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¿Esperanza desesperanzada o desesperanza esperanzada?(y2) Indice de Revistas Los católicos y el relativismo

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

La familia atacada por la ONU

Los ataques contra la familia reflejan los intereses, los valores y el poder financiero de ciertas ideologías que usan una nueva clase, una elite internacional, empresarial y burocrática, animada por el único deseo de proteger sus propios privilegios.

La agencia Zenit recoge las acusaciones de importantes personalidades contra la política estadounidense por alentar (todos sabemos la coerción que se esconde tras esa palabra en el caso de EEUU) a los parlamentos hispanoamericanos para sancionar leyes a favor del aborto: No quiere más inmigrantes.

Y la ONU, está siendo el instrumento de estas políticas alentadas por algunos grupos ideológicos de presión.

Es interesante, como muestra, ver las denuncias de Mary Ann Glendon, catedrática de derecho en la Universidad de Harvard y representante de Juan Pablo II en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Mujer de Pekín. La señora Glendon desenmascara a las N.N.U.U. con sus ataques sistemáticos contra la familia: La ONU ha crecido hasta convertirse en una burocracia sumamente elaborada, con miles de funcionarios provenientes de todo el mundo, sensible a la acción de importantes grupos de interés. Y las nuevas agencias, como el Fondo para la Población y la Comisión sobre el «status» de las mujeres se han concentrado en un trabajo de control familiar, ocultándose con frecuencia detrás de movimientos de liberación de las mujeres, de los homosexuales, de los niños, etc... ha llegado a poner en discusión la definición de la familia como célula fundamental de la sociedad.

Los grupos de presión, que en los últimos años, han comprendido rápidamente el proceso de transformación burocrática de la ONU y han cogido al vuelo la oportunidad de influir en las políticas de las diferentes agencias, sin tener que pasar por un sistema de elección democrática. Los resultados están a la luz del día. A inicios de 1995 la Secretaría de la ONU para el Año internacional de la familia publicó un documento en el que se pone en contraposición el derecho de los individuos y el derecho de la familia, introduciendo al Estado entre los hijos y los padres de familia y poniendo en discusión el papel de la familia como lugar de protección de los derechos humanos.

La familia no es el único enemigo. Los ataques contra la familia reflejan los intereses, los valores y el poder financiero de ciertas ideologías que usan una nueva clase, una elite internacional, empresarial y burocrática, animada por el único deseo de proteger sus propios privilegios, para cambiar la cosmovisión de la civilización occidental y cristiana.

En este sentido, no están sólo contra la familia, simplemente tienen la firme determinación de no dejar que la familia o cualquier otra institución les obstaculice en el camino para alcanzar sus objetivos. Por este motivo, en el mundo hay una división cada vez más neta entre los ricos y los pobres y las nuevas políticas de la ONU, en nombre de la igualdad y la libertad, promueven por el contrario un control social que cada vez se hace más rígido. Como ejemplo los llamados «derechos reproductivos»: no son más que una cobertura para controlar el número de los hijos de los pobres con cualquier medio posible. Otro caso es el del «derecho a morir». Algunos creen que pueden controlar la propia vida hasta el final, mientras que, en realidad, lo que buscan es imponer el «deber» de morir a todos los que están enfermos, solos, minusválidos o a los que no pueden pagarse los tratamientos necesarios.

Javier de Jaso y Azpilicueta *


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