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por Redacción La séptima entrega de Católicos y vida pública, en esta ocasión dedicada a la libertad | |||||
| La fundación San Pablo-CEU de Madrid ha vuelto a congregar del 18 al 20 de noviembre a mil doscientas personas; entre ellos a doscientos comunicantes y ochenta ponentes. El encuentro fue transmitido por Internet, participando a través de este medio y en directo unas cuatro mil personas. En este encuentro característico que se va haciendo tradicional, han estado presentes el presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Ricardo Blázquez; el cardenal Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid y el nuncio del Papa en España, el arzobispo Manuel Monteiro de Castro. Entre las personalidades más destacadas han participado el expresidente de la república de Polonia, Lech Walesa; el vicepresidente del Parlamento Europeo, Mario Mauro, el catedrático emérito de la Universidad de Munich, Robert Spaemann o el editor jefe de la revista católica “First Things”, Richard John Neuhaus. Entre los eventos previstos, se celebró un homenaje a Juan Pablo II, en el que se leyó un poema inédito suyo, escrito a principios de 1939, el «Magnificat», que está traducido y prologado por Bogdan Piotrowski, director del Dpto. de Literatura de la Universidad de La Sabana (Colombia) y traductor al español de las obras del Papa anterior. El congreso, una vez más, sirvió para tratar temas de máxima actualidad, como la familia y la educación, en la cual destacaron protagonistas recientes como Luis Carbonell, presidente de CONCAPA o el catedrático de Psicopatología, Aquilino Polaino. Pero también espacios donde los católicos no viven en libertad, como fue el caso de Polonia, representada por el catedrático de la Universidad de Varsovia, Jan Kieniewicz; o el País Vasco, en cuyo caso estuvieron las profesoras Gotzone Mora e Inma Castilla. En resumen, las tres salas que funcionaban a la par, trataron temas como la relación de la Libertad con la Verdad, el mundo de la educación, la lucha por la libertad, los países donde no existe la libertad, las relaciones Iglesia-Estado y la defensa de la persona ante el totalitarismo del laicismo imperante. En este último caso, el testimonio de Robert Spaemann, resultó esclarecedor, de como los católicos nos enfrentamos aun mundo cada vez más hostil, y citó la marginación de Rocco Butiglione, sufrida el año pasado por miembros de la Comisión Europea. También, de que los católicos, si formaban agrupaciones católicas propias, serían minoritarias, pero ejercerían en coaliciones, un papel determinante en mejorar la situación deficiente de los católicos en Europa. A su vez, el testimonio del antiguo líder de Solidaridad, Lech Walesa, sirvió para animar a la gente a defender sus derechos, como los polacos habían hecho contra el totalitarismo comunista. Con un estilo sencillo y directo, el viejo sindicalista supo plantear la necesidad del católico de tener confianza en Dios, y dar la cara, cuando el Señor se lo pide. Una vez más, el congreso también sirvió para hacer “ecumenismo católico”. Entre los participantes vinieron personas procedentes de todas partes de España, y algunos del extranjero. Entre ellos, estuvieron representantes de todas las sensibilidades de la Iglesia. En los pasillos y en los tiempos libres, miembros de todos los movimientos católicos ortodoxos se encontraron y hablaron, compartiendo principios y preparando actividades en sus lugares de origen. El resurgir social del catolicismo tiene parte de su origen en congresos como este, donde los católicos activos de toda España se conocen y se tratan, como lo que son: una familia. En definitiva, un congreso que ayudó a plantear al católico de a pie, la necesidad de defender sus derechos y dar testimonio de su vida cristiana, de forma pública, buscando la coherencia de la Fe con sus actos. Los miembros de Arbil, una vez más, estuvimos presentes a través de las comunicaciones y ayudando a aportar nuestra lucha cultural en la defensa de la civilización cristiana, como nos enseñó Juan Pablo II. Aprovechando el Congreso, como costumbre en este evento, los miembros de Arbil presentes, nos reunimos para cenar juntos en hermandad, poniendo en común las actividades desarrolladas durante el año anterior. •- •-• -••• •••-•
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