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Editorial Indice de Revistas Un ejemplo histórico de constitución política: la Corona de Aragón

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Libertad y Verdad.

Hay una equivalencia entre belleza y orden

Para ser libre hay que averiguar de dónde viene la libertad: De la justicia, tan escasa ahora en este mundo; y la justicia procede de la verdad y de la medida en que la percibimos. A veces es más fácil identificar la mentira y saber que la mentira te orienta sobre la verdad.

Si, como es demostrable, la mentira avanza y lo invade todo, hasta ciertas filosofías y religiones extraviadas, convivencia social o conocimientos, esa mentira, «en el mundo de la mentira» que dice Jean François Revel, hay una lógica que nos advierte que sin verdad no hay justicia y sin justicia no hay libertad.

A veces se ha atribuido el incremento de violencia y delitos al funcionamiento espurio de la democracia liberal y a la incesante propaganda de la academia del crimen que es Hollywood. Es ya normal que se nos enseñe cómo matar y salir con bien. Y robar, violar, engañar, discriminar entre genocidios justificados o no. No es delito esta academia ni apología del terrorismo, sino Show Busines.

Los datos al alcance del buscador parecían concluyentes: donde se asentaba la democracia liberal aumentaban precipitadamente los delitos y se reforzaba la tolerancia con los peligrosos. Era y es algo que sucedía en las democracias liberales , o a la vez que ellas. En España se pasó del cero al infinito en consumo de drogas en apenas dos años.

Pero parece que eso no es así. Los clásicos, ya paganos, ya cristianos, nos dejaron tras Sócrates, Platón, Aristóteles, Boecio y San Agustín, una equivalencia entre belleza y orden: no sintieron la belleza del paisaje desordenado. La misma equivalencia que entre la Verdad y el Orden o el Pensamiento cierto y el orden. Escribieron mucho sobre la verdad suprema, que es Dios. Y esa Verdad es Orden. Más aún: la Verdad suprema es creadora de orden.

Si una sociedad, debilitadas moral y fe, aumenta la cantidad de mentira presente, la mentira que, (al ser contraria a la Verdad, es desorden y se usa por los grandes poderes,) es el desorden de la mentira el que provoca violencia e incapacidad de convivir.

Desde donde se puede extraer una ley universal poco contemplada: Cuanta más delincuencia tiene una sociedad, menos verdad hay en ella. Y si es cierto que la verdad es previa a la justicia y ésta a la libertad, la señal de falta de libertad no es sufragio o no sufragio, sino el volumen de mentiras que se hace pasar por verdad y para calcular eso no hay más que sumar los delitos denunciados y los silenciados: son el baremo de la ausencia de libertad.

Arturo Robsy.



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