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No a una legislación tiránica que destruye los fundamentos de Europa y desconoce la   dignidad de los europeos

Cartas de Hades a Sutor (III)

por Publio Cornelio

Tras una primera entrega y una segunda de la correspondencia entre Sutor, el zapatero reprendido por Apeles, y Hades, continúa la correspondencia de estos personajes mitológicos tratando "temas de actualidad

Carta de Hades a Sutor. 21.

Querido Sutor:

¡Has estado magnífico, chico, has conseguido fundirme el contador de mentiras! ¡Tu intervención ha sido apasionante! Un poco más y me alborotas el gallinero, pues te retransmitimos por tele-Topo. ¡Qué escenas tan tiernas entre toda la militancia siniestra! Cuando vengas para aquí abajo, Sutor, te recibirán todos con los brazos abiertos, je, je. Desde luego, te estás convirtiendo en un personaje muy conocido, tanto o más que Phidelio.

Lo de las manos ensangrentadas con Ansar, muy bien. Lo de la coco Zanjón, superior. ¡Menuda subalterna para una corrida! Las banderillas que le faltaban a Ansar se las puso no sé si en el lomo o en el cuello, pero le hicieron daño, mucho daño. Y su imagen patética, de plañidera, contristó a todos los teleespectadores. ¡Eres magnífico en artes escénicas Sutor! Tú y Lupaalcava valéis para esto un potosí. Lástima que en cuestión de matemáticas y derecho constitucional no andes tan fino, pero todo se andará. Recuerda que estas navidades, en cuanto te llegue la hora de la relajación, tienes que hacer muchos cuadernitos de Nuño, de los de 5º, 6º y 7º, o para acertar por si acaso habéis cambiado una vez más vuestro repelente sistema educativo, lo de los niños de diez, once y doce años. No se puede gobernar bien y elaborar unos buenos presupuestos, sin haber hecho los ejercicios suficientes. ¿Raíz cuadrada de 36, Sutor?

Y ahora que hablamos de derecho constitucional, he de llamarte la atención de lo bien que lo ha hecho tu colega Giskaard Masónd, que a pesar de estar en flagrante minoría, ha conseguido un tratado constitucional a mi imagen y semejanza. Ha conseguido que no se mencionaran las raíces cristianas de Europa, lo que será un dato muy importante para el futuro. Con eso fortalecemos el dominio masónico sobre el viejo continente, y damos una solemne bofetada a la curia romana y a su máximo representante, y a toda inmensa masa de católicos que, cual borregos, aguantan en silencio y sin quejarse.

¡Muy bien! Han conseguido defenestrar incluso a un ministro, Petrus Nutiglione, por un asunto de conciencia. ¡Fenomenal! ¡Jamás hubiéramos consentido que nadie lo hiciera con un judío, un ateo o un masón! ¡Pero con un católico sí! Nos estamos imponiendo, y ya se ve que el asunto de la homosexualidad es un comodín para librarnos de todos nuestros enemigos incómodos, y relegarlos al cuarto oscuro, lo más alejados de las decisiones del poder. ¡Toma nota, querido Sutor!

Es cierto que este Petrus Nutiglione no se ha dado por vencido, y está comenzando a ir de aquí para allá, haciendo entrevistas, asistiendo a congresos y todo lo que quiera. Pero lo cierto es que ya no figura, y que las toneladas de basura y de mentiras que se le han echado encima, impedirán que su nombre pueda erigirse en banderín de nada. Esta ha sido una jugada genial, y debes felicitar muy mucho a Giskaard Masónd, que es portador de la tarjeta de oro Master-Hades mucho antes que tú.

