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Arbil, apostando por los valores de la civilización cristiana

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Indice de contenidos

- Texto completo de la revista en documento word comprimido
- La objeción de conciencia fiscal aplicada a la cuestión del aborto. Una propuesta ética y cívica
- Categorías de la política: Política, Criptopolítica y Metapolítica (2ª parte). Criptopolítica: desde el orden político natural a la conflictividad moderna. Crisis de valores y de instituciones
- Sufragio universal
- Editorial: Las raíces del debate sobre la presencia de Dios en la Constitución europea
- Nacionalismo vasco y marxismo-leninismo: consideraciones en torno a la naturaleza de ETA (I)
- Coincidir
- Nuevo orden mundial, seguridad demográfica y abortos
- Una entrevista a Eulogio López: Familia y vida, Hispanidad.com y las elecciones del 25 de mayo
- «Superembriones»
- La Vendée campesina y católica, levantada en armas contra los "sin Dios" jacobinos
- Sobre el espíritu emprendedor en España
- Ósmosis brutal, o la inmigración como amenaza
- Ernst Jünger: un católico sobre los acantilados de mármol
- Por un sano realismo católico
- Los jovenes y la New Age
- Campañas en contra y a favor de la droga
- El trabajo como dimensión contemplativa
- Antropología: una guía para la existencia
- España en el mundo
- La Invencible inglesa contra Cartagena de Indias (1741)
- 25 Años de "Iglesia Vasca"
- El ambiente de España que precede a El Debate: el diario El Universo (un esfuerzo de los católicos no afiliados a partido determinado)
- Piotr Arkadevich Stolypin, el Bismarck de Rusia
- Moda y vida moderna: ¡no tengo nada que ponerme!
- Irresponsabilidades e irreverencias
- ¿Qué piensas hacer con tu juventud?
- En los huesos
- El amor a la vida y el amor a la muerte: Anatole France y Teresita de Lisieux
- Para llevar en la cartera: Testamento Vital
- Algunas apreciaciones sobre los santos y su culto en la Iglesia Católica
- Niños pobres y niños ricos
- Carta abierta a Donoso Cortés
- Arbil con Luis Suárez; Pasado y presente vistos desde el Valle
- Arbil en Madrid, con el profesor Pawel Skibinski
- Tertulia Arbil-Santiago de Chile
- Texto de Monseñor Sebastián: Los cristianos y la política
- Texto Clásico: ¿Fue el general Don José de San Martín masón?: Desagravio a San Martin


CARTAS

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Objeción de conciencia fiscal:
Como hacerlo

Revista Arbil nº 70

Por un sano realismo católico

por Ángel Expósito Correa

El artículo enlaza entre sí la crisis demográfica y sus implicaciones geoestratégicas; la orientación actual de la política exterior norteamericana y la contemplación humilde de la realidad como premisa fundamental para la reconquista católica de la sociedad, citando varias fuentes de prestigio.


La BCA Research, sociedad independiente de investigación y análisis económico-financiero ubicada en Montreal, Canadá, ha elaborado un informe fechado el 4 de marzo de 2003 sobre la situación demográfica global titulado, Global Demographics: An Economic and Geopolitical Time Bomb (1). En él su autor, Martin H. Barnes, afirma entre otras cosas: "Las dinámicas demográficas de un país están determinadas por tres variables: la tasa de natalidad, la tasa de mortandad y los flujos migratorios netos. Dejando a un lado los flujos migratorios, el mantenimiento de una población estable exige, en media, que cada mujer genere 2,1 hijos. El 0,1 suplementario da cuenta de la tasa de mortandad infantil y del hecho que nacen ligeramente más varones que niñas. En casi todos los países desarrollados la tasa de fertilidad ha caído significativamente por debajo del 2,1. En algunos casos dramáticamente. La excepción relevante la conforman los EE.UU., donde la tasa de fertilidad se ha mantenido cercana al nivel crítico del 2,1".

