad política) cuando en esa época no se tenía noción sobre estos términos. El director en varias de las entrevistas que ha ofrecido siempre ha afirmado que se trataba de una biografía sobre Alejandro Magno. El hombre que con 25 años poseía el noventa por ciento del mundo conocido y que con treinta y dos había formado un imperio se merecía una película mucho mejor. No se puede realizar una película histórica sobre Alejandro Magno centrándose sobre todo en la vida personal y en las relaciones con su madre y con dos “amigos” suyos, cuando de las tres horas deja menos de una para las batallas una de las partes más importantes de la vida de Alejandro. Alejandro Magno participó en más de 70 batallas a lo largo de su vida, y el director solamente muestra dos. Las importantes tomas de ciudades, la conquista de toda la costa mediterránea desde el actual Egipto a Turquía, la extensión de la cultura griega que logró... cientos de aspectos quedan fuera de esta película y se ocupa de una supuesta vida personal durante casi hora y media de película. Si el título hubiese sido otro como “la vida privada de Alejandro Magno” hubiese sido mejor, aunque lo que el director muestra es dudoso. Sorprende que el historiador Robin Lane Fox, profesor del New College (Oxford) que publicó una biografía en 1972 sobre Alejandro, haya sido asesor de esta película, habrá que saber si se le ha hecho caso.

Como historiador de temática militar tengo que decir que la batalla de Gaugamela es una de las mejores representaciones de una batalla en la antigüedad griega. Para un espectador que desconozca la historia de la batalla puede ser un poco confusa, pero estamos ante una muestra excelente de lo que es una batalla. Se nota que ha participado el Capitán Dale Dye, asesor de Oliver Stone en muchas de sus películas en temas militares, y Robin Lane Fox (John Keegan, posiblemente el mejor historiador que hay en el mundo sobre temática militar, ha citado constantemente a este historiador al tratar de Alejandro Magno en su excelente “La Máscara del Mando”) en esta batalla puesto que es una visión muy cercana a la guerra en la antigüa Grecia. Desgraciadamente no llega a la media hora la batalla, para gente inexperta es un poco confusa, y se podía haber aprovechado mejor la batalla. La batalla tiene escenas majestuosas y puede ser una buena lección histórica para los amantes y estudiosos de la guerra antigüa. Sin embargo la última batalla que se representa es muy confusa y está mal realizada. Solamente nos muestran estas dos batallas y no se tratan las batallas para unificar a los pueblos griegos.

Estamos ante una película decepcionante, con momentos inolvidables, pesada, lenta y aburrida. El director debía haber aprovechado mucho mejor sus medios.

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Jesus Mª Ruiz Vidondo

 

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