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Indice de contenidos

- Texto completo de la revista en documento word comprimido
- Fin de la hegemonía española
- El quebrantahuesos
- Romano Guardini: El ocaso de la Edad Moderna
- Editorial: La declaración de derechos del hombre
- La ilusión monetaria
- El desconcertante mundo de la política
- "Movimientos antisistema". Foro Social Mundial
- Navarra: el final de la calma
- Historia de la guerra
- Capitalismo, globalización y dignidad de la persona
- La realidad del aborto: la frialdad de los datos
- El progresismo que viene
- "Feminismo" católico
- Algunas reflexiones en torno al conflicto iraquí y a la actitud de los católicos.
- El ornitorrinco en la playa: los jóvenes
- También en la guerra... el hombre es un ser para el amor
- La AK, Armia Krajowa, el Ejército Nacional Polaco (1939-1945)
- Combatir por la Fe
- San Ezequiel Moreno, un obispo molesto
- Fernando el Católico y los falsarios de la historia en Zaragoza
- Crónica de la Cena-Tertulia con José Ramón Losana, presidente de la Federación Nacional de Familias Numerosas
- Texto clásico: La Historia como obligación
- Texto clásico: Deberes de participación en el campo político. Código de Malinas

Especial: El caso Rosa, típica campaña abortista

- La violación y la muerte
- Un recuerdo para Rosa
- Nueve años y cuatro meses
- La niña Rosa ha sido manipulada miserablemente


CARTAS

Arbil cede expresamente el permiso de reproducción bajo premisas de buena fe y buen fin
Revista Arbil nº 67

La AK, Armia Krajowa, el Ejército Nacional Polaco (1939-1945)

por Oscar Sanguinetti y T. Jorge Soley Climent

La historia de un Ejercito heroico al servicio de su nación y traicionado por las potencias anglosajonas

 

La ocupación germano-soviética de Polonia

Tras una larga historia de divisiones y ocupaciones extranjeras, en 1919 Polonia consigue reconstituirse como Estado independiente y soberano. El 1 de septiembre de 1939 Polonia es nuevamente invadida por el Tercer Reich (1933-1945) y el 17 del mismo mes, cuando el ejército polaco ya se está disolviendo ante la ofensiva de la Wehrmacht, también por el Ejército Rojo soviético. Según lo previsto por el protocolo secreto del pacto Molotov-Ribbentrop — llamado así por los nombres de los ministros de asuntos exteriores de la URSS y del Reich alemán, respectivamente Vjaceslav Michajlovic Skrjabin alias Molotov (1890-1986) y Joachim von Ribbentrop (1893-1946) — firmado el 23 de agosto del mismo año, el Reich se anexionaba Silesia, Pomerania y Dantzig, y creaba en el territorio restante un Protectorado Polaco, especie de colonia con capital en Cracovia, mientras que la Unión Soviética se anexionaba las provincias orientales. Los alemanes empezaron en seguida el aniquilamiento de la comunidad judía polaca y una feroz explotación de los recursos del país ocupado, que incluyó el reclutamiento forzado de mano de obra. Los intentos de reacción de la población polaca, incluso los más tímidos, fueron motivo de represalias atroces. La policía política soviética, la NKVD — Narodnyj Kommissariat Vnutrennykh Del, "Comisariado del Pueblo para los Asuntos Internos" —, por su parte, desencadena la "lucha de clases", encarcelando a funcionarios del gobierno polaco, dirigentes de los partidos políticos, propietarios de tierras, industriales, empleados de la administración así como a todos los militares que no consiguieron refugiarse en el extranjero. Los representantes de los partidos políticos que pudieron exiliarse darán vida en Londres a un gobierno polaco en el exilio, dirigido por Wladyslaw Sikorski (1881-1943) y reconocido por las potencias aliadas. Las tropas polacas refugiadas en el extranjero participarán desde 1940 en las operaciones bélicas aliadas en casi todos los frentes.

