Portada revista 58

La espiritualidad New Age y su penetración en ámbitos católicos. Indice de Revistas Editorial

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

El fabianismo.

El sustento doctrinal que ha estado desplazando al marxismo en los partidos socialistas que han alcanzado el poder

La Fabian Society, un socialismo maximalista y gradualista

En 1884 se funda en Londres la Fabian Society, la cual aglutina elementos de distinta procedencia socialista. El adjetivo "fabiano" hace referencia a Quinto Fabio Massimo apodado el Temporizador (?-203 a.C.) en base a la hipotética analogía entre la actitud del general y hombre político romano de la edad de las guerras contra Cartago y la del grupo: paciente espera de los momentos oportunos para la realización de la meta. En el mismo año de 1884 entran en la Fabian Society George Bernard Shaw (1856-1950), entonces todavía al principio de su carrera como escritor y periodista, y Sidney Webb (1859-1947), funcionario del ministerio de las Colonias. Shaw, y sobre todo S. Webb y Beatriz Potter (1858-1943), con la cual se casará Webb en 1892, por la relevancia de su aportación intelectual y por la dedicación a la causa fabianista, detentan prácticamente el liderazgo hasta los años de 1940. Por aquellos años, en el variado mundo de la Fabian Society, destaca por su importancia Annie Besant (1847-1933), la cual, después de experiencias de ateismo militante, en 1907 sucederá a Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891) en el liderazgo de la Sociedad Teosófica. Desde el principio la Fabian Society emprende una intensa actividad propagandística mediante conferencias y opúsculos -los célebres Fabian Tracts- mientras se perfilan las señas de identidad del socialismo que quiere promover, maximalista en los fines pero gradualista en la estrategia. La prácticamente definitiva definición de las ideas tiene lugar con la publicación, en 1889, de los Ensayos Fabianistas - Fabian Essays in Socialism-, una recopilación de las conferencias de los fabianistas más eminentes, cuyo significado es así descrito algún tiempo más tarde por Edward Reynolds Pease (1857-1955), fundador, y por largo tiempo secretario e historiador de la Fabian Society: "Los Fabian Essays presentaban al socialismo como fundado no sobre las especulaciones de un filósofo alemán, sino sobre la natural evolución de la ciencia económica así como era enseñada por los profesores ingleses más acreditados; construían el edificio del socialismo sobre los fundamentos de las instituciones políticas y sociales vigentes entre nosotros; demostraban cómo el socialismo no era más que la siguiente fase del desarrollo de la sociedad, fase a su vez inevitable dados los cambios subsiguientes a la revolución industrial del siglo XVIII".

En los Ensayos los fabianistas se acreditan como los herederos del radicalismo británico el cual, remitiéndose a la experiencia de los levellers -los "niveladores"- en la época de la primera Revolución inglesa (1642-1646), tenía que conducir, mediante el utilitarismo de Jeremy Bentham (1748-1832) y de James Mill (1773-1836), a John Stuart Mill (1806-1873).

