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ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Escrito sobre el agua

Asombra leer que se piense llevar más agua de los sitios que tienen poca a los que ya tiene más, con el argumento de la rentabilidad mayor en éstos: nos parece un argumento inaceptable: donde hay que llevar agua es a los sitios donde escasea o falta, y no a donde la tienen abundante, porque llevar agua en estos casos, es llevar vida o posibilidad de mejorarla a los más necesitados

Decir que el tema del agua es de plena actualidad resulta innecesario; baste escuchar la televisión o leer los periódicos de cualquier orientación para darse cuenta de ello. También a nosotros nos parece importante y compartimos esa actualidad. Efectivamente: el agua es el elemento necesario para la existencia de la "vida": La vida es un movimiento inmanente que se realiza en el agua y sólo en ella. Esta afirmación a primera vista podrá parecer inexacta: procuraremos mostrar su exactitud.

Un primer hecho bien claro: sólo donde hay agua, hay vida, y a la inversa: donde no hay agua, no hay vida: es el desierto. Otro dato cuantitativo: en líneas generales, cuanta más agua hay, más vida. Por ello la cantidad de vida en el mar es muchísimo mayor que la que hay en la tierra. Y en ésta hay una clara relación entre la cantidad de agua, y la densidad de población. Y así sucede también que cuando se logra abundar más el agua, se logra insensiblemente casi, que aumente la riqueza y con ello la cantidad de vida ó de vidas, es decir, de población. Aquí al lado tenemos un claro ejemplo: toda la margen derecha del Ebro, desde Tudela hasta Zaragoza era casi un desierto: La idea genial del Emperador Carlos I de regarla con el canal que mandara construir, ha convertido lo que era un desierto, en vergel extraordinario, y ya vivido par nosotros mismos el desierto entre Huesca y Zaragoza, lo hemos visto transformarse en tierra productora de vida, con las aportaciones de agua allí realizadas en las décadas de los 40 y los 50, si mal no recuerdo.

Hemos afirmado que toda vida se realiza en el agua y sólo en ellas: aclaremos cómo esto es posible y necesario. Los seres vivos que viven en el agua de los mares, ríos, lagos, etc., es evidente que viven dentro del agua y que sólo dentro de ella pueden vivir; ¿y los terrícolas?. Pues también vivimos dentro del agua. Los terrícolas, somos una especie de sacos tremendamente complicados y llenos de agua, en la cual existen y funcionan todos nuestros órganos: cada uno tenemos nuestro "océano particular" y en él se desenvuelve nuestra vida, y tan pronto como se nos escape ese nuestro mar particular, nos deshidratamos y fallecemos, es decir, cesa nuestra vida.

De aquí la necesidad de estudiar el tema en muchos de sus aspectos: trataremos algunos aquí.

Ante todo el de la distribución del agua disponible.

Asombra leer que se piense llevar más agua de los sitios que tienen poca a los que ya tiene más, con el argumento de la rentabilidad mayor en éstos: nos parece un argumento inaceptable: donde hay que llevar agua es a los sitios donde escasea o falta, y no a donde la tienen abundante, porque llevar agua en estos casos, es llevar vida o posibilidad de mejorarla a los más necesitados, que es lo que debe hacerse; y no a la inversa, aunque el hacerlo así, a primera vista o a tiempo inmediato, resulte menos rentable económicamente.

Hay otro tema aún más interesante: habitualmente, cuando se habla "del agua" a secas (lo que parece un contrasentido) se suelen referir a la llamada "agua dulce", lo que no es acertado, porque hay, mirando el asunto en su globalidad, dos clases de agua: ésta que llamamos dulce (y que más bien debiera llamarse sosa, puesto que lo que fundamentalmente la define es el no tener sal); y frente a ella está el "agua salada", la de los mares, que sí tiene sal, que también tiene que entrar en la discusión del tema.

Baste recordar que la cantidad de agua marina disponible es inmensamente mayor que la de agua dulce, y que además no está explotada como agua-vital (sí lo está en otros aspectos que ahora mencionaremos) y que por lo tanto está disponible. Resaltemos otro valor fundamental: Los mares sirven también como medio de comunicación, como media para lograr la expansión social, como almacén de alimentos, etc., es decir, proporciona a los que viven junto a ellos una porción de ventajas y aportes económicos, de los que no pueden disfrutar los de tierra adentro. Por eso, en las costas sus pueblos suelen ser más ricas; y son más pobres los de tierra adentro. Contribuir a aumentar estas diferencias no es acertado (aunque se vistan de seda los que tal defienden).

Pero el argumento clave en contra de los terrícolas es acaso el económico, desde otro punto de vista: el agua dulce se puede beber y utilizar sin más, y la del mar no se puede beber. Pero hay este argumento carece de valor: una gran parte de las aguas no saladas en su origen, está muy pronto "contaminada" y necesita una muy cara "depuración" para poder ser reutilizadas, lo que las encarece mucho y dificulta enormemente su utilización, y que probablemente es más cara y menos eficaz que desalar el agua del mar. La consecuencia que de ésto se deduce es bien clara: el agua dulce, para los de adentro. Hemos titulado este artículo "Escrito sobre el agua" parodiando la frase clásica "escribir en el agua" para señalar algo como que nada va a lograr, ahora mirando el panorama que nos rodeo, tal vez hubiera sido mejor titularlo "Escrito en el agua".

Fernando Civeira *


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