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ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Taiwan, el último dragón.

Occidente le traiciona ante el gigante comunista

La isla de Taiwan o Formosa, como la conocemos a través de nuestros vecinos portugueses, es el último reducto de los chinos nacionalistas. En nuestros días, la China comunista ha realizado ejercicios navales intimidatorios hacia la pequeña isla en su afán de evitar su independencia y conseguir la reunificación del país. No obstante, los taiwaneses no están por la labor de echar por tierra su desarrollo y libertad, por eso disponen de un ejército de 405.500 soldados y una reserva de otros 1.657.500. Esta isla ha servido de refugio a los bandos perdedores en los conflictos civiles chinos. El general Cheng Cheng kung, último defensor de la dinastía Ming, reconquistó la isla a los holandeses, que a su vez la habían tomado a los portugueses, y se refugió con sus partidarios en 1662. Tras un inicial renacimiento cultural chino, cayó en decadencia, con la guerra chinojaponesa, fue traspasada al Imperio Nipón que la industrializó y tras la Segunda Guerra Mundial fue la recompensa que los aliados dieron a China por su ayuda contra el Japón.

Pero para los chinos la guerra prosiguió en forma de guerra civil hasta 1949, cuando acabó con la victoria comunista de Mao Tse tung, ampliamente abastecido por los soviéticos. El general Chiang Kai shek decidió refugiarse con los restos de su ejército y sus familias en la pequeña isla esperando una oportunidad que le permitiese recuperar el resto del país continental. De esta forma, dos millones de nacionalistas se exiliaron junto a los seis millones de taiwaneses.

Tras frustrados intentos comunistas de recuperar la isla o al menos el archipiélago de los Pescadores en 1954 y 1958. los Estados Unidos decidieron extender su manto protector a un aliado que les venía bien en la guerra de Corea. Pero la guerra fría se implantó y tras una reforma agraria se consiguió el apoyo de la población isleña y la base del futuro crecimiento. Siguiendo los principios del Dr. Sun Yat sen, fundador del Kuomin-tang (Partido Nacionalista Chino): Nacionalis-mo o igualdad de las naciones, democracia o igualdad política de los ciudadanos y bienestar social o igualdad económica. Taiwan ha experimentado un crecimiento económico asombroso, equiparable únicamente al Japón, Alemania o España anteriormente y un renacimiento de la cultura clásica china.

Sin embargo, su triunfo económico que le lleva a ser la duodécima potencia exportadora del mundo esta empañada por las derrotas políticas. La expulsión de la ONU, por el reconocimiento de la China comunista y el alejamiento estadounidense realizado por Nixon ha llevado a Taiwan a estar reconocida por países centroamericanos o africanos que por su pobreza requieren de su ayuda. En la actualidad la presión comunista por la reunificación del país se esta reafirmando por el logro conseguido con Hong kong y Macao. No obstante, la suerte de estos emporios de riqueza decidirán la de Taiwan. La isla necesita la mano de obra y materias primas del continente, pero no ve como mercado a los chinos por su bajo nivel de vida, como hacemos, por el contrario, los europeos.

En definitiva, se puede decir que Taiwan con Chiang Kai shek se salvó del comunismo; con su hijo Chiang Ching Kuo logró el crecimiento económico, una progresiva taiwanización del poder, con el relevo de los dirigentes exiliados y la legalización de la oposición democrática para conseguir mayor apoyo de la población taiwanesa; y con Lee Teng hui la conversión en una potencia económica y en una identidad nacional propia.

José Luis Orella

 


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