No olvides el drama de El Salvador

Contribuye con tu ayuda económica

Llama al 902 33 99 99 (CARITAS CON EL SALVADOR) y colabora con tu ingreso

Portada revista 42

Calmucos, los camelleros de las estepas Indice de Revistas 13 de mayo: el País Vasco se la juega.

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Windhorst, el David que venció al canciller de hierro .

Modelo de resistencia en la defensa de los valores frente al poder.

Windhorst, el pequeño -o la pequeña- excelencia, nació en 1812 en Osnabruck y murió en 1891 de una congestión pulmonar en plena actividad parlamentaria, conservando sus falcutades.

De origen modesto, recorrió una brillante carrera como jurista y hombre político. Presidente del parlamento de Hannover a los 38 años, ministro de justicia a los 40, desde su juventud luchó a favor de los derechos de la Iglesia y de su ideal gran-alemán, Prusia desarrolló en la unificación la pequeña Alemania, al no integrar a Austria. Originario de la Baja Sajonia, fue hannoverense por el Tratado de Viena de 1815, y desde 1866, prusiano por la anexión de Hannover al reino de Prusia. Winhorst fiel a la monarquía derrocada tuvo por ello la alianza de la oposición güelfa luterana y antiprusiana hannoveriana

Desde 1848, ocupa cargos públicos asentándose su espíritu conservador, aunque no reaccionario. Respetuoso con el poder constituido, siempre fue favorable a éste, pero igualmente decidido a resistirse a las tentativas del poder, cuando pretende violar los derechos constitucionales escritos o no de la Iglesia. En 1867 entró en la dieta prusiana y en el Reichstag, su genio parlamentario le llevó a convertirse en el líder indiscutible de los grupos católicos del Zentrum. Estuvo en el puesto durante 24 años, destacándose como un gran orador dotado de una gran memoria, por su casi total ceguera que le impedirá utilizar apuntes.

El pequeño hannoveriano fue el líder católico que tuvo que enfrentarse a la política anticatólica del kulturkampf del canciller Bismarck. La tenacidad que demostró en defensa de la Iglesia, dio unidad al catolicismo alemán en unos momentos muy difíciles de 20 años de persecución liberal. Se convirtió en la persona más odiada por el canciller de hierro y su actividad consiguió convertir a grupos hetrogéneos de católicos del antiguo régimen en una unidad compacta y bisagra de la nueva monarquía constitucional prusiana. Winshorst utilizó magistralmente el parlamentarismo y su posición bisagra en actuar entre la izquierda socialista y liberal, y la derecha luterana conservadora, para conseguir la retirada de las medidas anticatólicas.

El Zentrum defendió la libertad de conciencia y el orden constitucional frente al liberalismo anticlerical y antiromano, que veía en el catolicismo al enemigo más peligroso del II Reich prusiano. No obstante, la unidad en los últimos años de su pequeña excelencia no fue tan rotunda, apagadas las brasas del anticatolicismo, la derecha luterana necesitaba los votos católicos para votar medidas sociales, que impidiesen el ascenso del socialismo y el aumento del presupuesto militar. Medidas a las que Winshorst se opuso sistemáticamente, por su antiprusianismo y por no querer el reforzamiento del Estado, aunque fuese en beneficio de la política social. Esto provocó el voto rebelde a favor del gobierno de diputados católicos conservadores, que se sentían leales prusianos y que por su juventud veían el peligro socialista y las posibilidades de una política social necesaria.

Sin embargo, el pequeño demostró ser un hombre de gran talla cuando los católicos alemanes minoritarios y desunidos descubrieron en él al líder que los mantuvo unido y que consiguió derrotar la política anticatólica del gobierno liberal de Bismarck. Todo un ejemplo de la entrega de un político a sus ideales católicos.



Calmucos, los camelleros de las estepas Portada revista 42 13 de mayo: el País Vasco se la juega.

Cartas al director, sugerencias y colaboraciones

Buzon Pulse aquí para enviar correo



"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil

La reproducción total o parcial de estos documentos esta a disposición de la gente siempre bajo los criterios de buena fe y citando su origen.