Santiago Matamoros (Escuela Cuzqueña)
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Sierra Leona.
Ponencia de Fr. Santiago Marcilla en las Iª Jornadas Sobre Las Persecuciones Religiosas En El Mundo Contemporáneo.
En Sierra Leona, estuve trabajando
durante catorce intensos y dramáticos meses -desde diciembre de
1996 a marzo de 1998-, y algo de cuyas experiencias misioneras
las plasmé hace un par de años en un libro.
Los agustinos recoletos fuimos allá por la petición apremiante
de los obispos nativos y urgidos por la Sagrada Congregación
para la Evangelización de los Pueblos. Recuerdo que fueron
fundamentalmente dos los motivos que explicaban la llamada: la
escasez de clero para evangelizar un territorio difícil de
recorrer, y la preocupación por frenar el avance avasallador del
islamismo, que está invirtiendo fuertemente en África, sobre
todo con un río caudaloso de petrodólares, para hacerse
presente hasta en los rincones más impenetrables de la selva.
Testigos somos de habernos asombrado más de una vez contemplando
enormes y fastuosas mezquitas en medio de la foresta tropical.
Era una misión dura y, por eso, se pidieron voluntarios. Y hubo
generosidad. De entre los que se ofrecieron, el Prior Provincial
eligió a los que consideró más aptos, en atención a diversos
criterios, para llevar a término una nueva fundación en un
territorio para nosotros desconocido. Era nuestra primera casa en
África.
La expedición la formamos cinco: dos filipinos, un australiano y
dos españoles. Salimos a finales de diciembre de 1996, el
domingo de la Sagrada Familia. Se nos había puesto en contacto
con Monseñor Giorgio Biguzzi, italiano javeriano (hijo del beato
Guido Conforti), que era el pastor de la diócesis de Makeni.
Volamos con Sabena de Madrid a Bruselas, donde hicimos noche, y
al día siguiente, después de hacer escala en Bamako, capital de
Mali, aterrizamos en Lungi, una ciudad de la costa, donde está
situado el aeropuerto internacional, y separada de Freetown, la
capital, por una lengua de agua que puede salvarse en 50 minutos
con un ferry que va y viene con relativa frecuencia. Pasamos una
quincena de días junto al obispo, inculturizándonos, es decir,
aprendiendo la geografía e historia del país, su situación
política, sus estructuras educativas y sanitarias, su complejo
mosaico de tribus y dialectos, la manera de defenderse de
animales y bichos transmisores de enfermedades y los remedios o
medicinas que han de emplearse, la organización eclesiástica,
el trabajo misionero en las diversas áreas de ayuda material al
indígena y en el aspecto religioso y apostólico, etc. Luego,
sin perder tiempo, a nuestra parroquia de Kamabai.
Puede ser interesante saber que Sierra Leona tiene 71.740 km2
-por dar una referencia cercana, un poco menos que la actual
comunidad autonómica de Castilla-La Mancha- y 4.900.000
habitantes. Se halla en pleno trópico subsahariano, en la costa
atlántica de la giba occidental de África, entre Guinea Conakry
y Liberia, entre el paralelo 10 y la raya del Ecuador. Comprende,
al noreste, una zona montañosa que forma parte del macizo Futa
Yalón. Son los Montes Loma donde nace el río Níger y descuella
el Bintumani, pico más alto del África occidental, con 1948
metros; una meseta central insalubre de 50 a 70 kilómetros de
ancha, deforestada para abrir espacios a la agricultura,
especialmente al arroz, y con cuencas muy pobladas, como la de
Kenema; y una costa baja, accidentada y pantanosa, con numerosos
estuarios, islas (Banana, Turtle, Sherbro) y penínsulas
(Turners, Freetown). Los principales ríos que tributan al
Atlántico son el Grande y el Pequeño Scarcies con su afluente
el Mabolé, que separa nuestra parroquia de la colindante de
Kamalo; el Rokel, Jong, Sewa y Moa. Al este predomina la jungla
ecuatorial, en la costa el manglar, y en el resto la sabana
arbolada.
