Portada revista 33

Comprenda Timor del Este Indice de Revistas Dos conceptos de democracia

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Nacionalismo.

"Ser nacionalistas es una pura sandez; es implantar los resortes espirituales más íntimos sobre un motivo físico. sobre una mera circunstancia física..."

Aquel hombre que se ha preocupado por el pensamiento, acostumbra a distinguir con detalle entre el patriotismo y el nacionalismo, pero no es raro, en otros ambientes, oír a españoles de buena voluntad definirse como nacionalistas.

El nacionalismo burgués y material, moribunda herencia del siglo diecinueve y de la decadencia del Romanticismo, eleva la tierra a la categoría de Patria. A la tierra hay que dejarla ser lo que es, y todo intento de sublimarla a nexo, a unión, a razón, a acontecimiento, participa de la majadería del siglo. Este es el nacionalismo falsamente romántico, antiguo como una tribu y estéril como un desierto: y ha prendido en en algunos habitantes de todas las regiones, incluso en Aragón o Castilla, naciendo partidos "nacionalistas".

A nadie se le oculta que para dar a la tierra categoría de nación hay que mentir, y a eso estamos asistiendo.: a la deformación de la verdad y de las personas en manos de unas clases políticas que usan ese nacionalismo como excusa para sus fines desintegradores y pueblerinos, haciendo creer a las masas que lo pequeño es más auténtico que lo grande y la división más fructífera que la realidad.

Todo se hace con olvido de las dos características principales de nuestro ser: la Unidad, por la que luchamos durante siglos, y la Independencia, que tanta sangre y esfuerzos nos costó. Ambas son inseparables y no habrá independencia sin unidad, ni unidad sin independencia.

Algunos gobiernos - como un gran pensador señaló certeramente - equivalen a una invasión extranjera. Hoy, cualquiera que encarnen los partidos políticos encuadrados en internacionales, pero mucho más aún los gobiernos autonómicos sea el que sea su color. Mientras se nos divide se nos arrebata la independencia y se nos condena a empezar de nuevo una larguísima historia.

Nuestra unidad jamás fue un capricho ni una coincidencia, sino una necesidad clarísima de la que dependió, en su día, nuestro crecimiento, y de la que hoy depende nuestra supervivencia.

El partido, la clase social, el visionario que niegue tal evidencia, es un invasor de nuestra libertad: su raptor, y un clarísimo enemigo de nuestra convivencia.

Las autonomías políticas, (que existen sin un previo mandato específico de la constitución pues son una posibilidad contemplada en ella), no son ya un error sino algo muchísimo más grave: la destrucción de la única herramienta de que disponemos para construirnos un futuro y realizarnos como individuos y como pueblos, como cultura e historia, asumiendo libremente el mundo que nos ha tocado. Pero, como eso no lo puede admitir el Poder General, ahí está la caída absoluta de la educación. Nos prefieren sin raíces.

Arturo Robsy.

 



Comprenda Timor del Este Portada revista 33 Dos conceptos de democracia

Cartas al director, sugerencias y colaboraciones

Buzon Pulse aquí para enviar correo



"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil

La reproducción total o parcial de estos documentos esta a disposición de la gente siempre bajo los criterios de buena fe y citando su origen.