Portada Revista 19

Contra la experimentación con embriones humanos Indice de Revistas La falsa y la auténtica educación sexual

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Contexto histórico del nacimiento del Islam; raíces socio-religiosas en el tronco de Abraham.

Mahoma, miembro de la tribu de coraix, un camellero en situación holgada tras su matrimonio con una viuda rica, dice recibir el Corán, primero en una visión de conjunto y luego en detalle y por entregas, (años 612-632), mediante la recitación que del mismo le haría el arcángel Gabriel.

El Islam hace su aparición en la Arabia del s. VII. Nace, pues, muy cerca del origen geográfico de las otras religiones reveladas, en la encrucijada de las "tres partes" del mundo conocido.

Arabia es cuatro veces la península Ibérica. La población árabe, escasa, vivía y vive en vastos desiertos. La inmensidad de la aridez del desierto ha marcado al tipo humano de esta región de un modo distinto que el de los valles del Creciente fértil. Nomadeo, tribalismo, fatalismo, un determinado sentido del tiempo..., construyeron un pueblo bien diferente al de las populosas ciudades de entorno agrícola que eran alimentadas por cíclicas y generosas inundaciones fluviales.

Las ferias de los tratantes de ganado se acomodaban con las peregrinaciones, con la "umra" de la Kaaba y con el "hadjdj" de Arafa, según una fórmula que R. Brunschvig ha descifrado. Las operaciones comerciales eran santificadas por una serie de ritos, como los sacrificios en Miná.

Hay muchas referencias a la influencia cristiana. En la Arabia meridional hubo estados, vasallos de Abisinia, cristianos monofisitas. Un virrey del Yemen atacó La Meca en 570, es Abraha, importante en la tradición árabe, que es derrotado por cristianos nestorianos aliados de los sasánidas persas.

Desde la referencia coránica, más importante es la influencia judía. Formaban grupos apartados aunque ocasionalmente en estrecha alianza con alguna tribu árabe, como los judíos de Khaibar con los beduinos thaqif. Lo que sí hay de cierto es que en los oasis del sur de Arabia había colonias judías, con rabinos y escuelas, y también cristianos, como en el oasis de Najran. Incluso en La Meca se nos habla de la presencia esclavos, monjes y mercaderes cristianos. Uno de estos últimos, que leía hebreo, era primo de Jadiya, esposa de Mahoma. Este personaje, Waraqa ben Nawfal, conocía la Biblia. Un primo de Mahoma se hará cristiano al emigrar a Etiopía, en vida de éste. Las narraciones bíblicas eran conocidas como para que los adversarios de Mahoma contestasen a su nueva: "Son ya cuentos viejos".

No sabemos a qué secta podían pertenecer estos árabes cristianos, pero debía ser una corriente marginal respecto al conjunto: En efecto, la doctrina del Corán se parece más a un judaísmo con algunos elementos cristianos que al cristianismo de los Evangelios y la gran iglesia. Al principio, Mahoma decía que estaba de acuerdo con esos cristianos de La Meca. Los heresiólogos mencionan a los elquisaítas, grupo que esperaba a un profeta cercano.

La Meca era un importante centro comercial, intermedio entre los caminos de la India, Siria y Egipto. Rica ciudad, manifestaba grandes diferencias sociales que contrastaban con la sencillez patriarcal de los clanes nómadas. Algunos historiadores han querido ver en el Islam un movimiento social, porque el egoísmo de los clanes ricos chocaría con el mensaje de fraternidad de Mahoma. Eso sería un reduccionismo simplista, pero una de las razones de su éxito fue el de una solidaridad más amplia que la de las tribus, con su preocupación por los huérfanos, pobres y débiles, aguardando días mejores cuando los éxitos guerreros fueron fuente de un inmenso botín. Antes, en los años de pobreza, la ayuda mutua y los bienes de los musulmanes más afortunados permitieron superarlos.