"[...] Durante el período que va del año 2000 al 2025, se estima que la población en edad laboral (entre los 15 y los 64 años) esté establemente en declino en Europa y en Japón, y la caída se prevé aún más rápida en los 25 años siguientes. Las disminuciones son particularmente precipitadas en Italia, Japón, España, Suiza y Alemania, con declinos del orden del 30-40%. Históricamente estas enormes mermas de la población a nivel de naciones hubieran ocurrido sólo en el marco de epidemias devastadoras. Las tendencias implosivas en Europa y Japón contrastan con el crecimiento continuado de la población en EE.UU. Los EE.UU. se benefician de un nivel de fertilidad cercano al nivel de reemplazo y de un nivel de inmigración relativamente alto. El flujo migratorio neto en Europa no es suficiente para compensar su baja tasa de natalidad, mientras que Japón tiene virtualmente un flujo migratorio nulo.

"Las tendencias demográficas tienen enormes implicaciones para las perfomances económicas relativas, dado que el crecimiento potencial de una economía está basado en el crecimiento de la fuerza de trabajo y de la productividad. "[...] El crecimiento potencial del PIB en los EE.UU. será en media del 2,4% anual entre el 2000 y el 2025, frenando al 2% entre el 2025 y el 2050. Inversamente, el crecimiento potencial en Japón será en media el 0,6% y alrededor del cero respectivamente en los dos períodos, mientras el crecimiento anual en Europa será en media 1,4% y 0,6%.

"La economía de EE.UU. ha estado en mejor salud de la europea y de la japonesa en el último decenio y las tendencias demográficas sugieren que lo mismo tendrá lugar a mayor razón en los decenios futuros. La distancia podría superarse si el crecimiento de la productividad en Japón y en Europa aumentase rápidamente respecto a EE.UU., pero esto no parece probable. Una población que está rápidamente envejeciendo no conduce a un elevado nivel de innovación, dinamismo y productividad.

"La combinación de bajas tasas de fertilidad y creciente duración de la vida conducirá a un notable envejecimiento en la estructura de la población de todos los países industrializados (y de muchos países en vías de desarrollo). La demanda de servicios sanitarios y de pensiones está destinada a aumentar vertiginosamente, y habrá relativamente menos contribuyentes que puedan hacerse cargo. El problema se manifiesta claramente en la tendencia de las relaciones de dependencia, que miden la relación entre las personas de 65 años para arriba y las que están en edad laboral (de 15 a 64 años).

"[...] En 1980 en Japón había 7,7 personas en edad laboral por cada persona mayor de 64 años. Esta relación ha caído a 4 en el 2000, y las proyecciones indican un descenso a 2,1 en el 2020 y sólo 1,4 en el 2050. Los EE.UU. están en la mejor posición entre las principales economías, aunque también tendrán que hacer frente a una creciente carga fiscal.

"El fracaso de la mayor parte de los gobiernos en poner orden en las propias cuentas fiscales no promete nada bueno para el futuro. Idealmente los gobiernos deberían tener grandes superávit de balance en el actual decenio con el fin de prepararse para el inevitable deterioro de las cuentas públicas que comenzará con el inicio del próximo decenio. No obstante la mayor parte de los Estados tienen actualmente décifit y por tanto están acumulando deudas.

"Japón está en la posición fiscal peor, a la espera que la demografía contraria empuje la relación deuda pública/PIB a más del 300% en el 2025, a falta de cambios de política. Al final se harán necesarios fuertes aumentos de los impuestos y cortes a los gastos discrecionales en la mayor parte de los países, con el fin de liberar recursos para pagar la creciente carga del mantenimiento de los ancianos, y para prevenir un crecimiento explosivo en los gastos de la deuda".