En esto, él desde el centroizquierda y Chirriar desde el centroderecha se complementan. No son más que un duo dinámico, un cristal de las mismas gafas. Con ambos dos a dúo, consigo que la Rancia sea el paradigma de nación culta y avanzada que se descristianiza lo más rápidamente posible, y donde el grado de intolerancia hacia lo bello, lo verdadero y lo bueno sea elevadísimo. No hay más que escuchar su himno revolucionario, o ver a la muchacha que les representa. Ocurrencias geniales de mis clientes de hace más de dos siglos que se mantienen en pie, y que han servido para que muchos de toda Uropa y de allende los mares, se condenaran por siempre en mis dominios, je, je, que también son en cierta medida, querido Sutor, los tuyos del futuro. Ahí disfrutaras de praderas sin igual, con camas elásticas, walkirias excitantes, lagos de dafnone y todas aquellas tonterías que pueblan tu imaginación calenturienta. Podrás conversar todo lo que quieras con Voltaire, Diderot y Rousseau, así como con los ejecutores más conocidos como Robespierre y Danton. Todos ellos se encuentran en la conocida galería de las enciclopedias y los triángulos, cuyos secretos no voy a desvelarte. Es uno de los innegables atractivos de los que se disfruta aquí abajo, je, je.

Por eso no me parece mal tu entusiasmo constitucionalista, y tu decisión heroica y osada de hacer un referendo popular en el mes de febrero. ¡Que la fiebre te acompañe, Sutor! En realidad el referendum será una muestra de adhesión a tu postura y a tu gobierno, y para conseguir un éxito seguro, has de engañar una vez más a Marianol. Le dices que o se viste de uropeo o le pondrás de cavernícola y de facha hasta la cabeza. Con el miedo que tiene a que le digan esas cosas, o seguidor del tío Paco, seguro que se entrega a ti y a tu causa en menos que canta un gallo. Con esto conseguirás una fractura evidente del Pipi, pues mientras sus cabezas digan que sí, sus bases dirán que no. Así que esto no deja de ser una ventaja enorme para ti. De paso que aumentas tu poder, disminuye el de Marianol. ¡Bien hecho, Sutor!

En fin, ya me contarás el resultado de tu reunión con Marianol, y el perfume que te pusiste aquel día para confundirle. No olvides que los olores confunden mucho la inteligencia, y un buen perfume es un reclamo seguro. Y si te habla de Niza, tú dile que le invitas a tomar el sol ahí, pero que de lo otro rien de rien y requeterien.

Entreñable Sutor, aurrevoire,

Hades.

Carta de Sutor a Hades. 21.

Querido Hades:

Ciertamente que el éxito de Giskaard Masónd al elaborar el tratado constitucional ha sido inmenso. Solo dos o tres naciones apoyaban la no inclusión de las raíces cristianas en el texto, y se han acabado imponiendo sobre todas las demás. ¡Viva la democracia cuando nosotros ganamos! Esto es lo que más me gusta del talante; si ganamos, es por nuestras virtudes, si perdemos son unos intolerantes. Ayer mismo le llamé por teléfono y aunque no sé mucho francés, sí que le pude decir que era un admirador suyo, que deseaba tener una foto suya dedicada y que su logia podía estar satisfecha. Me contestó cosas muy amables, porque como bien sabes, el rancés es siempre amable, aunque ciertamente no acabé de entender del todo. Algo dijo relacionado con mi apellido, y algo relacionado con los cordones digo yo y no sé qué del pecho o del pecado que nunca me he aclarado cuándo es una cosa u otra. El caso es que la foto me la manda, no sé muy bien si por correo o por internet.

Nuestro ministro de asuntos exteriores me recuerda siempre que he de aprender rancés, porque dada nuestra política exterior como apéndice de Rancia, es el idioma del presente. Quizás lo sea, pero es que no me queda tiempo para estudiar. ¡Estoy muy atareado! Claro que hay cintas de esas, o deuvedés con los que puedes aprender rancés en treinta horas, algo parecido a lo de la economía y las matemáticas. Pero no sé si hacerles mucho caso, porque con las mateas llevo echadas ya diez tardes y rellenados dos cuadernos y me he quedado atrancado en las raíces cuadradas. Mi mujer me dice que si soy tonto o qué. Que un presidente no necesita saber muchas matemáticas, que para eso tiene a sus ministros del ramo. Eso es verdad, porque si no ya me dirás para qué tengo a Insolvente. Aunque lo cierto es que le hago más caso a Sivahestián, porque es mucho más sectario y sosiolisto que Insolvente, y eso me gusta. De hecho ya le he invitado tres veces a mi bodeguilla y a las camas elásticas, y nos hemos dado un montón de culadas muy chulas. En cambio con Insolvente no hay manera, dice que no salta en las camas y es que no. Esto demuestra un espíritu poco dúctil y abierto. No sé si tiene miedo a que se le vayan las ideas entre culada y culada, pero podría contemplar cómo a mi, después de tantos saltitos no se me ha ido ni una sola idea. Si aprendo mateas es porque quiero demostrarle a mi mujer, y a los del Pipi, que un buen presidente ha de saberse de carreta las cuatro reglas, el teorema de Pitágoras, el número pi y las raíces cuadradas. Es decir, todo aquello que un hombre o una mujer necesitan para hacerse más ricos conscientemente, sin necesidad de hablarlo previamente con el contable.