Las fosas de Katyn

La invasión alemana de la URSS iniciada el 22 de junio de 1941 provoca el fin de las relaciones de colaboración entre ambas potencias. El 12 de julio la Unión Soviética entra en el club aliado, que incluye desde el 30 de julio también a Polonia y se ve obligada a liberar a los polacos detenidos y deportados en 1939. Los soviéticos, con la mirada puesta en recuperar la posesión del territorio polaco, llevan a cabo mientras tanto una política ambigua respecto de su nuevo aliado, pretendiendo ignorar la suerte de los soldados polacos que desgraciadamente no han respondido a la llamada a filas, en especial los oficiales de la divisiones que en 1939 habían defendido al país contra el Ejército Rojo. En 1943, el descubrimiento en el bosque en torno a Katyn — veinte kilómetros al sudeste de Smolensk, en Rusia — de fosas comunes con los restos de 4.500 oficiales polacos, de cuya masacre los soviéticos acusan a los alemanes — sólo en1990 admitirán haber realizado dicho exterminio —, lleva a la ruptura diplomática con el gobierno en el exilio de Londres. En julio de 1942 la URSS expulsa, a través de su frontera con Irán, a cerca de 115.000 militares polacos, los cuales, bajo el mando del general Wladyslaw Anders (1892-1970), combatirán después con el 8º Ejército inglés en Italia, mientras que otras unidades, bastante menos numerosas, escogerán permanecer en la URSS, donde constituirán la Legión Kosciuszko, incorporada en el ejército soviético.

El nacimiento del ejército clandestino

Desde septiembre de 1939 elementos del ejército deciden no exiliarse y constituyen grupos de combate clandestinos, con el nombre de SZP, Sluzba Zwyciestwu Polski, "Servicio para la Victoria de Polonia", a los que se suman, por iniciativa del gobierno en el exilio de Londres, el ZWZ, Zwiazek Walki Zbrojnej, "Organización de la Lucha Armada". En enero de 1942 de las dos organizaciones y de otras formaciones armadas clandestinas dependientes de los diferentes partidos políticos nace la AK, Armia Krajowa, "Ejército Interno o Nacional", bajo las órdenes del general de carrera Stefan Rowecki (1885-1944), conocido en la clandestinidad como "Grot", "Flecha". Los comunistas crean en cambio la GL, Gwardia Ludowa, "Guardia Popular", que desde julio de 1943 se denominará AL, Armia Ludowa, "Ejército Popular". Nominalmente apolítica, la AK reflejaba sin embargo las orientaciones nacionalistas y anticomunistas de sus miembros, que tendieron a acentuarse con el crecimiento de la amenaza comunista. Organizados en núcleos de cinco miembros — que no conocen a los componentes de los otros grupos para limitar el riesgo en caso de detención —, los soldados en la sombra, entre los que destaca el elemento femenino, se exponen a peligros gravísimos. Los alemanes los consideran "bandidos", operando en el interior no de un país ocupado, sino de un territorio considerado como una colonia, y los órganos de seguridad nacionalsocialista ejercerán en su contra una acción represiva masiva e indiscriminada que, a pesar del terror, no conseguirá resquebrajar el apoyo popular. En la clandestinidad surgen redes de información y de propaganda — se contarán hasta trescientas publicaciones —, pequeñas fábricas de armas, escuelas civiles y militares, un parlamento clandestino y tribunales.

