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ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Franz Von Papen, el último junker.

Una personalidad a caballo entre dos mundos.

Nacido en 1879 en la localidad de Werl, Westfalia occidental, era vástago de una familia que había servido al Sacro Imperio y al arzobispado de Colonia, siendo originario de las tierras aledañas al Rhin. Su padre fue oficial en el regimiento de ulanos de Dusseldorf, de donde le vino la vocación militar, marchando de cadete a los once años a Bensberg. Allí, cumplidos sus estudios sirvió de paje ante el kaiser y entró de oficial en el regimiento de su padre. Su admiración por la equitación le hizo elegir la caballería, deporte que le ayudó a tener autodisciplina, resistencia y rapidez de decisión.

Entre 1902 y 1904 estuvo en Gran Bretaña, entrando en contacto con la alta sociedad inglesa. En 1905 se casó con su prima, miembro de una familia ilustre con raíces en Francia y Luxemburgo. En 1911 entró en el selectivo Estado Mayor del ejército imperial, trabajando en su sección sobre Austria. Durante la primera guerra mundial, von Papen fue destinado como agregado militar en la embajada germana en Estados Unidos. Su misión consistió en comprar productos para los imperios centrales e informar sobre los movimientos de tropas británicas. Su informe sobre la entrada norteamericana en la guerra a causa de la lucha submarina y el descubrimiento del telegrama de un subordinado en que se incitaba a México a declarar la guerra a los Estados Unidos provocó su traslado al frente occidental. En 1917, su destino fue ir de oficial de operaciones con el mariscal Kalkanhayn en el Assien Korps, cuerpo alemán que auxiliaba al ejército turco en Mesopotamia contra los británicos. Von Papen ayudó a la defensa de Palestina y de la ciudad de Damasco, conociendo a un brillante oficial otomano, Mustafa Kemal, quien será conocido en la posterioridad con el sobrenombre de Kemal Atâtûrk, padre de la nueva Turquía.

Después de la guerra se trasladó a Westfalia donde se estableció como propietario agrícola y ayudó a los labradores a crear una guardia contra los revolucionarios comunistas. Su liderazgo hizo que se le propusiese ser representante de su comunidad en la república de Weimar. Como la república había omitido los principios cristianos, decidió representar a sus conciudadanos en un partido con fondo religioso como el Zentrum, que representaba los intereses católicos en el parlamento prusiano.

En la actividad política fue diputado de 1921 a 1928, pronto destacó como cabeza del sector más conservador, defendiendo la instauración de un Estado corporativo inspirado en la encíclica Quadragessimo anno. Propietario del Germania, periódico católico berlinés, von Papen ayudó a introducir a los católicos en la simbiosis de la derecha alemana, hasta entonces monopolizada por los luteranos. Sus buenas relaciones con el ejército, magnates de la industria y el campesinado hacían del líder católico un hombre a contar en las coaliciones derechistas contra los gobiernos centroizquierdistas. Sin embargo, el Zentrum le marginaría al coaligarse con los socialistas y liberales en su defensa de la república de Weimar.

No obstante, von Papen mantuvo su linea crítica, la derecha quería crear una nueva Alemania y esta debía sustentarse en valores cristianos y las relaciones tradicionales del hombre con Dios. El capitalismo debía ser reformado y evitar todo tipo de socialización. Apoyado en la confianza del presidente Hindemburg, fue canciller de un gobierno de magnates en 1932, pero no obtuvo apoyo parlamentario para una reforma constitucional. El triunfo posterior de Adolf Hitler en 1933 le llevaría a intentar reconducir a los bisoños nazis a una coalición gubernamental con elementos derechistas, donde von Papen sería el vicepresidente. Su principal labor fue la consecución del concordato entre la Iglesia Católica y el III Reich, lo que dio en el futuro un marco jurídico de relación a los católicos con el Estado alemán.

Posteriormente, la progresiva retirada de los elementos conservadores debilitó la posición de von Papen que le llevó a la dimisión. En 1934, su labor fue de nuevo necesaria, siendo nombrado embajador en Viena, donde ayudaría a buscar una consecución pacífica con el gobierno austriaco que acabaría con el Anschluss entre Austria y Alemania.

Durante la segunda guerra mundial, von Papen fue de nuevo requerido a ocupar hasta 1944 el puesto de embajador en Turquía, donde su antigua amistad con los militares turcos ayudó a establecer un acuerdo de no agresión germano-turco e incluso a ser protagonista de un episodio de espionaje, al recibir información del mayordomo del embajador británico en Ankara. Después de la guerra fue detenido e internado en un campo de concentración, enjuiciado en Nûremberg, fue absuelto, pero por ello nuevamente juzgado por un tribunal de desnazficación y condenado a ocho años de trabajos forzados. Recluido en la zona de ocupación británica, intento liderar un movimiento político católico de derechas, siendo vetado por Konrad Adenauer, un antiguo activista del Zentrum que había tenido veleidades separatistas en Renania y era el principal colaboracionista de los norteamericanos. Marginado de la vida pública, escribió sus memorias utilizando como libro de cabecera Las confesiones de San Agustín, falleció en Obersasbach en 1969.

 



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