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por Jorge Efrén González Frente un estúpido entendimiento del ecumenismo, que cede en la doctrina a la herejía, se puede producir la sana colaboración entre los cristianos frente a los enemigos del hombre. Así la de inmoralidad que azotó hace unos años a los Estados Unidos llevó a que los líderes cristianos se percataran de que son el liberalismo, el nihilismo y el destierro de Dios quienes amenazan a la sociedad, y no las diferencias de doctrina entre los que tienen a Jesús por Salvador, al mismo Dios por Padre y al mismo Espíritu de Vida por Consolador. Es el testimonio personal de un católico hispano en los Estados Unidos | |||||
| En los Estados Unidos las cosas están claras: Separación entre Iglesia y Estado no significa que los creyentes y sus organizaciones no se impliquen en el espacio político y social. En una nación asentada sobre valores cristianos conservadores y sobre una rigurosa libertad de creencias la fortaleza de la institución religiosa en su conjunto y su implicación en la vida cotidiana del país es algo tan natural y aceptado como la libertad de expresión de las ideas por parte de los ciudadanos y su derecho de igualdad, avalado en las palabras de la Constitución de los Estados Unidos de América, tan elogiadas por Alexis de Tocqueville: “Todos los hombres somos CREADOS líbres e iguales”. En fín, que separar Iglesia y Estado no significa, para los norteamericanos, que los creyentes y la Iglesia no tengan mucho que hacer y decir en la vida política, social y económica de la nación. La noticia publicada acerca de que el estado de Kansas abre sus aulas a la enseñanza directa, pura y dura del Creacionismo es una muestra más, entre las tantas, del avance y espacios que van obteniendo los grupos cristianos de caracter conservador, tanto las iglesia protestantes como la Iglesia Católica, la mayor del país, y la coincidencia de ideas fundamentales entre ambos grupos: La defensa común del caracter sagrado de la vida humana desde el momento mismo de la concepción, la defensa del matrimonio heterosexual, la defensa de los valores de la familia y el derecho de los padres a educar a los hijos en sus ideas y costumbres ha ido relegando al pasado aquellos tiempos en que los protestantes acusaban a la Iglesia Católica de ser “la gran ramera” y los católicos nos erizábamos los pelos y hacíamos la cruz mientras susurrábamos en voz baja, casi al oído del interlocutor: “en ese asunto, veo protestantes”…. La “tolerancia” (bien entendida como soportar un mal menor frente a un mal mayor) de la sociedad americana, y el detectar que el peligro principal en el momento presente, no viene de los otros cristianos sino de la secularización y el liberalismo, así como la actitud preclara de hombres elegidos como San Juan Pablo Segundo y el aún vivo símbolo del evangelismo norteamericano, el Reverendo Billy Graham, han ido creando un ambiente de distensión y acercamiento entre la Iglesia Católica y las distintas ramas protestantes, sobre todo las del protestantismo histórico y las nuevas iglesia conservadoras que se expanden a un ritmo muy acelerado, basadas en una doctrina defensora de los valores cristianos tradicionales y de la participación ciudadana a través de una ideología de derecha social. El estado de Colorado, por ejemplo, se ha convertido, gracias al fuerte crecimiento de unas iglesias protestantes mayoritarias, nada superficiales o efectistas en su doctrina, así como a una precencia católica bien vista y de aceptable magnitud, en el principal bastión conservador de los Estados Unidos, de donde la inmensa mayoría de los gays y lesbianas que vivían en pseudo-matrimonios al margen de la ley pero amparados en anteriores beneficios que se les asignaban al ser consideradas “parejas de hecho”, ha preferido emigrar, no porque nadie les haya atacado u agredido, ni expulsado siquiera de un trabajo, sino porque no encuentran el espacio social necesario para sus exhibicionismos corruptos y tampoco el Estado ahora les mantiene, gracias a medidas legales conseguidas a través de la mivilización de las iglesias, para que lleven adelante sus vidas licensiosas, en las que ofenden a Dios, que no necesita de nuestra defensa, y a la sociedad al ostentar formas de “vida’ que no queremos mostrar a nuestros hijos. Alternativas reales a las jóvenes embarazadas que van camino a clínicas que practiquen el aborto, sin agresión, sin ofensas, sin decidir por ellas pero ofreciéndoles apoyo real y tangible, logrando un éxito increíble antes de comenzar estas campañas, ayuda al estudio a los hijos de las familias necesitadas, oferta de trabajo y atención social dirigida a los jóvenes que habían caído en la droga o la prostitución, asistencia médica de caracter social a quienes lo precisan y a la comunidad, creación de centros de asesoría a las parejas, a las familias, creación de centros y espacios de recreación para las familias y los jóvenes ( en este momento,los videojuegos más vendidos en los Estados Unidos tienen mensaje cristiano y giran sobre héroes de la Fé), instrucción cristiana continua y profunda, en las llamadas “escuelas dominicales” protestantes