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El triunfo del emotivismo por Alvaro Váquez Prat Teoría ética que defiende la imposibilidad de comprobar que los juicios morales son verdaderos o falsos; de modo que, nuestras valoraciones morales proceden exclusivamente de los sentimientos de agrado o reprobación que tenemos ante la contemplación o ejecución de determinadas acciones que poseen una interpretación moral |
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| Algo está sucediendo que no alcanzó a vislumbrar, pero algo está pasando para que vivamos en un mundo en el que ya no existan claras fronteras entre el bien y el mal; en el que una y otra vez se pretende destruir, minar, aquellos principios básicos, universales, que rigen o deben regir el buen hacer, el buen obrar. Principios como la defensa de la vida o la dignidad de la persona se ven sometidos a constantes vulneraciones por quienes legislan, y por quienes habitan, en nuestra sociedad.
Me da la impresión de que el filósofo Hume, quien sistematizó el emotivismo moral en el s. XVIII, ha renacido, hoy, en nuestro país.
Dicho emotivismo, como teoría filosófica, construye los principios éticos sobre argumentaciones emocionales. Es decir, en base a realidades personales se construye un mundo emocional que justifica y valida cualquier hecho, decisión o motivo, apelando a la libertad como el principio básico para justificar cualquier decisión. En definitiva, se trata de una teoría ética que defiende la imposibilidad de comprobar que los juicios morales son verdaderos o falsos; de modo que, nuestras valoraciones morales proceden exclusivamente de los sentimientos de agrado o reprobación que tenemos ante la contemplación o ejecución de determinadas acciones que poseen una interpretación moral. Desataca, por tanto, la importancia de la esfera de los sentimientos y las emociones en la vida moral.
Y yo pregunto: ¿no habría que abstraer los aspectos personales que pudieran influir en un juicio de valor (intereses, aprendizajes culturales previos, deseos individuales, etc.) para intentar que ese sentimiento coincidiera con un sentimiento universal de rechazo o aprobación similar ante esa acción. Así se evitaría el subjetivismo a la hora de valorar una acción moral.
La reciente aprobación, por parte del Consejo Consultivo de Andalucía y del Comité Autonómico de Ética de la Junta, para proceder a la desconexión del respirador, en el caso de Inmaculada Echevarría, para cumplir la voluntad de la paciente, abre la puerta a la próxima legalización de la eutanasia, no me cabe duda.
¿Suicidio o dignidad, que es lo que es?, hacer tan compleja valoración sobre un soporte emocional me parece tan frío como cálidas pueden llegar a ser las emociones decisorias. Pienso que sólo el personal desarrollo de hábitos intelectuales y morales nos pone en condiciones de tratar los problemas humanos en sus justos términos.
No debemos olvidar la herencia cristiana: “que el hombre es algo más que un trozo de naturaleza, que no se puede comerciar, degradar, ni experimentar con él, incluso aunque esto se haga con el cuidado más exquisito”.
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25 aniversario ¡Malvinas argentinas!
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