Respecto de mi éxito con Marianol, no cabe ninguna duda después de las portadas del periódico y de los reportajes televisivos. En distancia corta no hay quien me gana. Mi colonia, “atracción fatal”, funciona de maravilla. Está echa con diferentes componentes, uno de ellos de “viuda negra”, que tantos recuerdos elocuentes nos traen a todos. Naturalmente este es un secreto que saben muy pocas personas, pues es una de las claves de mi éxito.

¡Uy, un cotilleo! ¿Sabes mi ministro de la espalda, Cazerolo? Pues me ha anunciado en privado su compromiso oficial de boda, siempre y cuando nosotros cumplamos nuestro compromiso electoral de matrimonios de floros con floros y floras con floras. Que el primer beso será para su novio y el segundo para mí. ¡Qué ilusión! Después de cómo me ha dejado, durante meses, la almorrana, todo sea recibir el segundo besito de mi ministro más afectuoso. Así que les he dicho a los ministros y menestras, que todo el mundo a trabajar para que esto salga antes de final de año.

Lo único que me preocupa de todo esto es la reacción de la submarinista, de la gobernante de mi palacio. Después de todo, como todavía dormimos juntos, me puede sacudir bien sacudido por la noche, o estrangularme. ¡Qué horror, a veces lo pienso! ¡Tanto poli, tanto civil y tanta leche, y puedo morir en mi cama asesinado! No sé si imitar a sir Marlboro Pigchil, eximio gobernante de las islas, que vegetaba en gabinete separado y cuando quería dormir con su mujer, le dejaba la tarjeta delante de la puerta de su habitación. ¡Qué espíritu tan delicado! ¿O quizás prevenido? En fin, no conviene airear estas cosas de alcoba, pero temo los celos de mi mujer, con esto del besito de Cazerolo.

Por lo demás, he establecido un método moderno para diseñar nuestra política exterior. He comprado un juego de estos de conquista de continentes, con sus países y ejércitos y hacemos nuestras partiditas. Tienen cartas que te marcan el objetivo correspondiente, soldaditos de a pie, jinetes y cañones, y cada uno vale una cantidad determinada. Vamos a realizar unos pequeños cambios y a probar así, mediante el método científico, cuál es el objetivo más fácil de conseguir. Con ello nuestra política exterior tendrá un norte más claro y definido, pues al decir que no a la guerra y sí a nuestros vecinos del norte y del sur se nos agotaron por completo las iniciativas.

En el aspecto cultural, hemos editado doscientos millones de cromos de la segunda república, con nuestros principales héroes a todo color. Enseguida haremos otra tirada superior con las víctimas de la dictadura, y así todos podrán rellenar su album correspondiente. Y otro de superhéroes actuales, en el cual apareceremos todos los ministros vestidos con trajes exóticos. Será un coleccionable que tendrá el mismo éxito que los de los equipos de fútbol de primera división. Aún conservo la alineación del Barça de cuando era pequeñito. ¡Cuántas lágrimas de tristeza y de alegría contemplándolos! ¡Cuánta incomprensión, allá por mi tierra castellana, con su intransigencia hacia lo que no fueran los colores de la región o los blancos! ¡Con qué orgullo agitaba en mi casa el banderín blaugrana, mientras gritaba en mis años estudiantiles: pan y Barça! Tanto criticar la política del tío Paco y resulta que ahora la hemos aumentado con esto de las retransmisiones televisivas. El mayor sedante, el fútbol. Quizá, pensándolo mejor, nos vistamos todo el equipo de gobierno de blaugrana, así, mezcladitos. Las féminas de delanteras, y los hombres de medios y defensas. Sí, seguro que es una idea más acertada que otras que se me habían ocurrido. Y así, al menos, podremos enseñar algo de lo mucho que sabemos o tenemos, fundamentalmente las rodillas.

