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Alemania, en el centro de la realidad europea Indice de Revistas  D. Gonzalo F. de la Mora en las tertulias de ARBIL

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Editorial

"Este sacrificio no será esteril, como sacrificio hecho en nombre de una idea".

Tal como apunta José Mª. Marco en La Libertad Traicionada, esta generación de fin de siglo, a la que pertenecemos, se encuentra, como le ocurrió a la de 1898, en pleno naufragio de los valores: Nada queda ya de las antiguas certidumbres. La razón ha acabado con la Fe y luego ha terminado por destruirse a sí misma. Tras el cataclismo, la realidad se ha vuelto inaprensible, solo queda el culto al yo y el egoismo desenfrenado.

Son esas certidumbres, trascendentes, los valores ahora perdidos, las que constituyen la esencia para una convivencia humana ordenada y en libertad, los valores que sostiene ARBIL.

Y esta sociedad de fin de siglo, ansiosa de restaurar las raices vitalizantes de su cultura, el campo de acción en que nos corresponde trabajar para restaurar la civilización, es el motivo de nuestro afán.

El reto es difícil pero atrayente, a pesar de que en una primera impresión, precipitada, que pudieramos hacernos, viendo algunos aspectos, tan degradados de la sociedad española, podríamos llegar a la conclusión de que no merece la pena, por lo inútil, trabajar por restaurar esos valores genesiacos que defiende ARBIL, y que muchas veces parecen muertos y enterrados muy profundamente en la sociedad española.

Pero Marías tiene razón cuando compara la estructura personal de los españoles con los melocotones: Es ésta una fruta delicada, que se corrompe facilmente; pero tiene un grueso y duro hueso central, a prueba de todo, inquebrantable e incorruptible. El español puede corromperse, desmoralizarse, envilecerse, pero sabe que tiene siempre como un hueso, un nucleo sano e intacto.
Sabe que un día, cuando llegue la hora, echará mano de ese último núcleo y se portará como un hombre. Es a ese hueso, oculto casi siempre, al que debemos apelar en cada persona, el que debemos dejar al descubierto para que, convenientemente cultivado, florezca, y un conjunto de españoles, fructificados sean los catalizadores para transformar España.

Una tarea estimulante y prometedora, pero dura, ingrata y sacrificada.

Aunque como indica Galdos en sus Episodios Nacionales, en el dedicado a Zaragoza, "este sacrificio no será esteril", como sacrificio hecho en nombre de una idea porque como auguraba con acierto, a pesar de los enfuerzos en el sentido contrario llevados a cabo por las Administraciones, central y autonómicas, en España "lo que no ha pasado ni pasará, es la idea de nacionalidad".

Hagamos votos para que con nuestra participación y trabajo en esta España, a pesar de estar ...desacreditada con razón por sus continuas guerras civiles, sus malos gobiernos, sus desorden, sus bancarrotas más o menos declaradas, sus inmorales partidos, sus extravagancias, ... se cumpla la afirmación galdosiana, cuando augura que la permanencia nacional está y estará siempre asegurada. *


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