Entreven el cumplimiento del utilitarismo -que en nombre del útil individual y social había criticado los conceptos del derecho natural, los vínculos históricos y las obligaciones políticas- en la lucha contra la propiedad privada, juzgada como un irracional residuo del pasado, y en la revalorización del papel del Estado como promotor de la felicidad pública. Los fabianistas pues no están a la espera -según S. Webb- de "repentinos palingénesis imaginados por los utopistas y por los revolucionarios", sino que "[...]impulsan solamente la adopción creciente de un principio de organización social que el mundo descubrió como el desenlace inevitable de la democracia y de la revolución industrial"; de hecho -como afirma Sydney Olivier (1859-1943)- "el socialismo es hijo del individualismo [...]. El socialismo no es más que individualismo racionalizado, organizado, con nuevos adornos y con la cabeza en su sitio". Creen individuar interesantes señales hacia el colectivismo en las nacionalizaciones y en las municipalizaciones de la industria, en el traslado de las obligaciones fiscales a cargo de la renta y del interés, en la creciente reglamentación de la empresa privada, en los elementos de racionalización económica propios de los carteles y de los trust, en la eliminación, mediante las sociedades por acciones, del elemento personal en la administración de los negocios, a favor de una anónima burocracia industrial. Atribuyen una particular importancia a las municipalizaciones, entendidas como formas más flexibles de colectivismo respecto de las nacionalizaciones: hasta el fin de la primera guerra mundial los fabianistas actuan casi exclusivamente en las administraciones locales, ganándose el apelativo de socialistas "water and gas", "del agua y del gas", y realizando reformas significativas en un sentido socialista como la Education Act de 1902-1903, que perfila la fisonomía de la instrucción pública inglesa. En el mismo periodo manifiestan la propensión al trabajo entre bastidores, la llamada "permeación", que consiste en inocular -escribe B. Webb- "a cada clase, a cada persona la justa dosis de colectivismo que estuvieran en grado de asimilar", y que se dirige a personajes políticos locales y nacionales -en primer lugar del Partido Liberal- y del mundo sindical y cooperativo para empujarles, sin conversiones formales e incluso desapercibidamente, hacia prácticas de tipo socialista. El trabajo entre bastidores bien concuerda con la mentalidad fabianista, ya que siempre se consideraron como una restringida elite de ingenieros sociales. En 1895, a iniciativa de S. Webb, la Fabian Society se dota de un instituto parauniversitario, la London School of Economics and Social Sciences, destinado a una importante función en la formación de los cuadros de la administración pública anglo-américana y de los países del imperio primero y del Commonwealth después; En 1912 comienza la publicación de un semanal, el New Statesman. "He insertado el estudio del derecho administrativo en la London School of conomics porque el derecho administrativo es el germen del colectivismo", dijo en su día S. Webb confirmando la importancia que atribuía a la clase de los funcionarios públicos en el edificio social concebido por los fabianistas. Durante el primer conflicto mundial, como también después durante el segundo, S. Webb aprecia las potencialidades socialistas de la economía de guerra, con su racionalización del aparato productivo y con la forzosa movilización de hombres y recursos. Ocupándose de temas de política internacional, los líderes fabianistas manifiestan la aspiración a un Estado mundial de tipo tecnocrático -cuyo germen debía ser el imperio británico-, encargado de planificar la administración de los recursos materiales y humanos del planeta. Merecen ser destacadas -e investigadas- las relaciones de afinidad, que no de filiación, entre los fabianistas y los círculos mundialistas anglosajones, como el británico Royal Institute of International Affairs y el estadounidense Council on Foreign Relations, fundados alrededor de 1920 y todavía operantes e imperantes.

La realización laborista y el filosovietismo

A partir de los años de 1890 los fabianistas, a pesar de no haber renunciado nunca del todo a la "permeación", se dedican al asesoramiento político de las agrupaciones socialistas, radicales y sindicales, hasta la fundación, en 1906, del Labour Party, del cual constituyen además de la guía intelectual, el alma realmente socialista. Por inspiración fabianista -escribe el historiador George Douglas Howard Cole (1889-1959), economista y presidente de la Fabian Society desde 1939 hasta 1946- el partido laborista se transforma "de opaca federación de socialistas y sindicalistas en un partido socialista apoyado por los sindicatos". S. Webb inspira entre otras cosas la Cuarta Cláusula -abolida por una exígua mayoría sólo en 1995- de la British Labour Party Constitution, de 1918, que tiene entre los objetivos del partido la consecución "por parte de los trabajadores de la mente y de los brazos los frutos completos de su actividad y una distribución lo más equitativa posible de los mismos, mediante la propiedad común de los medios de producción, y a través de un mayor control de toda actividad y de todo servicio". Durante la década de los treinta los líderes fabianistas dedican su atención al gran experimento soviético. En 1931 Shaw visita la Unión Soviética siendo recibido triunfalmente; en 1931 los Webb realizan una larga "peregrinación" política, y dan un juicio altamente positivo, que no entusiasta, del análisis de la producción planificada y del control burocrático sovieticos en su obra Soviet Communism: a New Civilisation?, de 1935; en ella los Webb hallan una explicación, y a menudo incluso una justificación, de los horrores de los que se comenzaba a tener noticia en las férreas necesidades de la revolución. La admiración por el socialismo soviético hace decir a Shaw, en 1947, que los primeros fabianistas "[...] pudieron vivir tanto de tener la dicha de ver convertido al fabianismo al gigantesco experimento ruso bajo la autoría de Lenin y Stalin".