Fue colonia inglesa, pero sólo la península de Freetown,
mientras el interior, lo que ellos llaman el "bush" o
la selva, no pasó de ser un protectorado especial dejado en
manos de los lugareños, que se gobernaron por medio de
tradiciones locales y la autoridad de los "chiefs". Fue
descubierta por el portugués Pedro de Cintra en 1462; los
portugueses establecieron allí un floreciente mercado de
esclavos hasta que fueron expulsados por los británicos que la
proclamaron territorio suyo en 1808. El partido de Siaka Stevens,
el Congreso del Pueblo, ganó las elecciones de 1967 y, al
proclamarse la República el 19 de abril de 1971, Stevens subió
a la presidencia, siendo reelegido en 1976 y en 1978. La
Constitución de 1978 estableció un régimen de partido único y
endureció las medidas contra la oposición, que reclamaba la
dimisión de Stevens, al que las elecciones de 1982 permitieron
renovar su mandato hasta 1985, en que abandonó el cargo. Fue
sustituido por Joseph Saidu Momoh, uno de sus ministros,
ratificado en las urnas en octubre del mismo año. Momoh hubo de
hacer frente a varios intentos de derrocamiento y a una crítica
situación de la economía. En 1992, un golpe de Estado
encabezado por el coronel Yaya Kanu expulsó a Momoh. Se creó un
Consejo Nacional Provisional, a cuyo frente se puso el capitán
Valentín Strasser con la misión de restablecer el sistema
multipartidista; pero se mostró incapaz de dar pasos efectivos
hacia la democratización. En enero de 1996 un nuevo golpe de
Estado encabezado por el jefe de las Fuerzas Armadas, general
Julius Maada Bio, derrocó a Strasser, que fue sustituido por la
Junta Militar que presidía, al intentar aprobar un decreto para
perpetuarse en el poder.
En las elecciones de marzo de 1996 alcanzó la presidencia del
país, con un 60% de los votos emitidos, Ahmad Tejan Kabbah,
candidato del Partido Popular de Sierra Leona (SLPP) y
diplomático musulmán educado en Oxford y casado con una
católica. El 25 de mayo de 1997 un nuevo golpe lo derrocó,
teniendo que huir a Guinea, y dio el poder al mayor Jonnhy Paul
Koroma, lo cual provocó la inmediata reacción de una fuerza de
paz -ECOMOG- integrada principalmente por efectivos nigerianos
que, aunque en los primeros meses de 1998 comenzaron a controlar
la mayoría del territorio nacional e hizo posible el regreso del
presidente depuesto Tejan Kabbah a Freetown el 10 de marzo de ese
año, hoy no es capaz aún de estabilizar la situación ni
mediante los acuerdos con los rebeldes del FRU (Frente
Revolucionario Unido, que desde 1992 le hace la guerra al
Gobierno conducido por su cabecilla y mentor Foday Sankoh), ni
con la autoridad de los "cascos azules " de la ONU
mandados por Kofi Annan, su Secretario General.