Demografía y geopolítica

"La población mundial crecerá un 47% entre el 2000 y el 2050, según las nuevas proyecciones medias de la ONU. Dentro del total, la población de los países desarrollados crece un 2%, mientras que la del mundo en vías de desarrollo crece un 58%. Como resultado, se espera que la cuota de los países desarrollados sobre el total mundial baje del 20% al 14% en los próximos 50 años. En 1950 la cuota de los países desarrollados era del 32%. Las tasas de natalidad han caído en la mayor parte de los países en vías de desarrollo, pero siguen estando ampliamente por encima de los niveles de reemplazo (con la notable excepción de China)".

"En los países en vías de desarrollo, se espera que el crecimiento de la población sea particularmente rápido en los principales países islámicos. En el 2000 la población de los 10 principales países islámicos era menos de la mitad de la del mundo desarrollado (576 millones contra 1194 millones). En el 2025 la relación crece alrededor del 75%, y en el 2050 la población de estos países casi alcanza la del mundo industrializado".

"El rápido crecimiento de estos países islámicos refleja algunas de entre las más altas tasas de fertilidad en el mundo. Por ejemplo, entre 1995 y 2000 la tasa de fertilidad ha tenido una media de 7,3 en Yemen, 6,9 en Afganistán y 5,1 en Arabia Saudí. El resultado es que muchos países en la parte del mundo más intranquila experimentarán enormes incrementos en el número de jóvenes en los próximos años".

"[...] Un incremento de los flujos migratorios desde el mundo en vías de desarrollo al desarrollado sería evidentemente muy lógico dadas las tendencias apuntadas. Los países industrializados tendrán una desesperada necesidad de más mano de obra, mientras se adolecerá de oportunidades de trabajo en buena parte del resto del mundo. Los EE.UU., Canadá y, en medida menor, Europa ya están beneficiándose de una afluencia migratoria estable".

"Sin embargo un agudo incremento de esta afluencia podría verse obstaculizado a causa de las tensiones sociales que lleva consigo, sobre todo tras el 11-S. Además la migración vuelve las condiciones de los países en vías de desarrollo todavía peor, porque aquellos que marchan con toda probabilidad son los más cualificados e instruidos".

El efecto de los estudios demográficos en la C.I.A.

El informe de Martin H. Barnes también nos informa de cómo la Central Intelligence Agency observa con mucha atención las tendencias demográficas a largo plazo. Por ejemplo, en julio de 2001 la CIA ha publicado un informe de 100 páginas titulado Long Term Global Demographic Trends: Reshaping the Geopolitical Landscape (2). Las siguientes son algunas de las citas del informe:

"Decadencias dramáticas de la población han generado vacíos de poder que son explotados por nuevos grupos étnicos. Diferenciales en las tasas de crecimiento de la población entre vecinos históricamente han alterado las relaciones de fuerza convencionales".

"Nuestros aliados en el mundo industrializado tendrán que hacer frente a un reto de envejecimiento sin precedentes. Bien Europa que Japón están destinadas a perder poder e influencia globales".

"Para Rusia, una perjudicial decadencia de la población – especialmente entre los hombres en edad laboral – podría impactar sobre el crecimiento económico y la estabilidad interior, vulnerabilidad que grupos políticos del interior u otros Estados podrían tratar de aprovechar".

"Los países más pobres y a menudo los más políticamente inestables del mundo – incluyendo entre otros a Afganistán, Paquistán, Colombia, Iraq, Gaza y Yemen – tendrán las más extensas poblaciones de jóvenes en el 2020".

"El fracaso en la integración correcta de extensas poblaciones de jóvenes de Oriente Medio y del África sub-sahariana probablemente perpetuará el ciclo de inestabilidad política, guerras étnicas, revoluciones y actividades anti-régimen que ya afligen muchos de estos países. La juventud desempleada ofrece un forraje extraordinario a los movimientos radicales y a las organizaciones terroristas, particularmente en Oriente Medio".

El análisis de la C.I.A. es extremadamente serio y realista y su mensaje es manifiesto. Los EE.UU. creen que las tendencias demográficas plantearán serias amenazas a la estabilidad global y a sus intereses estratégicos. Se puede suponer, por tanto, que las cuestiones expuestas en el informe de la C.I.A. están influyendo en la política actual.