y evangélicas y en los centros católicos de vida cristiana, excelentes y muy bien atendidos por la comunidad que es, en definitiva, quien se beneficia y quien debe implicarse más a fondo. Debo decir que mi primera gran sorpresa en este país consistió en advertir que en a Iglesia Católica se cantaban himnos, muy hermosos por cierto, de origen protestante, y que fueran unos vecinos protestantes los que escuchaban en su casa un CD de Andrea Bocelli de música absolutamente católica, acompañado por la orquesta de la academia de Santa Cecilia. Y le puedo asegurar que no debe asombrarse si en algunas de las iglesia protestantes históricas o de las nuevas a las que me refiero escucha alguno de los Ave María más conocidos o citas de Santo tomás de Aquino, San Agustín o San Juan Pablo Segundo, alguien muy querido en todos los Estados Unidos y por quien hizo vigilia el propio Billy Graham y la mayor parte de las iglesias evangélicas, constandole a quien escribe que las iglesias Bautistas , Presbiterianas y Luteranas de Orlando, Florida, anunciaban en sus tableros exteriores las horas habilitadas para los servicios especiales de intercesión por la salud del Papa ahora santo en el Reino del Señor, además de orar por él en los cultos regulares y celebrar incluso vigílias en algunos casos. Y claro que persisten aquellos que aún llaman “Babilonia” a la Iglesia Católica, pero en número cada vez más pequeño y en ambientes casi o del todo marginales. Las declaraciones de Benedicto XVI acerca de que “hay un camino por cada persona para llegar a Dios” fueron muy bien recibidas en los medios protestantes y han contribuído a acercar más a los cristianos norteamericanos, pues según varios líderes de esas iglesias, “es lo mismo que creemos nosotros”. No quiero que se piense que hablo de un escenario perfecto, idílico, donde no hay problemas y todo marcha bien. Nada de eso; solo pretendo que se vea lo que se puede conseguir con una política de acercamiento sin condiciones previas y de lo que es capaz una sociedad que, aunque tan defectuosa como casi todas, vé con claridad donde está el amigo y quién es el enemigo y ha aprendido que las diferencias de doctrina no otorgan a nadie el privilegio del Cielo pero que las diferencias y la separación entre cristianos son caldo de cultivo para el desarrollo de la inmoralidad sin que haya un frente fuerte para defender los principios en que creemos todos. La ola de inmoralidad que azotó hace unos años a los Estados Unidos llevó a que los líderes cristianos se percataran de que son el liberalismo, el nihilismo y el destierro de Dios quienes amenazan a la sociedad, y no las diferencias de doctrina entre los que tienen a Jesús por Salvador, al mismo Dios por Padre y al mismo Espíritu de Vida por Consolador. Aunque lo que voy a decir ahora no es obra de institución alguna como tal, sí es significativo de lo que está ocurriendo en USA: algunas iglesias protestantes históricas, y no solo Luteranas, en las que es costumbre, han adoptado el nombre de la Madre del Señor para nombrar algunos de sus templos, y ni por eso han dejado de ser lo que son ni nadie se escandaliza ahora de que haya protestantes que admitan abiertamente el papel especialísimo de María y encomienden su templo a su protección. Fuera de los Luteranos y de los Episcopales (anglicanos) esto, en España, es impensable, es “idolatría”. El ejemplo americano demuestra que la Iglesia no debe aislarse de la vida social. Quizá no sea posible volver católicos a los protestantes (aunque si se pudiera no estaría mal) pero sí tenderles una mano sincera a fin de incorporarlos a la lucha en contra del liberalismo, el nihilismo y el destierro de Dios en un frente común. Lo demás, se verá después. Pero sobre todo hay que llegar a la sociedad, al trabajo casa a casa, jóven a jóven, ofrecer alternativas y no “esperar” a que maduren, crear grupos d trabajo que “TRABAJEN”, tomar la calle, sumar a los jóvenes, retarlos, desafiarlos, discutir con ellos y ganarlos porque ellos gana a los padres y a los amigos y así todos ganamos la sociedad, y eso no se consigue desde el smoking ni desde la divagación en el aula o desde la “lejanía” intelectual. Hace más de ciento cincuenta años el gran pedagogo cubano José Antonio Saco escribió a los maestros: “Enseñar, puede cualquiera. Educar, solo quien sea un Evangelio vivo”. Y humildemente añado que no se concibe el “Evangelio vivo” sino es desde la cercanía enla acción que nos enseña Jesús y de la cual su muerte redentora y su resurrección gloriosa y posterior acercamiento a los suyos y, a través de estos, a todos, son el mejor ejemplo. El tuvo el suficiente amor para morir en la cruz, pero también el suficiente valor para tomar las cuerdas y expulsar a los traficantes del templo. En los Estados Unidos se ha aprendido a que NO ES EL ESTADO EL QUE VA A MEJORAR LA SOCIEDAD, SINO QUE ES LA SOCIEDAD LA QUE TIENE QUE HACER QUE EL ESTADO MEJORE. Y no voy a procuparme de que algunos que me lean me llamen “agitador”o“pancartero”. Agitador me siento. Y puede que tenga un poco de lo otro, en el buen sentido al menos. •- •-• -••• •••-•
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