Recordamos los acuerdos de Abidjan (Costa de Marfil), de 30 de
noviembre de 1996. Los de Lomé (Togo), de julio de 1999. Y los
de Abudja (Nigeria), de noviembre del 2000. Es un hecho que los
rebeldes vuelven una y otra vez a reanudar las hostilidades y se
niegan a ser desarmados por las fuerzas de la Misión de la ONU
para Sierra Leona (UNAMSIL). Llegaron incluso a secuestrar
durante varias semanas a 500 soldados y sus efectivos mantienen
en jaque a las fuerzas gubernamentales, pese a que cuentan con el
apoyo de una misión británica y cerca de 15.000 cascos azules,
que integran el mayor contingente nunca antes desplegado por las
Naciones Unidas. Las cosas no tienen visos de acabar, aunque el
Consejo de Seguridad del organismo internacional ha votado una
resolución que prevé el embargo sobre las armas y los
diamantes, la prohibición de viajar contra los altos dirigentes
del Gobierno y del Ejército y el establecimientos de sanciones,
que entra en vigor hoy mismo (7 de mayo), contra Liberia. Se
pretende, así, cortar el suministro de recursos a los rebeldes
del FRU, supuestamente apadrinados por su presidente Charles
Taylor, que arma a la guerrilla a cambio de "diamantes
ensangrentados". También es una luz mínima dentro de tanta
negrura el hecho de que se hayan reunido de nuevo estos primeros
días de mayo en Abudja ambas partes para discutir la aplicación
del último acuerdo de paz, bajo el auspicio de las 15 naciones
de la Comunidad Económica del África Occidental (ECOWAS) que ha
enviado un comité con miembros de Nigeria, Ghana, Guinea,
Liberia, Bukina Fasso y Sierra Leona y la mediación de la ONU y
la OUA. Ojalá esta vez sea la vencida.
Según distintas estimaciones, la guerra, que había causado
10.000 muertos entre 1991 y 1996, sigue cobrándose todavía
ahora su parte de bajas y hay más de dos millones de personas
desplazadas -la mitad del país-, sea en otros lugares de Sierra
Leona, lejos de la zona de combate o en campos de refugiados de
Guinea y Liberia o en la zozobra de las pateras que a menudo
cruzan el Estrecho de Gibraltar, sin contar con los mutilados y
huéfanos o el terrible drama de las mujeres esclavizadas y
violadas y el de los niños soldados. Este mismo 2 de mayo pasado
se ha sabido por la agencia EFE que 25 camiones de la Alta
Comisaría de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha
comenzado la tarea de evacuar, especialmente del Pico del Loro
-territorio guineano del sureste que se incrusta en el mapa de
Sierra Leona- a miles de sierraleoneses hacia el campamento de
Katkama, al norte de la ciudad de Guéckédou, para ser llevados
luego a otros en las prefecturas de Dabola y Albadana, situadas a
dos centenares de kilómetros de la peligrosa región fronteriza.
Allí esperan recibir la ayuda humanitaria necesaria.
La nación se independizó de la Commonwealth británica el 27 de
abril de 1961. Fue admitida en la ONU e ingresó en la OUA
(Organización para la Unidad Africana). Fue su primer ministro
Sir Milton Margai, y adoptó el modelo político de República
presidencial. El poder legislativo descansa en el Parlamento, que
consta de 80 escaños. Y el país tiene su Carta Magna en la
Constitución que se aprobó mediante referéndum en agosto de
1991 y que instituyó la pluralidad de partidos.
La lengua oficial es el inglés, que se enseña en la escuela,
adonde muchos no pueden ir por falta de medios. La lengua común
más extendida es el krío o criollo; luego se da una multitud de
dialectos de influencia sudanesa correspondientes a las distintas
etnias que enseguida señalaremos.
Sierra Leona comprende un área occidental, que es la península
de Freetown y 3 Provincias: la del norte, cuya capital es Makeni;
la del noreste, con la capital en Kenema; y la del sureste, con
la capital en Bo. Cada Provincia se subdivide en Distritos; y,
así, la del norte abarca los de Kambia, Port Loko, Bombali,
Tonkolili y Koinadugu; la del noreste, los de Kono, Kenema y
Kailahun; y la del sureste, los de Bo, Bonthe, Moyamba y Pujehun.
Los Distritos se subdividen en "chiefdoms", cuyo
número se eleva ahora a 154. Al frente de cada
"chiefdom" hay un "paramount chief". Doce
"paramounts", uno por cada distrito, han tenido plenos
derechos de intervención parlamentaria. El "chiefdom"
se divide en Secciones. Así pues, nuestra parroquia de Kamabai,
de unos mil km2, pertenece a la diócesis de Makeni, que ocupa la
mitad norte del país; está situada en el distrito de Bombali y
se corresponde con el "chiefdom" BIRIWA, que consta de
9 secciones: Karasa-Kawita, Kanike, Kabake, Manjoro, Senkuya,
Kayonkro, Kamabai, Kambumbande y Bumban.