La década de los treinta está marcada por una parcial renovación de los cuadros intelectuales de la Fabian Society, cuya actividad de investigación y propaganda constituye la base del programa laborista Encaremos el futuro, para las elecciones de 1945, y cuyos puntos álgidos son: política de pleno empleo; nacionalización de importantes sectores de la industria -combustibles, energía eléctrica y transportes internos-; planificación de los sectores industrial y agrícola; control del sector crediticio; fuerte imposición fiscal sobre los patrimonios; control de los alquileres y de los precios; amplios poderes de expropiación por pública utilidad; ensanchamiento de los servicios sociales y reforma de la instrucción pública. La victoria laborista de 1945 entrega a los fabianistas importantes responsabilidades políticas: además del primer ministro Clement Richard Attlee (1883-1967) y de nueve ministros, eran fabianistas otros treinta y cinco miembros del equipo gubernamental. En los seis años de gobierno laborista mucho de lo que estaba previsto en el programa viene realizado o cuando menos planteado. Cuando, en 1951, cae el gabinete Attlee, la fisonomía del Welfare State británico es prácticamente definitiva o en vías de realización, y destinada a permanecer, ya con gobiernos laboristas ya con conservadores, hasta la Era Thatcher, que marcó, a pesar de sus aspectos discutibles, la decidida salida de Gran Bretaña del túnel socialista. A pesar del tiempo transcurrido la Fabian Society no cambió ni su influencia - el último gabinete laborista guiado por James Callaghan (1976-1979) estaba constituido en su totalidad por fabianistas -, ni su fisonomía: su estatuto todavía declara que ella "[...] tiene como objetivo la instauración de una sociedad en la cual esté asegurada la igualdad de oportunidades y la abolición del poder económico y los privilegios de individuos y clases a través de la propiedad colectiva y el control democrático de los recursos económicos de la comunidad".

La influencia fabianista

La influencia del fabianismo sobre el fenómeno socialista mundial no se agota en el escenario británico, sino que se proyecta en el conjunto de ideas y de medidas recurrentes en casi todas las experiencias de socialdemocracia -declaradas o no- de los países occidentales en el siglo XX. No obstante el conocimiento de la realidad fabianista en cuanto tal ha sido más bien limitado, en especial en Italia, donde el interés por el fabianismo se cultiva sobre todo en ambientes socialistas "marginales" y elitistas. Por ejemplo, Carlo Rosselli (1899-1937), exiliado político durante el régimen fascista y fundador en 1929 del movimiento Giustizia e Libertà (Justicia y Libertad), en 1923 se reúne en Inglaterra con los mayores líderes de la Fabian Society, participa en sus debates y frecuenta la London School of Economics. Por lo tanto es realista hipotizar que, mediante los líderes de Giustizia e Libertà y posteriormente del Partito d´Azione, tuviera lugar la siembra del fabianismo en el mundo político italiano durante la segunda postguerra.

Ya que el derrumbe del mito soviético ha puesto en juego todas las utopías socialistas, éstas son ahora canalizadas por los partidos que tenían ese mito como punto de referencia: por ello no se debe quizás al azar que los Ensayos fabianistas sean publicados por primera vez en Italia en 1990 por los Editori Riuniti, desde siempre vinculados al partido comunista. Aún más, frente a la sucesión reiterativa de gobiernos "técnicos" al frente de la República Italiana, es lícito evocar la incubación y la incipiente realización de una hipótesis fabianista, "pragmática" y de bajo perfil ideológico, de Welfare State tecnocrático con una altísima tasa de presión fiscal y administrativa, caracterizado desde el interior por un fomento creciente de atrofia del cuerpo social y desde el exterior por la reducción a nivel de supervivencia de la soberanía estatal en aras de un más amplio proyecto mundialista.

Paolo Mazzeranghi y T. Angel Expósito (I.D.I.S.)
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Para consultar: ver las posturas doctrinales, en el fundamental volumen de George Bernard Shaw, Sydney Webb, William Clarke, Sydney Olivier, Graham Wallas, Annie Besant y Hubert Bland, Saggi fabiani, trad. it.; Editori Riuniti, Roma 1990; la historia, en George Douglas Howard Cole, Storia del pensiero socialista, trad. it.; Laterza, Bari 1979, particularmente el tomo I del vol. III y el tomo I del vol. IV; una exposición completa en Lucio Renzo Pench, Il socialismo fabiano: un collettivismo non marxista, Edizioni Scientifiche Italiane, Napoli 1988; e informaciones preciosas, en Luciano Marrocu, Il salotto della signora Webb, Editori Riuniti, Roma 1992.



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