Es una verdad de Pero Grullo, digan lo que digan los "euroentusiastas" del club tecnocrático de la UE, que la fuerza económica relativa de Europa está destinada a disminuir respecto a la de EE.UU., tanto más si tenemos en cuenta la casi nula voluntad de la mayoría de los gobiernos europeos en desandar el camino de las políticas antinatalistas y antifamiliares. El año pasado el Presidente del National Intelligence Council (según Martin H. Barnes) ha sintetizado el concepto cuando ha afirmado que los gobiernos europeos "se verán obligados a elegir entre bastones y sillas de ruedas. Muchos con toda probabilidad reducirán sus gastos militares por debajo de los ya bajos niveles actuales". También apuntó que las carencias de mano de obra impactarán en el papel militar de Europa en los asuntos globales.

No obstante Europa siga siendo una fuerza importante en la economía global, las implicaciones estratégicas de las tendencias demográficas de perspectiva podrían hacer que la administración de EE.UU. esté menos dispuesta a dejarse influir por las opiniones de los principales países europeos en su política exterior. Prueba de ello – junto a factores que atañen a la particularísima política exterior e interior francesa, alemana y rusa (3) - puede ser la firme actitud de EE.UU. de seguir con sus planes de guerra a Iraq a pesar de la opinión contraria de algunos de los principales países del continente europeo. En una perspectiva a largo plazo, Europa será una fuerza cada vez más debilitada en los asuntos globales, así como Rusia. Los EE.UU. agradecerían un respaldo internacional para su política exterior centrada actualmente sobre todo en la lucha contra el terrorismo islámico internacional. No obstante los EE.UU. saben que su papel de líderes geopolíticos está destinado a aumentar, y no a disminuir, ya que las tendencias demográficas refuerzan el predominio económico de EE.UU. respecto al de los otros países industrializados.

Las posibles implicaciones demográficas en el ataque a Iraq

Asimismo cabe suponer que en la determinación de EE.UU. de atacar a Iraq – junto a las motivaciones "oficiales y principales" de acabar con las armas de destrucción masiva y con posibles vinculaciones con el terrorismo internacional – estuvieran presentes las implicaciones estratégicas de las tendencias demográficas. Como apuntó el estudio de la C.I.A., parece probable que la inestabilidad de Oriente Medio aumente como respuesta al creciente número de jóvenes con limitadas perspectivas económicas y a la difusión del fundamentalismo islámico "radical" o "neo-tradicionalista" (4). Hay fuertes argumentos (siempre según el estudio de la C.I.A.) para intentar instalar un régimen democrático que aun manteniendo una obligada - dadas las circunstancias - matriz islámica sea asimismo respetuoso con los derechos fundamentales de la persona, inaugurando de tal forma una inédita, pero esperanzadora, distinción entre religión y política. La esperanza de los estrategas de la política exterior norteamericana es que tal inédito régimen democrático pueda contagiar positivamente a la región. En efecto, el número creciente de jóvenes en varios países inestables o en ebullición podría tener efectos en ambas direcciones. Por ejemplo, hay señales que muchos jóvenes en Irán quieren que su país se aleje del fundamentalismo en dirección a un régimen más relajado. El poder en aumento de la juventud puede constituir una fuerza de cambio positiva en oposición a la inestabilidad.

Sin embargo (como constata Martin H. Barnes), no cabe duda que llevar la democracia a países que históricamente la desconocen y que además por su religión desconocen la ley natural, representa todo un reto de difícil solución, a pesar de los replanteamientos "reformistas" de distinción religión-estado de varios ambientes del fundamentalismo islámico y de intelectuales de distinta procedencia ideológica (5).