Hay alrededor de 18 etnias o grupos tribales, cada cual con su
dialecto propio: mendes (34, 5%), temnes (31,7%), limbas (8,5%),
konos (5,2%), bulloms, fulas, mandingos, yalunkas, kurankos,
susus, gallinas, krios (todos alrededor del 3%), los kissis
(2,3%) etc. Y dentro de cada etnia se dan subclases; por ejemplo,
los limbas, que son los que predominan en nuestra parroquia,
comprenden varios subgéneros: biriwas, safrokos, limba-lokkos,
selas, wara wara, etc. Hay también pequeños grupos de europeos,
árabes, siriolibaneses, chinos e indios.
No se dan nuestras 4 estaciones, sino dos: Régimen de lluvias (6
meses -de noviembre a abril-) y Época seca (otros 6 -de mayo a
octubre-). Por lo cercano al Ecuador, el día y la noche son
igual de largos en verano que en invierno. Amanece a las 6.30 y
oscurece a las 18.30. El calor es sofocante, más que por la alta
temperatura (quizá no suba tanto como en Madrid en verano), por
la asfixiante humedad
(sudar
, secado de la
ropa
, sapos en el zaguán
, cucarachas a
badiladas
, etc.).
Respecto de la religión, hay un vasto fondo de Religión
Tradicional Africana (43%), basada en el animismo fetichista, la
poliginia, la veneración de los antepasados y los ritos de
iniciación a la pubertad en ambos sexos. Profesa el Islamismo
sunnita alrededor del 50%, concentrado en el norte; la minoría
Cristiana se divide el 7% restante entre los Católicos (3%), los
anglicanos, metodistas y otras sectas fundamentalistas e Iglesias
independientes importadas o de impronta local: "New
Born", "Biblical deeper life", Nuevo-Católicos,
la "Iglesia del Cristianismo Celeste", la "Iglesia
de Sión"(4%), etc. Hay tres circunscripciones
eclesiásticas: la archidiócesis de Freetown-Bo presidida por
Mons. Joseph Ganda, y las diócesis sufragáneas de Kenema y
Makeni, presididas, respectivamente, por un viejito misionero
escocés -no recuerdo el nombre- y Giorgo Biguzzi, javeriano
italiano. Hay unos 60 sacerdotes diocesanos y otros tantos
religiosos, pertenecientes a los misioneros del Espíritu Santo,
josefinos de Murialdo, javerianos, hospitalarios juandedianos,
salesianos, hermanos cristianos y agustinos recoletos. También
trabajan allí las clarisas misioneras del Santísimo Sacramento,
las religiosas de san José de Cluny, las misioneras de la
Caridad (de la madre Teresa de Calcuta), las dominicas de Notre
Dame y las religiosas del Santo Rosario. Perdón, si me he dejado
de citar a alguien. Está creciendo el número de seminaristas
-hay más de 75- y de catequistas laicos, que sobrepasan los 350.
La capital es Freetown. Está en la costa, al abrigo de un
renombrado puerto natural. Tiene medio millón de habitantes,
aeropuerto internacional en Lungi, a tres cuartos de hora de
barca, y una tambaleante red de industrias y comercios. Otras
ciudades son: Bo, Kenema, Koidu, Makeni, Magburaka, Port Loko,
Kailahun, Moyamba, etc. La población se distribuye así: el 35%
en la ciudad y el 65% en el campo. Su densidad es de 68
habitantes por km2 y se prevé que la población urbana será el
46,7% el año 2.015.
En dos de los últimos informes de la ONU aparece Sierra Leona en
el último lugar de la lista, como país más pobre del mundo,
según el Índice de Desarrollo Humano (0, 254).
