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Maternidad-Gene-Eugenio García-Ruiz Alarnes
Maternidad-Gene-Eugenio García-Ruiz Alarnes

La maternidad beneficia a la totalidad de la sociedad y, como tal, debe ser apoyada por el Estado. Por ello se debe legislar para procura las mejores condiciones de compatibilidad entre la vida familiar y laboral de las madres de forma que familias no se vean condicionadas ni perjudicadas en su opción libre de tener hijos

Gunga Din, traducción libre

por Francisco Javier D. de Otazú

La traducción de la famosa poesía sirve para exaltar valores humanos y sociales hoy poco potenciados

En el nº 87 de nuestra revista, bajo el título “Kipling, cine e Imperio Británico”, comentábamos la obra literaria de Rudyard Kipling, partiendo de su reflejo cinematográfico, y atendiendo a la ideología y el contexto del autor. Del representante del modernismo literario británico hemos seleccionado un poema que responde a una personificación real, al margen de toda idealización, que da título a una hermosa película de George Stenvens de 1939. En ella, muchos recordarán como un humildísimo aguador, (llamados bheesties, “bhistis”), criado de los imperiales de guerrera khaki, muere como el soldado que nunca llegó a ser en vida, tocando la trompeta que avisa a los británicos evitando que caigan en una emboscada fatal. Es probable que el gurú de los tungs, secta asesina prestada por Emilio Salgari, y que llegó hasta “Indiana Jones y el templo maldito” (existente pero no tan poderosa), fuese más culto que los pragmáticos sargentos Fairbanks, Mc Laglen y Cary Grant, más obsesionados por un obtener tesoro que por sostener el Imperio. Sin embargo todos estamos más cerca de aquel pobre aguador hindú, Sam Jaffe, que se sacrifica por una civilización, que no es la suya, que del prefigurado Ben Ladem devoto de la sanguinaria Kali.

La famosa secuencia de Gunga Din alertando a la fuerza inglesa fue parodiada por Peter Sellers, dirigido por Blake Edwars en “El guateque”, o “la fiesta inolvidable” (1968).

El mayor McSherry, del 30th de infantería de Bengala, recoge un relato del soldado Havildar Moote Ram, del 4th de ghurkas, en “United Service magazine”, 1842 vol II. pp. 409-10, en las que el superviviente relata el abnegado comportamiento de los bhistis durante el dramático sitio de Charikar por los feroces afganos ese mismo año.

Normalmente el tópico de Kipling, es el soldado Británico (las armas y el hombre), expresado con el ritmo ensordecedor de algunas canciones populares, y del empleo de una dicción no muy buena del dialecto cockney. El soldado individual era el anti-héroe, en una sociedad, en unas fuerzas armadas, en un Imperio, que le recordaba en el mejor de los casos, como un malhechor intolerable, pero necesario. Kipling, como reconocen los lectores contemporáneos, no idealiza ni glorifica la vida ni la muerte de los soldados comunes. Sin embargo, las obras de Kipling expresan, como señalaba G. Orwell;
"ansiedad" ante que los logros del soldado sean tratados como justos, por una sociedad liberal o conservadora, como mero tratamiento "a quien les defiende mientras ellos duermen”. Los poemas no tratan el militarismo, sino de la obligación que llevar a los soldados a defender su nación en el extranjero. Sobre“Gunga Din” pesa la acusación de racismo. Incluso se ha utilizado el término como concepto de servilismo cipayo en otros contextos. Su última frase deja la sentencia al lector.

A diferencia de otros poemas, entre ellos el celebérrimo “If”, no hemos podido encontrar traducción española. No es que no la haya, al menos una de José Mª Aguyó y Carlos H.Núñez; “Tres soldados: Gunga Din”, Madrid, ed. Tesoro 1949, si no que nos ha sido imposible encontrarla en biblioteca ni en red después de dedicar un tiempo prudencial. Recogemos el texto original, y después, nuestra osadía, que no nuestro conocimiento de la lengua de la “pérfida Albión”, nos ha permitido ofrecer una traducción libre, que ni puede llegara conservar la musicalidad, ni a traducir la multitud de giros coloquiales o angloindios de Kipling. Hemos intentado respetar sólo el espíritu del poema y el sentido del personaje. No es la apología del colonialismo. Representa la grandeza de la humildad.

GUNGA DIN

You may talk o' gin and beer
When you're quartered safe out 'ere,
An' you're sent to penny-fights an' Aldershot it;
But when it comes to slaughter
You will do your work on water,
An' you'll lick the bloomin' boots of 'im that's got it.
Now in Injia's sunny clime,
Where I used to spend my time
A-servin' of 'Er Majesty the Queen,
Of all them blackfaced crew
The finest man I knew
Was our regimental bhisti, Gunga Din.
He was "Din! Din! Din!
You limpin' lump o' brick-dust, Gunga Din!
Hi! slippery hitherao!
Water, get it! Panee lao!
You squidgy-nosed old idol, Gunga Din."

The uniform 'e wore
Was nothin' much before,
An' rather less than 'arf o' that be'ind,
For a piece o' twisty rag
An' a goatskin water-bag
Was all the field-equipment 'e could find.
When the sweatin' troop-train lay
In a sidin' through the day,
Where the 'eat would make your bloomin' eyebrows crawl,
We shouted "Harry By!"
Till our throats were bricky-dry,
Then we wopped 'im 'cause 'e couldn't serve us all.
It was "Din! Din! Din!
You 'eathen, where the mischief 'ave you been?
You put some juldee in it 
Or I'll marrow you this minute
If you don't fill up my helmet, Gunga Din!"

