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ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

El Fraude del "progresismo"

Consiste en desmontar las estructuras sociales que han sostenido nuestra cultura y dar un salto en el vacio

El fantasma de Gramsci en forma de manipulación semántica campea por doquier.

No hablemos de la palabra ";fascismo" que se prodiga como sinónimo de lo siniestro y de la maldad y que se ha convertido en un arma arrojadiza que reciben los mismos que la lanzan contra otros (El partido marxista Herri Batasuna es "fascista" según los componentes de Ajuria Enea, los defensores de la OTAN son "fascistas" según los comunistas, los defensores de la familia heterosexual son fascistas según las coordinadoras homosexuales, etc )

Pero el ejemplo más notable es el adjetivo "progresista" que se adjudican personas y asociaciones que, pararapetadas detrás del mismo se erigen en ejemplo de virtudes sociales y políticas y censuran acremente a los discrepantes.

Y se llega a decir, como el Sr. Almunia en Italia, que "está abierto a todos los partidos que se identifican con el progreso. Pero, ¿qué es el progreso?. He aquí la cuestión. ¿consiste en desmontar las estructuras sociales que han sostenido nuestra cultura y dar un salto en el vació como está sucediendo con la familia o renunciar a una moral objetiva, lo que conduce a la violencia y al libertinaje ?. Las instituciones y estructuras sociales y culturales resuelven cuestiones de psicología humana y de convivencia social. Desmontar una estructura sin más no es garantía de que aparecerá otra que cubra las mismas funciones. Encontrarse a la intemperie entonces puede llegar a ser terriblemente esclavizante.

Pero he aquí que la hipocresía de esos sedicentes "progresistas" -izquierdistas de diversos pelajes- sofistas de la política y la sociología ha quedado en evidencia :

Se ha publicado en Francia "El libro negro del comunismo" por seis historiadores de izquierda, detallando sus horrendos crímenes, incluso en España, donde proliferaron los comisarios estalinistas y las checas, dando un balance aterrador de más de 85 millones de víctimas. En Francia el escándalo has sido mayúsculo y he aquí que, como denuncia Jean Francois Revel, algunos historiadores de prestigio aún intenta sostener que el estalinismo fue un epifenómeno del comunismo pero que no se identifica con el mismo. Vano intento. Y eso que el prologuista del libro les exhortaba a que "no fuera la extrema derecha la que dijera la verdad y que desde nuestro talante democrático hay que repudiar tales crímenes"

En España ha habido un clamoroso silencio de los "progresistas" ¿Cómo no lanzan sus anatemas contra el comunismo por sus genocidios y crímenes quienes colaboraban con su silencio o su desinformación a que no se conociera la auténtica verdad de los supuestos redentores de los parias de la Tierra ?

¿Cómo se tiene la desfachatez de montar un cirio sobre unas declaraciones del fiscal Fungairiño sin condenar también el sangriento terrorismo marxista que asolaba Argentina y que fue el detonante de la Junta militar y que jamás fue denunciado por quienes ahora se rasgan las vestidura, cuando por ética, hay que condenar todos los crímenes, vengan de donde vengan ?

Los sedicentes "progresistas" habrían de cesar avergonzados en su constante algarabía mientras no entonen un compungido "mea culpa".

"El libro negro del comunismo" ha prestado un gran servicio al arrojar una luz esplendorosa sobre los fraudes semánticos de los "progresistas" que han sido decisivos para llegar al lamentable estado de decadencia moral y de desinformación de las sociedades europeas.

Samuel Clua *


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