Consideraciones para la restauración de una civilización natural y cristiana

El filósofo alemán Josef Pieper sitúa entre las premisas de la prudencia el conocimiento, esto es, "[...] la "prudencia como conocimiento", que, "[...] como conocimiento [...] de la situación concreta del obrar concreto, encierra en sí sobre todo el saber callar, unido a la objetiva percepción de la realidad, y el paciente trabajo de la experiencia (experimentum), que no puede ser eludida". Y "la actitud fundamental de la mirada "silenciosa" sobre la realidad es el conjunto de todas las premisas particulares a las que está vinculado el cumplimiento de la "prudencia como conocimiento". Las premisas más importantes son las tres siguientes: memoria, docilitas, solertia".

"Memoria significa [...] – prosigue el filósofo alemán – más de lo que se entiende por facultad natural de recordarse. [...] se entiende primeramente algo que no tiene nada que ver con cualquier tipo de habilidad "mnemotecnia" de no-olvidar. La "buena" memoria, como premisa para la perfección de la prudencia, no significa otra cosa que: la memoria "fiel al ser" de las realidades.

"El sentido de la virtud de la prudencia es: que el conocimiento objetivo de la realidad se haga norma para el obrar; que la verdad de las cosas reales se haga orientativa. Esta verdad de las cosas reales es no obstante "guardada" en la memoria fiel a la realidad.

"La fidelidad de la memoria significa por tanto que ella "guarda" en sí las cosas reales y los acontecimientos como realmente son y han sido. La falsificación del recuerdo, contraria a la realidad, operada por el "sí" o por el "no" de la voluntad, es la verdadera y propia ruina de la memoria; ya que contradice su íntima naturaleza que es la de "contener" la verdad de las cosas reales. (Desde este punto de vista se entiende con mayor claridad la célebre analogía trinitaria de san Agustín a menudo mal entendida: la memoria es para él la realidad espiritual primordial de la que proceden el pensamiento y la voluntad; por tanto ella es para él imagen de Dios, del Padre, del cual proceden el Verbo y el Espíritu Santo)". Por eso el mismo filósofo alemán ayuda a leer a san Tomás de Aquino, que "[...] pone la fidelidad al ser de la memoria como primera premisa para la perfección de la prudencia" (6).

Por lo tanto, si la prudencia guarda sobre todo relación con la contemplación humilde y libre de voluntarismos de la realidad ¿no se hace necesario aplicar estas categorías tan olvidadas a la realidad concreta del momento histórico en el que estamos inmersos? Y si ello es así, ¿qué conclusiones se pueden extraer del análisis de las tendencias demográficas a largo plazo y de sus implicaciones estratégicas para la restauración de una civilización natural y cristiana?

Ante todo considero necesario resaltar la necesidad de buscar a Europa en los demás continentes, esto es, al mundo cultural que a pesar de haber perdido su homogeneidad cultural y religiosa por las sucesivas etapas del proceso revolucionario (7) no puede "no decirse cristiano", ya que representa la materia prima de toda restauración. Ahora bien, de estas Europas esparcidas por los cinco continentes no cabe duda que la única capacitada para encarar en todas sus facetas los retos anteriormente expuestos es la que tomó forma en Estados Unidos. Una Europa ésta, que - no obstante - ha sufrido algunos de los embates de la Revolución anticristiana y que por lo tanto es heredera de muchos de los gérmenes mortales que han conducido a la muerte a la Cristiandad romano-germánica.

Sin embargo, y a pesar de estos gérmenes mortales – in primis el quebrantamiento del orden medieval llevado a cabo por Martin Lutero -, es posible reconstituir la continuidad cultural con el pasado que, a ciertas condiciones y salvando algunas premisas, permanece todavía tras la Reforma, en el ámbito religioso como en el ámbito filosófico.

