Portada revista 43

La Iglesia católica y la masonería en la actualidad. Indice de Revistas Los cristianos árabes, primogénitos de la Cruz

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

El cisma mellista: Historia de una ambición política.

Libro sobre el estudio de las tensiones que crean los intentos de modernización de la maquinaria partidista y del acervo ideológico del tradicionalismo español

¿Qué es el cisma mellista?. La ruptura política que protagonizó Vázquez de Mella en 1919 con el Pretendiente carlista Jaime III, separándose del partido jaimista, con la casi inmediata fundación de uno nuevo bajo su inspiración y criterios. Esto es algo sabido por todos, pero lo que es poco conocido son las razones exactas de esa explosión cismática que se dió en 1919 y que convulsionó a todas las élites y bases jaimistas. Para ello ha sido necesario realizar un amplio recorrido por la biografía política de Mella, y del jaimismo, desde mucho años antes de esa fecha y hasta bastantes años después de la misma.

Las razones de fondo están en íntima relación con el problema del desgaste del carlismo como opción política real en un marco nacional amenazado, crecientemente, por las sacudidas revolucionarias y las supuestas contradicciones de los doctrinarismos liberales. Precisamente, desde la óptica de un Mella -y seguidores suyos- preocupado por dar mayor realismo y posibilismo político al carlismo en esta época, es desde donde se ha de partir y mirar para dar la explicación al fenómeno del cisma mellista.

En el período que va desde 1909 hasta 1922 se pueden observar las tensiones que crean los intentos de modernización de la maquinaria partidista y del acervo ideológico del tradicionalismo español, y, por tanto, se arroja un poco de luz sobre, quizás, la etapa más oscura del carlismo posclásico. Dicho estudio no se había realizado antes puesto que, la historiografía científica sobre la misma, de este período, es prácticamente inexistente o poco profunda. La falta de interés por este período, que media entre 1876 y 1931, se debe en parte a las reticencias mostradas por los historiadores afines al tradicionalismo en tratar una época cuajada de escisiones y de querellas intestinas. Salva, por tanto, nuestro estudio este gran vacío historiográfico mostrándonos un carlismo vacilante y en crisis en medio de las luchas parlamentarias, bien diferente del de sus episodios bélicos, y mostrándonos, también, a un Mella preocupado en transformarlo en un proyecto político sugestivo, moderno y regenerador, desentendido del legitimismo dinástico, es decir, a un Mella bien diferente del que nos han querido hacer ver sus panegiristas.

Mella será el artífice encargado de elaborar uno de los proyectos políticos más sugestivos y modernos -de mucho mayor calado que el integrista- para realizar, con posibilidades de éxito, la instauración de la política tradicionalista en España al margen de la insoluble cuestión dinástica. El proyecto político de Mella debe inscribirse dentro de la marea antiliberal y autoritaria europea que rodeó a la Gran Guerra, estando caracterizado dicho proyecto por la incorporación doctrinal de una serie de ideas ajenas al tradicionalismo político español, y procedentes de pensadores como Charles Maurras y Joaquín Costa, lo que indudablemente influyó en su formulación política.

Dicho proyecto político consistió, esencialmente, en la formación de un núcleo o centro tradicionalista cuya pertenencia al mismo se realizaría en tres categorías, de mayor a menor, según el grado de aceptación de un programa máximo tradicionalista instituído por Mella. La referencia tradicionalista fue, por ello, la condición esencial para la pertenencia al núcleo, lo que hacía adquirir a sus fuerzas políticas la condición de verdaderas o extremas derechas. Patrimonializando el concepto derechista de pureza no pretendió otra cosa que arrastrar en pos de la misma a las fuerzas de la derecha del Régimen alfonsino, en especial aquellas que tuvieran las lindes políticas más cerca del corpus doctrinal tradicionalista.

Dado que ni Alfonso XIII ni el Pretendiente carlista Don Jaime podían llegar a aceptar dicho proyecto político, según Mella, se negó cualquier adscripción dinástica ya que la primera lo desvirtuaría por su liberalismo, y la segunda lo echaría a perder por su encadenamiento a una rígida y ortodoxa relación política, cuando lo que se necesitaba, precisamente, era una adscripción superadora en el tradicionalismo mellista, desde la cual, quizás posteriormente, se pudiera realizar una adscripción dinástica, igualmente superadora, sobre la alfonsina y jaimista.

El proyecto político mellista puso pues un gran empeño en ampliar todo lo posible su espectro de relación política con la formulación, por medio de Mella, de múltiples mecanismos de transición hacia su proyecto político que sirvieran de plataformas de opinión y apoyo al mismo como, por ejemplo, un nuevo partido conservador, un nuevo partido católico, una nueva unión de derechas, una nueva política internacional, un nuevo regionalismo, etc...., cuya novedad ,en esencia, consistiría en su intención proyectiva futura de integración o federación en el superador proyecto político mellista. En el fondo, por tanto, el proyecto de Mella buscaba el planteamiento de un tradicionalismo superador de la secular confrontación del carlismo ortodoxo con el alfonsismo liberal.

Juan Ramón de Andrés Martín.

 

EL CISMA MELLISTA: HISTORIA DE UNA AMBICION POLITICA
Juan Ramón de Andrés Martín
ACCESIT DEL VII PREMIO DE HISTORIA DEL CARLISMO LUIS HERNANDO DE LARRAMENDI
Formato: 15 x 23 cm.
269 + 24 páginas.
ISBN: 84-87863-82-5.



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