La resistencia contra la ocupación nacionalsocialista

La AK crea en primer lugar una red de información y de propaganda tanto hacia el exterior como hacia el interior del país, realizando después acciones de sabotaje de las líneas de la Wehrmacht, operante en el frente ruso, y llevando a cabo numerosas acciones terroristas contra elementos del aparato de represión alemán, en respuesta a la violencia y a las masacres perpetradas por ellos. Pero la AK, consciente de lo rápido y despiadado de las represalias alemanas contra la población civil inocente evita operaciones de gran escala, prefiriendo intensificar la preparación en vista de un enfrentamiento global, una vez ayudasen las condiciones exteriores. De todos modos la AK no asistirá inerte a la impresionante y sistemática masacre de la población judía polaca y ayudará allá donde sea posible a sus compatriotas judíos a huir de la amenaza de sus perseguidores. Cuando los supervivientes del ghetto de Varsovia, el 19 de abril de 1943, se sublevan, ofrecerá a los desafortunados combatientes judíos tanto las armas como el apoyo táctico y logístico. En enero de 1943, después de la batalla de Stalingrado, en vista de que se hace cada vez más verosímil la perspectiva de una nueva invasión del Ejército Rojo y en base a la "lección" de Katyn, la AK — dirigida, después del fusilamiento en el Lager de Sachsenhausen del general "Grot"-Rowecki, por el general conde Tadeusz Komorowski (1895-1966), alias "Bór", "Selva" — toma cada vez mayores distancias respecto de la resistencia comunista. Cuando los soviéticos entran en Polonia se verifica la fractura entre la AK y el KRN, Krajowa Rada Narodowa, "Consejo Nacional Patriótico" —, embrión de gobierno comunista radicado por los soviéticos en Lublín en contraposición al de Londres, al que empiezan a obedecer las formaciones partisanas comunistas. Pero la AK había creado desde 1939 la Antyk, nombre en clave de una "Organización anticomunista", llamada siempre en clave Blok, "Bloque". Pero la ruptura no impide que, en los primeros meses de 1944, unidades del AK participen en operaciones terrestres del Ejército Rojo contra los alemanes en Volinia, al este del país. Pero incluso en estas circunstancias el apoyo soviético a la resistencia polaca se revelará sustancialmente ambiguo y oportunista. 

La revuelta de Varsovia

Esto resulta particularmente evidente en el momento de la sangrienta insurrección de Varsovia, que sucede entre el 1 de agosto y el 2 de octubre de 1944, cuando los rusos, acampados a pocos kilómetros de los suburbios de la capital polaca, empujan por todos los medios a la AK a sublevarse. Dirigidos por el coronel Antoni Chrusciel (1895-1960), alias "Monter", los cerca de 45.000 militantes de la AK de Varsovia, encuadrados en el plan táctico Burza, "Tempestad", preparado por la jefatura militar clandestina para golpear a los alemanes en retirada, a las 17 horas del 1 de agosto de 1944 se alzan y empiezan una durísima batalla calle por calle — incluso en la red de alcantarillado — contra los alemanes, cogidos por sorpresa. La lucha es sangrienta y desesperada: mientras los alemanes utilizan como escudos humanos a mujeres y niños para avanzar por la ciudad vieja y utilizan ampliamente lanzallamas y carros blindados, los rebeldes pasan inmediatamente por las armas a los prisioneros de la policía y de las SS — Schutzstaffeln, "Escuadrones de Defensa", las formaciones armadas del partido nacionalsocialista —, responsables de las masacres de civiles. Durante la dramática revuelta, mientras los Aliados occidentales reaprovisionan a los combatientes con lanzamientos en paracaídas, las tropas soviéticas, a pesar de saber que la revuelta no podría durar sin el apoyo de su potencial bélico, esperan sin entrar en acción en la otra orilla del río Vístula. La guarnición alemana, reforzada por divisiones elegidas de la Wehrmacht y de las Waffen SS, puede de este modo sofocar con mayor facilidad la insurrección. A partir del 3 de agosto la represión es encomendada al experto general de división de las SS Erich von dem Bach-Zelewski (1899-1972). Ésta producirá cerca de 150.000 víctimas entre combatientes y civiles, masacrados sobre todo por las brigadas de asalto de las SS Kaminski — cuyo comandante será hecho fusilar por von dem Bach-Zelewski — y Dirlewanger, formadas respectivamente por ucranianos, tradicionales enemigos de los polacos, y por delincuentes comunes y ambas tristemente famosas por su ferocidad en la lucha antiguerrillera. El 2 de octubre de 1944, después de sesenta y tres días de heroicos e ininterrumpidos combates, el general "Bór"-Komorowski capitula, consiguiendo no obstante el status de soldados regulares para los cerca de 20.000 supervivientes de la AK, extenuados por la lucha y el hambre. La insurrección cuesta a los alemanes, entre muertos y heridos, cerca de 26.000 hombres; justo después de la victoria unidades del cuerpo de ingenieros destruyen completamente con explosivos lo que queda de la infeliz ciudad. Los dirigentes del partido comunista clandestino, por el contrario, habían abandonado la capital pocos días antes de la primera revuelta para entrar a formar parte del KRN de Lublín, desde donde asisten con indiferencia al martirio de los combatientes anticomunistas de la capital.