Russel Amos Kirk (8), padre del "conservadurismo tradicionalista" contemporáneo norteamericano, pensador e incansable escritor católico, además de presidente honorario en 1992 de la campaña electoral del político católico - defensor de un programa fundamentado en la doctrina social de la Iglesia – Patrick J. Buchanan (9) y asesor de varios presidentes norteamericanos, nos ofrece en una entrevista publicada por la revista "Cristianità" (10) una válida síntesis de las raíces del orden americano:

"Pregunta: Es ya algo habitual igualar la Revolución americana a la francesa, como expresiones de un mismo proyecto ilustrado. El Conservative Mind, a partir de Edmund Burke (11), ha negado esta vinculación: ¿cuáles son las diferencias principales?

Respuesta: La primera explicación correctamente argumentada del distinto carácter de los dos fenómenos históricos está contenida en una obra publicada en 1800 por Friedrich von Gentz, hombre político y escritor prusiano, amigo del príncipe Clemens von Metternich y uno de los principales arquitectos de la reconstrucción de Europa tras la caída de Napoleón en 1815. Las reflexiones de Edmund Burke – traducidas al alemán por el mismo Friedrich von Gentz – le habían hecho aborrecer de las teorías y de las consecuencias de la Revolución francesa: escribió un ensayo en el cual sostiene la tesis según la cual la Revolución americana fue "una revolución no hecha, sino impedida", en cuanto que los americanos se habían sublevado en defensa de sus derechos fundamentales y sus peticiones eran moderadas; al contrario, los revolucionarios franceses, esperando remodelar la naturaleza humana y la sociedad, rompían con el pasado, retaban a la historia, abrazaban dogmas abstractos, cayendo bajo el dominio cruel de una ideología monstruosa. Es importante recordar que este estudio de Friedrich von Gentz fue traducido al inglés por John Quincy Adams, más tarde sexto presidente de los Estados Unidos, con el título The American and French Revolutions Compared.

P. En los dos episodios, ¿también fue distinta la actitud hacia la religión cristiana?

R. Friedrich von Gentz no trata la mayor diferencia, constituida precisamente por la hostilidad de los revolucionarios franceses hacia la religión cristiana y, al contrario, por el profundo apego a la misma por parte de los americanos. De hecho, contrariamente a lo hecho por la Revolución francesa, en América no se infirió contra la fe cristiana. La gran mayoría de los firmantes de la Declaración de Independencia estaba constituida por cristianos practicantes de una o de otra confesión y los cincuenta y cinco delegados a la Convención Constitucional eran casi todos – con la salvedad de tres o cuatro – miembros de una Iglesia. Así, en el trancurso de la Revolución americana, nadie fue perseguido por su fe religiosa.

Durante aquellos años, cuando las ideas de Juan Jacobo Rousseau dominaban el pensamiento francés, la más importante influencia intelectual en la América Septentrional británica era la producida por el rígido calvinismo de Jonathan Edwards. Mientras el pensador ginebrino defendía la natural bondad del género humano, Jonathan Edwards recordaba en su enseñanza la depravación de la naturaleza humana.

P. Sin embargo las ideas de la Ilustración, que ya eran dominantes en Francia antes del Ochenta y nueve, han penetrado al menos en parte en la Revolución americana. ¿Cómo pudo ocurrir, si los americanos se habían rebelado a la Corona inglesa sólo para afirmar sus derechos tradicionales de autonomía y de libertad?

R. Los hombres que han hecho la Revolución americana no proyectaban refundar substancialmente la sociedad: afirmaban que oponían resistencia a las peligrosas innovaciones del rey Jorge III de Inglaterra y de sus amigos – es decir, de los King´s Friends, un grupo que, en el parlamento inglés, apoyaba una política centralizadora – en nombre de los que Edmund Burke llamaba "los derechos constitutivos de los ingleses". Por lo tanto, eran más bien conservadores que innovadores, y trataban de evitar y no promover una revolución. Las cosas cambiarán en 1776, cuando a los revolucionarios americanos parecerá indispensable la alianza con Francia; en este sentido se pueden explicar las frases congeniales a los philosophes franceses presentes en la Declaración de Independencia: las mismas recuerdan el lenguaje de Thomas Jefferson más que el tono y la moderación de los típicos miembros del Congreso Continental de 1776, que reunía a los representantes de los primeros trece Estados Unidos americanos.

