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El Fraude del progresismo Indice de Revistas Lo repetetido es falso

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Editorial

El futuro de la humanidad está en las manos de aquellos que son capaces de transmitir a las generaciones de mañana razones de vida y esperanza (GS, 31).

Como indica Herriot hay dos tipos de hombres, "unos con su misticismo, su idealismo y su intelectualismo, otros con su utilitarismo grosero y su afición a la canalla, los del espíritu y los de la materia, la verdad es que las dos no son sino una sola humanidad y toda la cuestión se reduce a determinar quién debe gobernarla, si los suspiros o los eructos".
La tendencia actual es que, en el sistema que padecemos, su lógica oligárquica, tiende a concentrar las decisiones en una minoría, la constituida por la dirección de los partidos políticos.
Incluso si el liberalismo clásico establecía la prohibición del mandato imperativo para los representantes elegidos, este mandato se ha reintroducido en la práctica parlamentaria por la vía de los partidos políticos. Son las cúpulas de estos últimos los que deciden la orientación política y el voto.
Resultado de lo anterior es que la calidad del sistema político que soportamos esta relacionado directamente con la calidad de las élites dirigentes de los partidos dominantes. Lo cual puede conducir al pesimismo.
Desde que se sitituyó, con la revolución de 1789, al Dios de los altares, por los altares a la diosa razón parece que es la parte canalla de humanidad la que va ganando la batalla, como parece confirmar esta idea las leyes que permiten el aborto, las aberraciones sexuales, la permisividad con el consumo de drogas, el dominio del capital sobre la dignidad del trabajador, etc....
Para darle la vuelta a esta situación hemos de rescatar esas "razones de vida y esperanza" y trabajar para que vuelvan a ser los valores que aportan dignidad y progreso al hombre, los valores inherentes al derecho público cristiano, los rectores de sociedad. Y que a su servicio encuentre las personas que puedan hacer operativas y llevar a la praxis diarias estas ideas.
Este es el último objetivo, la persona. La persona como sujeto activo, que organizado participa en la dirección de la sociedad, y la persona como sujeto pasivo, que es la víctima o beneficiaria de la ideología que informa la estructura social de la que forma parte. Y es a esa persona, la que formada en la Verdad o el error moverá el mundo en un sentido o en otro, a la que debemos ir. *


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