¡Cómo pasa el tiempo! Se despide con el banderín, la bufanda, la bolsa y el refresco encima del tratado constitucional, tu querido, guapetón y uropeo,

Sutor.

Carta de Hades a Sutor. 22.

Querido Sutor:

Me alegra mucho de que disfrutes de tu tiempo libre viendo los partidos de fútbol, como un memo más de los millones que se sedan con eso. Pero tú has de estar por encima, y mientras ves el regate, la falta, la mano, el desplante, el toque de silbato y todo eso, debes de pensar en las futuras maldades que puedes –y debes- cometer.

Ya sabes que ahora toca arreciar en la campaña contra los belenes. Más vale no ir directos, ya sabes. Lo mejor que se puede hacer es ir sembrando el mensaje de la tolerancia, de la hermandad universal, de no molestar al muslín y todo eso. Y darle al paisaje nevado, con muchas montañitas, sol y estrellas, o solo una de las dos. En definitiva, fiesta, ruido, banalidad y fuera la Sagrada Familia, y fuera el belén. Que la gente se emborrache, que se harten de gastar y consumir, de hacerse regalos, pero que se olviden del significado profundo de las fiestas. Dentro de poco, las convertiremos en un carnaval-dos. Con lo de la fiesta de fin de año, los cotillones, los disfraces, el mamoneo, estamos a punto de ganar la partida. ¡Y qué decir de la lencería especial de esa noche, y de su cromatismo tan vistoso! ¡Ni en mis ensoñaciones más lujuriosas se me hubieran ocurrido semejantes cosas! ¡Es una moda muy digna de mí, ciertamente!

Y sobre todo, Sutor, no se te ocurra poner el belén en tu palacio, no sea que vayas sembrando el mal y el odio por todo el país, y en tu casa se pongas a cantar villancicos, y a tocar la pandereta delante del niño Jesús. ¡Que no me entere Sutor! Y mucho menos lo de mandar felicitaciones navideñas. En todo caso, tarjetas ecológicas, pacifistas, erótico-cómicas, etc., de las que tantos ejemplares se van viendo ya. También pueden ser pedante-culturales, con citas de clientes míos por supuesto. Di que esas las leerán pocos y las guardarán menos, pero quizá, si llevan tu firma, les pongan un marquito.

Lo de la pandereta puede ir si la acompañas con la flauta de pan u otro tipo de flauta parecida y bailas cosas obscenas. De siempre han existido canciones que se tocaban en honor de las diferentes divinidades –en el fondo hipóstasis mías-, y tú bien podrías ir con la flauta, tu mujer con la pandereta y algún niño con el tamboril, tocando en honor del dios Pan. ¡Oh, sí, hay que buscar sustitutos para el natural deseo humano de cantar, de danzar, de desear algo bueno para los demás! Tú has de conseguir eso, pero que todo el mundo acabe pecando. Cantar y danzar a Pan es lo suficientemente atractivo y pecaminoso para que lo ensayes este fin de año en tu casa. Deberías conseguir, además, que la plana mayor de tu partido se sume a este tipo de expresiones musicales, que tanto imán tuvieron y tienen. De todas maneras, si prefieren los ruidos que tan de moda están ahora, no discutas. Como la mayor parte de las letras son violentas y blasfemas, y no existe armonía ni melodía alguna, me encantan también. ¡Viva el ruido, viva el ruido, viva el ruido!