P. Al comenzar el siglo, en el History of American Political Theories de Charles E. Merriam, las dos tendencias afloradas tras la Revolución americana son descritas en estos términos: "Luego que la Independencia de Gran Bretaña fue conseguida y formalmente reconocida, dos claras tendencias aparecieron durante el período inicial de la Unión: la reaccionaria y la radical. La teoría del primer partido está claramente expuesta en la misma Constitución, en el Federalist y en los escritos de John Adams y de Alexander Hamilton. La teoría del partido radical es enunciada en el mejor de los modos por Thomas Jefferson, la figura central, sea en la acción práctica que en la filosofía política, de la escuela democrática".

R. El francófilo Thomas Jefferson era atípico respecto a los hombres que se sentaban en el Congreso Continental. Carl Becker, en su libro The Declaration of Indipendence, lo describe con estos términos: "No sin razón, Jefferson se sentía casi como en su casa en París. Por la calidad de su pensamiento y por su temperamento pertenecía realmente a la escuela filosófica de los enciclopedistas, aquellas almas generosas que amaban al género humano sin conocer demasiado a los hombres, que adoraban a la razón con una fe irracional, y se ejercitaban en estudios sobre la Naturaleza mientras cultivaban una estudiada aversión hacia "el entusiasmo" y la fuerte emoción religiosa. Como ellos Jefferson, especialmente en sus primeros años, sorprende porque se declara abiertamente como radical. A menudo advertimos cómo defienda algunas prácticas e ideas, cómo denuncie algunas costumbres e instituciones no tanto por reflexión autónoma o por convicción profunda acerca de la particular puesta en juego, cuanto porque, en general, estos son temas que un filósofo o un "hombre virtuoso" tiene naturalmente que defender o denunciar".

P. ¿Cómo se han desarrollado sucesivamente estas dos tendencias, la radical, liberal, y la conservadora en la historia americana?

R. La tendencia liberal, que se remite a Thomas Jefferson – presidente de los Estados Unidos de 1801 a 1809 – continuará en el Partido Demócrata, fundado durante la presidencia del general Andrew Jackson, entre 1829 y 1837, hasta la presidencia de Franklin Delano Roosevelt. Tras la muerte de este último, en 1945, los seguidores de Thomas Jefferson no serán muchos; también es necesario recordar que cuando los liberal se apoderan de su figura, a menudo la adaptan a sus exigencias.

P. ¿También John Fitzgerald Kennedy puede ser adscrito a esta tendencia?

R. El presidente John F. Kennedy representaba los intereses de las clases trabajadoras, de los inmigrados y del mundo agrícola; tenía además una connotación católica, aunque se tratara más bien de una inspiración que de un real apego a la Iglesia católica. Ha conseguido calar en los pobres y en los inmigrados, enfrentándolos a los denominados "intereses constituidos" que, según los liberal del Partido Demócrata, estaban representados por el Partido Republicano.

Con la presidencia de Ronald Reagan todo esto ha cambiado, también porque los inmigrados se han insertado en el país aumentando su tenor de vida. Se ha podido hablar así de "conservadurismo popular", que además también ha obligado al Partido Demócrata a asumir posiciones más conservadoras. El problema del Partido Demócrata consiste en el hecho que está muy dividido en su interior, mientras el Partido Republicano se ha convertido en la fuerza política pro-life, favoreciendo de esta manera la entrada de muchos católicos y de cristianos de otras confesiones, que un tiempo habían apoyado a John F. Kennedy y al Partido Demócrata.

También es necesario apuntar que la mejora de las condiciones de vida ha favorecido el desplazamiento de la lucha política al nivel de los principios, y no ya solamente al de los intereses a defender o bien a conquistar."