Resalto estos datos económico-sociales:
La esperanza de vida es de 37 años.
La tasa de mortalidad infantil alcanza el 316/1.000. Y la
mortalidad materna es de 1.800/100.000 partos.
Sólo el 33% de los adultos está alfabetizado.
El índice de escolaridad es del 32%.
Mientras los gastos de defensa son de 30 millones de dólares,
los de educación se paran en los 10 millones.
El 66% de la población no tiene acceso al agua potable; el 64%
no cuenta con ningún servicio de salud. Hablando de médicos,
tiene el 0,07/ 1.000 habitantes, es decir, les tocaría
aproximadamente a 1 médico por cada 15.000 pacientes.
El hambre, la malaria, el Sida, la parasitosis y enfermedades
gastro-intestinales, las afecciones respiratorias y los abusos de
drogas suelen ser las principales causas de mortalidad.
La unidad monetaria es el léon. El cambio: 1 dólar = 1.500
leones.
La renta per cápita es de 140 $. (Compárese con la de Estados
Unidos de América, que supera los 10.000$ o con la de Suiza,
superior a los 15.000 $; no digamos nada si la comparamos con los
Estados productores de petróleo del Oriente Medio, que están
por los 25.000 $). Su Producto Nacional Bruto es de 700 millones
de dólares (Véase la diferencia, por ejemplo, con Suráfrica,
donde es de 119.000 $ millones). Su deuda externa supera
ampliamente los 1.000 millones de dólares.
La actividad más rentable es la explotación minera: bauxita -es
la segunda productora del mundo-, rutilo-titanio, oro y
diamantes, aunque el tráfico ilegal de estos últimos y la
actividad guerrillera han mermado escandalosamente su
producción, controlada por los rebeldes. Los recursos agrícolas
no pasan de constituir una economía de subsistencia. Los
principales son el arroz, los cacahuetes y la mandioca. También
tiene cultivos de plantación, como el café y el aceite de
palma, y, en menor medida, concentradas alrededor de la capital y
en manos de extranjeros, algunas industrias de transformación
artesana, alimentaria o dedicadas a materiales de construcción,
a la elaboración de productos químicos, mecánicos, etc. Son
sus principales clientes Gran Bretaña, Japón, Holanda, Estados
Unidos y Alemania.
En estos últimos años se están cogiendo unas 61.300 tns. de
pesca. La ganadería abarca una modesta cabaña bovina, ovina y
caprina.
Respecto de los transportes y comunicaciones, tiene unos 1.280
km2 de carretera asfaltada, aunque en pésimas condiciones de
conservación; 84 km2 de ferrocarril; 1 aeropuerto internacional
y dos interiores con pista pavimentada; unos 38.000 automóviles,
la mayoría desvencijados; se publican media docena de
periódicos en Freetown, siendo el promedio de lectores de
diarios de 5/1.000 habitantes. Hay 250 radios por 1.000
habitantes; 20 televisores por 1.000 habitantes; 4 teléfonos por
1.000 habitantes; y 150 usuarios de Internet. No se puede usar
aún el teléfono móvil por falta de cobertura técnica.
Respecto de la persecución de la Iglesia, ha corrido idéntica
suerte que la del pueblo. Aunque en un principio -hablo del año
1997- se la respetaba por su quehacer humanitario, desinteresado
y religioso, más tarde, cuando condenó el sinsentido y la
locura homicida de la revuelta, sufrió en sus propias carnes los
secuestros, hostigamientos y saqueos. Nadie se libró de la furia
desatada de los rebeldes. Y no se pararon en pelillos. Quitaron
de en medio, entre otros, a Miguel Gil, el periodista catalán de
Associated Press, con quien tuvimos ocasión de charlar en el
Centro Pastoral de Makeni, mientras enviaba sus crónicas de
guerra y sus estupendas y macabras fotos. Y también a tres hijas
de la madre Teresa que habíamos conocido en Freetown, en una
labor de ejemplar entrega a los más pobres de los pobres.