'E would dot an' carry one
Till the longest day was done;
An' 'e didn't seem to know the use o' fear.
If we charged or broke or cut,

You could bet your bloomin' nut,

'E'd be waitin' fifty paces right flank rear.

With 'is mussick on 'is back,
'E would skip with our attack,
An' watch us till the bugles made "Retire",
An' for all 'is dirty 'ide
'E was white, clear white, inside
When 'e went to tend the wounded under fire!
It was "Din! Din! Din!"
With the bullets kickin' dust-spots on the green.
When the cartridges ran out,
You could hear the front-files shout,
"Hi! ammunition-mules an' Gunga Din!"

I shan't forgit the night
When I dropped be'ind the fight
With a bullet where my belt-plate should 'a' been.
I was chokin' mad with thirst,
An' the man that spied me first
Was our good old grinnin', gruntin' Gunga Din.
'E lifted up my 'ead,
An' he plugged me where I bled,
An' 'e guv me 'arf-a-pint o' water-green:
It was crawlin' and it stunk,
But of all the drinks I've drunk,
I'm gratefullest to one from Gunga Din.
It was "Din! Din! Din!
'Ere's a beggar with a bullet through 'is spleen;
'E's chawin' up the ground,
An' 'e's kickin' all around:
For Gawd's sake git the water, Gunga Din!"

'E carried me away
To where a dooli lay,
An' a bullet come an' drilled the beggar clean.
'E put me safe inside,
An' just before 'e died,
"I 'ope you liked your drink", sez Gunga Din.
So I'll meet 'im later on
At the place where 'e is gone --
Where it's always double drill and no canteen;

'E'll be squattin' on the coals
Givin' drink to poor damned souls,
An' I'll get a swig in hell from Gunga Din!
Yes, Din! Din! Din!
You Lazarushian-leather Gunga Din!
Though I've belted you and flayed you,
By the livin' Gawd that made you,
You're a better man than I am, Gunga Din

GUNGA DIN (traducción libre)

Puedes pedir ginebra o cerveza cuando tengas la bolsa llena por tu paga de soldado.

Antes estás condenado a peleas de un penique.
Pero cuando venga a degollarte la sed lamerás la frescura del agua de la bota del aguador.
Recuerdo ahora, bajo el inclemente sol de la India,

donde solía gastar mi tiempo al servicio de su Majestad la Reina,

que de todos los hombres del regimiento el mejor era el moreno Gunga Din.
El era Din! Din! Din! (*)

Limpia el polvo del suelo Gunga Din!
Ay! pillastre escaqueado, tráeme agua!,

deja a Panee Lao, tu maloliente ídolo, Gunga Din!


El uniforme que llevaba no era ya nada desde hace mucho.

Envuelto en un pedazo de trapo por turbante,

una bolsa de piel de cabra con agua, era todo su equipo de campaña.

Cuando la tropa se pone a comer a la sombra, durante el día, cuando brillan los ojos bajo las cejas, gritamos “¡rápido aquí, antes de que nuestras gargantas estén secas”!.

Nosotros mismo éramos la culpa de que no pudiese servir a todos.

“¿Dónde te metes pillastre?,

¡te voy a sacar el tuétano si no llenas ahora mismo mi casco, Gunga Din!”


Llevaba el agua por largo que fuese el día, no pareció conocer nunca el miedo.
Si nos herían o nos lesionábamos, puedes apostar que aguardaba cincuenta pasos a tu flanco derecho.

Con la trompeta atrás él podía aguardar nuestro ataque, nos acompañaba hasta que el clarín toca retirada.
Para todos era “sucio”, pero era un blanco, un fácil blanco, cuando acudía junto a un herido bajo el fuego!

Era “Din! Din! Din!” y las balas levantaban motas de polvo sobre la hierba.
Cuando se acabó la munición, podías oir los gritos de las primeras filas;“¡rápido, mulas de munición Gunga Din!”
No podré olvidar la noche en la que caí golpeado por una bala donde debía estar mi hebilla del cinturón. Estaba atragantado, loco por la sed, y el hombre que primero me vio fue nuestro viejo y bueno burlón de Gunga Din. Me levantó la cabeza y me taponó la herida, me dio una especie de agua verde que apestaba, pero de todas las bebidas que jamás he tomado, es la que más he agradecido, la de Gunga Din.
Era Din! Din! Din! Hay un miserable con una bala en el bazo, caído en tierra. Disparos alrededor. Para él hay agua. ¡Gunga Din!
Me llevó donde estaba el campamento. Una bala me había taladrado limpiamente.

Me puso a seguro dentro justo antes de la muerte.

“Espero que le haya gustado la bebida” dijo Gunga Din.

Entonces me encontré en el lugar donde hay doble agujero y ninguna cantina,

donde los carbones encendidos devoran pobres almas malditas...
Conseguiré un trago en el infierno de Gunga Din!
Si. Din! Din! Din!
Piel tiñosa de Gunga Din!
Aunque yo te haya pegado hasta desollarte,
¡Juro por Dios que eres mejor hombre que yo, Gunga Din!

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Francisco Javier D. de Otazú

(*atolondrado)

El foro de intereconomía

 

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