Arbil cede expresamente el permiso de reproducción bajo premisas de buena fe y buen fin
Para volver a la Revista Arbil nº 121
Para volver a la tabla de información de contenido del nº 121


La revindicación de la Malvinas es un asunto que incumbe a todos los miembros de la comunidad hispana

La pieza que falta

por Max Silva Abbott

La realidad más elemental muestra que el hombre no es ni por acaso un ser autosuficiente

Sobre todo por influencia anglosajona, se ha impuesto en muchos sectores la idea de que el hombre es un ser autónomo en el más amplio sentido de la palabra, esto es, que únicamente él es el artífice de su regla moral, de la calificación de sus acciones. Por eso se considera inaceptable cualquier injerencia externa a este respecto, y toda alusión a una ética heterónoma, objetiva y eventualmente universal (una ley natural) es rechazada de plano.

De este modo, no sólo el propio sujeto sería el artífice último e inapelable de su regla moral, sino además, puesto que se lo concibe como un centro absoluto de libertades, puede hacer, a la postre, lo que le plazca, a menos que otros seres tan autónomos como él logren tener la fuerza suficiente para hacerse respetar (por ejemplo, logrando llegar a un consenso, que por cierto, es siempre revocable y provisorio). De esta manera, los verdaderos límites a la autonomía del sujeto son fácticos: los de la misma realidad (y sólo mientras la tecnología no le permita superarlos) y la existencia de otros, siempre que tengan la fuerza suficiente como para hacerse notar. Es por eso que aquí no hay lugar para los débiles, para aquellos que no tienen voz y/o la capacidad de hacerse oír.

Sin embargo, una concepción tan egocéntrica y seductora como esta (pues a la postre me permite hacer casi todo lo que yo quiera) equivale a no ver –o no querer ver– la realidad. En efecto, en teoría sería justificable esta postura si el hombre fuera un ser total y completamente autosuficiente en todo, si no requiriera de otros para nada ni tuviera límites para su actuar. Es decir, si dependiera de nosotros nuestra misma existencia, si no necesitáramos ayuda para sobrevivir, y fuéramos todopoderosos, a lo mejor esta seductora autonomía moral resultaría lógicamente defendible.

La realidad más elemental muestra todo lo contrario: que el hombre no es ni por acaso un ser autosuficiente. Somos concebidos por otros, somos cuidados durante nuestra niñez y juventud también por terceros, e incluso de adultos, para satisfacer nuestras necesidades más básicas dependemos de los demás; o si se prefiere, la vida sería imposible solos, si tuviéramos que cubrir todas nuestras necesidades sin acudir terceros (alimentación, vestido, vivienda, medicación, educación, cultura, esparcimiento y un larguísimo etcétera).

Por tanto, esta es la pieza que falta: tomar conciencia de nuestra finitud (seamos o no creyentes) y por tanto, de nuestra naturaleza social. Sólo así es posible tener una visión mínimamente real de lo que el hombre es, y por lo mismo, saber que la ética no es ni puede ser mero capricho o puro poder. Si realmente somos adultos, estamos obligados a darnos cuenta de ello y actuar en consecuencia.

·- ·-· -······-·
Max Silva Abbott



Acceso a la página de Diario Ya

***


Visualiza la realidad del aborto: Baja el video
Video mostrando la realidad del aborto
Rompe la conspiración de silencio. Difúndelo.

Grupos de Google
Suscribirte a Información Revista Arbil
Correo electrónico:
Consultar este grupo

 

Para volver a la Revista Arbil nº 121
Para volver a la tabla de información de contenido del nº 121

La página arbil.org quiere ser un instrumento para el servicio de la dignidad del hombre fruto de su transcendencia y filiación divina

"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil

El contenido de estos artículos no necesariamente coincide siempre con la línea editorial de la publicación y las posiciones del Foro ARBIL

La reproducción total o parcial de estos documentos esta a disposición del público siempre bajo los criterios de buena fe, gratuidad y citando su origen.

Foro Arbil

Inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones. N.I.F. G-47042954
Apdo.de Correos 990
50080 Zaragoza (España)

ISSN: 1697-1388