Un padre nuestro, agustino recoleto, José Luis Garayoa, fue
secuestrado con otros tres hermanos hospitalarios de san Juan de
Dios, mientras se reponía en el hospital de Mabesseneh (Lunsar)
de unas fiebres tifoideas. Otros fueron retenidos y sometidos a
un clima de tensa asfixia. Y yo mismo sufrí la angustia de verme
encañonado a las cuatro de la mañana, en medio de la selva, por
tres rebeldes que me metían los fusiles en la espalda y el pecho
mientras me pedían información sobre el dinero, los
todoterrenos y las dos motos Honda de la Misión. ¡Cómo revivir
aquellos momentos sin sufrir de nuevo la tortura del recuerdo! Y
más tarde tuvimos que andar quince días huidos y perseguidos,
escalando montañas y atravesando pantanos hervidos de anófeles,
sacando agua de cauces secos, durmiendo a la intemperie de la
jungla y bebiéndonos el jugo de las naranjas silvestres que
pudimos encontrar a la mano, mientras el ruido de las
ametralladoras nos ponía de repente en pie y el obispo nos
señalaba, hablando en clave por la radio, el camino bueno para
salir de aquella ratonera.
Tengo que terminar. Nuestra diócesis de Makeni está hace tiempo
vacía. El obispo ha aprovechado este tiempo de persecución para
enviar a sus sacerdotes a formarse en el extranjero, mientras él
trabaja por la paz y la reconciliación entre las partes,
solicita ayudas internacionales, informa de la triste situación
en diversos foros y lucha por aminorar las consecuencias del
conflicto. Ha alquilado un almacén en Freetown para acoger a
desplazados, al frente del cual está el padre javeriano
Peterlini.
Tengo información del superior provincial de los javerianos,
Salvador Romano, que me indicó esta relación de sus religiosos,
además del ya nombrado:
En Waterloo, una parroquia del extrarradio de la capital, quedan
los padres Carlo di Sopra y Jerome Pistoni.
En Lakka, en el centro Saint Michel de rehabilitación de niños
guerrilleros arrancados del RUF, trabajan los padres Giuseppe
Berton y Chema Caballero, ampliamente entrevistado por los medios
escritos.
En Freetown, en la sede central de Kissy, quedan los padres:
Rossato, Eugene Testa, Lazzarini, Luis Pérez y Antonio Guiotto.
En Lungi, atendiendo la iglesia y el centro de convivencias y
retiros, el padre Caria, y en labores hospitalarias, el hermano
Bruno.
Y en Conakry (Guinea), al tanto de los campamentos de refugiados
y como enlaces con el extranjero: dos padres congoleños, de los
que sólo conozco a Pascal.
Por su parte, tengo noticias de que sólo quedan tres hermanos de
san Juan de Dios, en Lungi, donde atienden, con ayudas recibidas
del Gobierno Vasco y la colaboración de algunos de sus
anteriores enfermeros negros, tres pequeños dispensarios (Lungi,
Tintafor y Masoila) para los refugiados de la Provincia Norte.
Son los hermanos Fernando Aguiló, director médico; José
Cárdenas, superior gerente del anterior hospital de Lunsar y el
joven sierraleonés Agustine. Allí realizan programas de
nutrición y vacunación de niños desplazados, pequeñas
intervenciones obstétricas y seguimiento de mujeres gestantes en
camas de observación. Incluso disponen de un laboratorio.
Los demás misioneros hemos tenido que salir. Dondequiera que
estamos, seguimos rezando para ver el final de la guerra,
buscando medios para emprender futuros proyectos de ayuda
solidaria y sensibilizando a la opinión pública sobre un
conflicto que debería avergonzar a quienes tienen posibilidades
de cortarlo.
Fr. Santiago Marcilla, OAR.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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