La comunistización de Polonia y el fin de la AK

Con sus cuadros dirigentes duramente diezmados, la AK debe asistir a la invasión soviética y a la imposición progresiva de un régimen comunista y el 19 de enero de 1945 se disuelve. Muchos de sus miembros se unen a la organización anticomunista NIE — Niepodleglosc, "Independencia", y también "No" —, constituida tras la entrada en Polonia del Ejército Rojo. El 27 de marzo de 1945 el sucesor de Komorowski, general Leopold Okulicki (1898-1946), alias "Niedzwiadek", "Osezno", el vice premier y delegado en su patria del gobierno de Londres Jan Stanislaw Jankowski (1882-1953) y el presidente del parlamento clandestino Kazimierz Puzak (1883-1950) son convencidos mediante engaños, dirigiéndose a una reunión con los soviéticos que les llevará a ser encarcelados en Moscú; el 28 otros trece dirigentes de la resistencia seguirán sus pasos. En abril nace de la NIE la organización WiN — Wolnosc i Niepodleglosc, "Libertad e Independencia" —, dirigida por Jan Rzepecki (1899-1983), que continúa la lucha junto a las formaciones minoritarias de derechas NSZ, Narodowe Sily Zbrojne, "Fuerzas Armadas Nacionales" — ya aliada con la Organización Nacional de la Juventud y de la que sólo una parte había confluido en la AK —, más fuertemente anticomunista y antisoviética que antialemana, que protagoniza la lucha contra el aparato comunista con modalidades próximas al terrorismo. Pero la creación de organismos especiales del Estado para la represión, como la UB, l’Urzad Bezpieczenstwa, la "Oficina de Seguridad", dependiente del ministerio para la Seguridad Nacional, y el peso de la presencia del Ejército Rojo sobre el territorio hacen que, tras una serie de sangrientos enfrentamientos entre ambos bandos, la oposición sea sofocada y la resistencia anticomunista sometida.

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Oscar Sanguinetti y T. Jorge Soley Climent

Para profundizar: sobre la AK, véase las memorias del general Tadeusz Bór-Komorowski, Histoire d’une armée secrète, trad. francese, Les Iles d’Or-Plon, París 1952; y George Bruce, L’insurrezione di Varsavia. 1 agosto-2 ottobre 1944, trad. it., Mursia, Milán 1978; sobre la comunistización de Polonia, Nicholas Bethell, Gomulka, la sua Polonia e il suo comunismo, trad. it., Longanesi, Milán 1970, así como Andrzej Paczkowski, Polonia, la "nazione nemica", en Stéphane Courtois, Nicolas Werth, Jean-Louis Panné, Andrzej Paczkowski, Karel Bartosek y Jean-Louis Margolin, Il libro nero del comunismo. Crimini, terrore, repressione, trad. it., Mondadori, Milán 1998, pp. 339-367; sobre las fosas de Katyn, cfr. Leszek Martini, La verità su Katyn alla luce di un documento, en Cristianità, año XVII, n. 175-176, noviembre-diciembre 1989, pp. 16-17; y Victor Zaslavsky, Il massacro di Katyn. Il crimine e la menzogna, Ideazione Editrice, Roma 1998; así como J[anusz]. K. Zawodny, Morte nella foresta. La vera storia del massacro di Katyn, trad. it., 2a ed., Mursia, Milán 1989; finalmente, la lucha de las formaciones anticomunistas en la postguerra son el trasfondo de la novela de Jerzy Andrzejewski, Cenere e diamanti, trad. it., Lerici, Milán 1961.

 


Revista Arbil nº 67

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