Ya he visto el envite que está realizando Etarreche. Aunque hace mucho daño, no hace el suficiente, y no deja de tener cierto aroma a sacristía, que odio. Por eso no te puedes fiar de él. Además, tus bases no están muy de acuerdo con sus planteamientos, y te puedes encontrar con que en las primeras elecciones que haya te pueden dar una buena patada en el culo. ¡Cuidado con esas pataditas, Sutor! No es lo mismo una palmadita cariñosa de tu ministro Cazerolo, que una patada de tres millones de tu electorado. ¡Te mandaría a la Luna, y ahí no hay quien gobierne nada! ¡Los lunáticos no quieren gobierno alguno! Son ácratas, pero no como los de aquí, que lo son de cromito cromito. Un buen ácrata es como un ácaro: feo, pequeño, dañino, parásito. Gregario. Pero obstinado en reconocer de quién dependen realmente. De momento no he repartido ninguna tarjeta Master-hades entre ellos.

¿Crees en la existencia de lunáticos, Sutor? ¿Y de marcianos? Mira que me he hinchado en hacer cosas raritas para que surgieran miles de especialistas en ufología y no sé cuántas -ogías más. Al final hay millones de personas que creen a pies juntillas este tipo de cosas. Bueno, ni me va ni me viene, con tal de que pierdan la fe en Dios, todo lo demás me resulta indiferente, je, je. ¿Crees en los marcianos, Sutor? Sí, yo sé que crees. Más de una vez te he visto leer revistas de ésas, con toda clase de cosas paracientíficas, parapsicológicas, y tener conversaciones sumamente divertidas. ¡Ay, Sutor, no te daré una explicación cierta de si hay o no hay, porque de ninguna manera puedes saber más cosas que yo! No sea que te adiestre tanto y tan bien, que al llegar aquí abajo me intentes dominar y hacerte tú con el control... Eres miserable, pero tanto no creo. ¡Soy muy poderoso, Sutor!

Bueno, me voy a jugar la partida de mus con tus admirados Manel Fazaña, Largus Caballerus, Indalecius Aprietus y Iulianus Bestiario. A pesar de hacer trampas como si estuvieran en la tierra, les gano.

Te maldice, una vez más,

Hades.

Carta de Sutor a Hades. 22.

Querido Hades:

Realmente he visto que hay cosas que no te gustan mucho, y me voy a procurar enmendar, palabrita de Manel Fazaña. No te preocupes por lo del belén, ni las felicitaciones navideñas, ni por los villancicos. Todo eso ha sido suprimido de mi palacio, a pesar de la protesta del personal y, sobre todo, de las limpiadoras. ¡Qué arrogancia, decirme a mí, que si sacaba el belén de una vez o qué pasaba! Me vino la Valentina con el cubo, la escoba, la mopa, el paño y el plumero, con los pelos despeinados, llama con los nudillos y pasa sin esperar a que le conteste y va y me espeta: “Señorito, que se nos va a pasar el momento de colocar el belén tan bonito que tenemos aquí, con sus corchos, camellos, reyes, ángeles, san José la Virgen y el Niño”. “No, no, que este año no se pone. De esos personajes que ha dicho usted, no me va ninguno”. “¿Tampoco los reyes, señorito Sutor?”. Esta Valentina, desde luego. “Qué cosas tiene usted Valentina. Todos sabemos quiénes son los reyes, ¿no? Pues este año no hay reyes, ni magos, ni camellos, ni mula ni buey. Pondremos una cosa más moderna, al dios Pan de orgía con sus danzantes. Y de fondo, en lugar de villancicos, lo de ‘más vale muerta que sensilla’, que está tan de moda”. Valentina, que es votante mía, se persignó y dijo “Jesús, Jesús. Me voy señorito, pero muy disgustada. Con lo que me gustaba a mí arreglar el musgo y el agua del molino. Qué disgusto, qué disgusto”.

¿Qué te parece? Pues es votante de nuestro partido desde hace la tira de años, y va y se persigna delante de mis narices. No la puedo despedir, porque es toda una institución, y me limpia todos los días las defecaciones de París y Marrackesh, que tanto histerizan a mi mujer. Además eso me podría traer problemas serios con el gremio, que cuenta miles de asociadas en esta capital. Sería mucho peor una cacerolada de las limpiadoras que en tiempos de Alfonso XII y María Cristina una rebelión de cigarreras. Pero ya se ve que hace falta mucha propaganda y mucha intoxicación hasta acabar de pervertir al pueblo llano.

