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por Alberto M. Arruti Del mismo modo que la era de los combustibles fósiles trajo nuevas formas de organziar la sociedad, la diferencia del hidrógeno en relación con otras formas de energía, especialmente el petróleo, dará lugar a un nuevo tipo de civilización que nos resulta difícil predecir | |||||
| Desde que, hace tres años, Jeremy Rifkin escribió La Economía del hidrógeno, este gas ha puesto de moda. Cada vez son más los geólogos que opinan que la producción mundial de petróleo toca techo, lo que, lógicamente dará lugar a que, en los próximos años, se disparen los precios en los mercados mundiales. Puede decirse que la globalziación es la característica esencial de nuestro tiempo. Sus defensores la consideran como un gran avance, que mejorará las vidas de las personas en todo el mundo. Sus detractores ven en la globalización una manifestación del poder de las empresas, sobre la vida de la sociedad. En este momento, menos de 500 empresas globales controlan gran parte de la actividad económica de nuestro planeta. Y así ha surgido la búsqueda de nuevas energías. Y el hidrógeno es uno de los protagonistas de esta búsqueda. El hidrógeno es uno de los protagonistas de esta búsqueda. El hidrógeno abunda en la fotosfera del Sol, en las nebulosas y en las estrellas. En cantidades pequeñas se encuentra en las capas superiores de la atmósfera terrestre. En la tierra parte de multitud de compuestos, de los que el agua, que es el más abundante, lo contiene en la proporción del 11, 12 %. Forma parte de todos los ácidos e hidróxidos. Es, después del carbono, el elemento más frecuente de las materias orgánicas, por lo que se encuentra en todos los organismos vegetales y animales. En este sentido, el económico Rifkin ha escrito que "si tenemos en cuenta que el hidrógeno está en todas partes y es inagotable, la posibilidad de aprovecharlo adecuadamente podría el poder alcance de todas las personas de la Tierra, lo que convertiría la energía del hidrógeno en el primer régimen energético verdaderamente democrático de la historia". Y uno de los aspectos en los que que se trabaja más intensamente es en el transporte. La Daimler Chrysler tiene a punto unas flotas de coches de pilas de combustible. Al mismo tiempo, Nissan, Renault, Volkswagen, Mitsubishi, Hyundai y Toyota desarrollan también distintas formas de prototipos. Entre 600 y 800 automóviles de pilas de combustible se encuentran ahora en período de pruebas por todo el mundo. Y la pila de combustible, la pila de hidrógeno, está adquieriendo un portagonismo singular. Pero es evidente que todavía existen problemas que resolver. Se estima que la perspectiva de comercialziar un coche d epilas de combustible, para el año 2015, dependerá de una serie de mejroas técnicas todavía en fase de experimentación. Los hidruros metálicos se perfilan, de momento, como los mejores medios para almacenar el combustible. Como es sabido, se conoce bajo el nombre de hidruros aquellos compuestos binarios, que el hidrógeno forma con gran parte de los elementos. Del mismo modo que la era de los combustibles fósiles trajo nuevas formas de organziar la sociedad, la diferencia del hidrógeno en relación con otras formas de energía, especialmente el petróleo, dará lugar a un nuevo tipo de civilización que nos resulta difícil predecir. Una posible red energética mundial de hidrógeno, lo mismo que la red mundial de comunicaciones, permitirá conectar entre sí a todos lo seres humanos dela Tierra, dentro de una scoordenadas aconómicas y políticas muy ditintas de las actuales. La búsqueda, el control y el dominio de la energía han sido una clave de la historia humana. Esto, problamente, seguirá siendo igual. Pero el panorama energético motivará que cambien las formas de controlar la energía, lo que dará lugar a una nueva civilización. •- •-• -••• •••-• | |||||
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