En el santuario cúbico de La Meca había toda clase de figuras sagradas, en número de 360, como días tiene el año lunar. La Kaaba, además de la piedra negra que sobrevive, reunía todo el eclecticismo del mundo antiguo. El santuario habría sido consagrado por Abraham y su hijo Ismael, padre de los árabes, pero tenía toda clase de estatuas, incluso algunos textos incluyen un icono de Jesús y de María.

Una divinidad suprema se caracterizaba por su transcendencia, moraba en los cielos y no tenía imagen. Convivía con cultos de fecundidad, a los que estaba vinculado el pozo nutricio de Zamzam, con rastros de hermetismo, zurvanismo; culto a tiempo, animismo y totemismo. Había figuras mediadoras; diosas helenísticas, ángeles iranios, "yinn"; espíritus intermedios que, pese a su origen pagano, encontraron su alojamiento en el Corán, y "profetas" espontáneos.

La influencia de los astros, que encabezaba Athar, un dios-rey estelar, fue abatida por el Corán (53,30) Y (6,76), aunque el papel icónico de la luna recoge un cierto papel de la divinidad masculina "qamar". El Corán (71,22), (12,39), reprueba las pervivencias paganas. Entre ellas, una divinidad femenina, "Dtat-Gimyam", el Sol. El rito musulmán pone mucho cuidado en no regirse por las posiciones anuales del astro, para evitar toda confusión con esta adoración. La fiesta de la primavera en Irán sería un ejemplo de pervivencias paganas excepcionales.

Una piedra blanca, "marwa", en Tabala, al sur de La Meca, rivalizaba con la piedra negra, siendo también islamizada con una mezquita. La custodia y administración de los santuarios estaba confiada a un linaje vinculadamente, los banu-xaiba, que guardaban la kaaba antes y después del Profeta, hasta el día de hoy.

En todo este complejo contexto, Mahoma, miembro de la tribu de coraix, un camellero en situación holgada tras su matrimonio con una viuda rica, dice recibir el Corán, primero en una visión de conjunto y luego en detalle y por entregas, (años 612-632), mediante la recitación que del mismo le haría el arcángel Gabriel.
Esta "dicción directa", concepto bien diferente al de inspiración, será un importantísimo determinante de esta revolución religiosa del s. VII.

Exhaustos por secular conflicto, los dos imperios vecinos; el persa y el bizantino, serían sus primeras víctimas. Tras mirar con desdén a los nómadas, cuyas incursiones rechazaban periódicamente, éstos se convirtieron en sus iguales, con su propia religión, su propio profeta y libro. El mismo Corán se hace eco de su triunfo. Dios reveló el Corán a los árabes para que éstos no tengan que decir: "La Escritura sólo bajó de arriba sobre dos comunidades" (6,157/156). En la línea de la tradición inicial bíblica, el Islam se presentaba en un primer instante como una religión árabe para los árabes, en una corta fase henoteista, como conocieron también los judíos, antes de ser proclamada como la única religión querida por Dios para todos los hombres y toda la historia. Más tarde, cuando el Islam se extiende por pueblos no árabes intervinieron otros factores, que habrá que examinar entonces.

En conclusión, el árabe del s. VII combina en su religión diversas tradiciones antiguas con una tendencia unificadora. A la multitud de dioses se opone la similitud de cultos, que aproximan a los clanes, con un cierto paralelismo con las ferias comerciales. Hay importantes influencias extranjeras; iranias, bizantinas, judías. La poderosa personalidad de Mahoma y la atmósfera profética de la Arabia del 600 se sumaron para posibilitar una gran revolución religiosa.

Francisco Díaz de Otazu. *


Contra la experimentación con embriones humanos Portada revista 19 La falsa y la auténtica educación sexual

Cartas al director, sugerencias y colaboraciones

Buzon Pulse aquí para enviar correo



"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil

La reproducción total o parcial de estos documentos esta a disposición de la gente siempre bajo los criterios de buena fe y citando su origen.