Ya ha llegado la época del turrón. Tengo toneladas de todo en la bodeguilla, de tanto regalo. Y sobre todo tengo camiones de cava catalán. Sí, después de las declaraciones de Nerón Rovira, resulta que no saben qué hacer con él, y en lugar de regalarme una cajita de tres o seis botellas, me han regalado un camión cada uno de los grandes cosecheros. No sé si se piensan que aquí vivimos seiscientas o setecientas personas, pero el caso es que llevo regaladas cien botellas a todos los componentes del servicio, además de dos botellas diarias a los civiles que custodian esto. Total, que la impresión es de lo más curiosa, porque todos los días los números se van con una botella en cada mano hasta el coche. Así a lo largo de dos semanas, y lo que te rondaré morena, porque las cajas se cuentan por miles. Hemos tenido que habilitar una techumbre de uralita para colocar el contenido de tres o cuatro trailers. Es más, ha habido un ministro que me ha propuesto jugar a los bolos con botellas de cava, así se acabaría con bastantes en una tarde. Otro me ha propuesto que en la fuente principal de nuestro jardín quitemos el agua y la sustituyamos por el cava. La idea es buena, pero si los pájaros que beben en ella se emborrachan, no sabemos qué es lo que puede suceder.

Por otra parte, mi mujer está de lo más pelma con lo de ir a comprar regalos como “antes”. Fuimos una mañana al Tallant Anglés, y no hicimos más que mirar el primer sueter, y ya me soltaron unos fachas una fresca. Luego, la dependienta se puso arisca y nos miraba con cara de ser del Pipi. Luego, comenzó a llegar gente, que se pusieron a mirarnos como si fuéramos los delfines del Zoo. Total, que no pudimos comprar nada, porque teníamos alrededor cincuenta o sesenta marujas opinando sobre el sueter de mi mujer, que si le pegaba que si no, que si era acorde con su nueva categoría y tal. No tardó en llegar la prensa y las fotos, para ver si comprábamos de color verde o rosa. Total, que nos tuvimos que marchar, entre las protestas de mi mujer que me decía que por qué no desalojaba la planta y comprábamos tranquilos. ¡Ay, que no podemos, querida, aunque queramos! ¡Desalojar una planta del Tallant Anglés en pleno mes de diciembre!

Fue en este momento cuando comencé a sentir la soledad del gobernante. Pensé para mis adentros: tranquilo, Sutor, puedes comprar por catálogo. Esa es la solución. Pero en el fondo me daba cuenta de que mi mujer tenía mono por ir de compras, y además por ir de compras conmigo, para presumir de marido. Y que por mucho que le diga lo de comprar por catálogo, me va a mirar con ojos asesinos y me dirá: ¿tú eres presidente y no puedes comprar un jersey con tu mujer? ¿Qué clase de presidente eres tú? Es la soledad de los estadistas, de los líderes.

De todas formas, no sé si dar la batalla, y ponerme unas barbas y unos bigotes y volver a intentarlo. No sé si decirle a mi mujer que también se camufle; lo de la barba y el bigote para ella no lo veo bien. Quizás con una peluca sea suficiente. Tengo mis serias dudas de que esta idea le guste, pero no se me ocurre nada mejor.

Voy a hacer alguna probatina, a ver qué tal me sienta esta barba colorada. En el espejo quedo como muy resultón. Ahora me atuso el bigote, un poco así, por el labio. Perfecto. Nadie me reconocería de esta manera. Además se adhiere muy bien y casi no pica. Lo que pasa es que queda un poco raro con el pelo y lo mejor será buscarme una buena peluca.

Como ves estoy muy ocupado y no me queda más remedio que despedirme. Si no me sirve para ir de compras en el Tallant Anglés, me servirá de disfraz de nochevieja. ¿De qué me disfrazaré? ¿De Baltasar o de camello? ¿De Karlitos Marx o de Chomeini? Lo dejaremos para la próxima carta, pues veo que este dilema va para largo.

Se despide, barba y bigote incorporados, tu incondicional, causativo y potencial,

Sutor.

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Publio Cornelio

 

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