Por consiguiente, esta Europa norteamericana que todavía mantiene un espíritu, unos usos, unas instituciones y una Constitución premodernos, esto es, naturales y cristianos - al contrario de lo que ocurre en la Europa continental víctima de la alquimia social refundadora de la sociedad y heredera del siglo de las luces – representa actualmente el único bastión del mundo occidental y cristiano. Ello no significa, evidentemente, que debamos renunciar a un sano discernimiento de todo aquello que se oponga a la auténtica identidad norteamericana la cual, a pesar de las condiciones y premisas anteriormente citadas, es digna heredera de la Cristiandad romano-germánica así como se concretó en el área político-cultural anglosajona; ni que debamos renunciar a una sana dialéctica con las elecciones políticas y geoestratégicas de la administración norteamericana.

Se trata más bien de evitar aquella herejía cristiana que es la pérdida del principio de la realidad porque no conviene olvidar que: "[...] como demuestra su historia [de la Iglesia] bajo las autocracias totalitarias del siglo XX, puede ser ejercida [la libertad] solamente donde la Iglesia se vea libre de ataduras y de chantajes sistemáticos: realidades que también actualmente están presentes en todas las zonas no democráticas del mundo (12).

Por lo tanto -y matizando la cita anterior -, si ya la "democracia" en su versión liberal - así como se desenvuelve históricamente, sobre todo, en la Europa continental tras la Revolución francesa - no es ajena a imponer ataduras y chantajes a la Iglesia, tampoco cabe obviar el terrible holocausto de las conciencias y de las personas que se comete todos los días en los mundos culturales y religiosos que no respetan unos mínimos derechos de la persona. Ello implica, pues, que a pesar de la degeneración tendencialmente totalitaria a la que se ve sometido el actual régimen "democrático" sobre todo en la Europa continental por la conjunción de relativismo radical y supercapitalismo financiero (vuelvo a remarcar el sobre todo en Europa ya que en Estados Unidos por los motivos anteriormente expuestos existen todavía resortes culturales, socio-políticos e históricos que hacen más difícil la susodicha degeneración), es en el marco de la tantas veces vituperada - sin distinciones - civilización y libertad americana que todavía tenemos espacio suficiente para cumplir con nuestro deber-derecho de restauración del Reinado individual y social de Nuestro Señor Jesucristo. Y si es verdad que la libertad no es el origen de la Verdad, también lo es que sin la libertad la Verdad se ve impedida a desplegar sus infinitas potencialidades individuales y sociales, convirtiendo de tal manera a los portadores en cristianos incompletos cuando no "protegidos" ya que depositarios de una "culpa" que les hace merecedores de un "castigo"..

·- ·-· -··· ·· ·-··
Ángel Expósito Correa

Notas:

1) www.bcaresearch.com.

2) www.cia.gov/cia/publications/pubs.html.

3) Massimo Introvigne y T. Ángel Expósito Correa Salvar al soldado Chirac: el petróleo, Sudán y la libertad religiosa, http://www.iespana.es/revista-arbil/(68)ange.htm.

4) Massimo Introvigne y T. Ángel Expósito Correa Fundamentalismo islámico, terrorismo y guerra en Oriente Medio: de la cuestión palestina a la cuestión iraquí, .

5) Ibídem.

6) Giovanni Cantoni y T. Ángel Expósito Correa La "purificación de la memoria" y la devoción al Corazón Inmaculado de María para la nueva evangelización, .

7) Plinio Corrêa de Oliveira Revolución y Contra-Revolución, .

8) Marco Respinti y T. Ángel Expósito Correa Russell Amos Kirk (1918-1994), .

9) Ignacio San Miguel Patrick J. Buchanan y Occidente, .

10) Le due anime dell´America, entrevista realizada por Marco Invernizzi, "Cristianità", organo oficial de Alianza Católica, n. 170, junio de 1989.

11) Marco Respinti y T. Ángel Expósito Correa Edmund Burke, .

12) Pietro De Marco, citado por Giovanni Cantoni en La pace? Non è una ideologia. Guerra all´Iraq e coscienza dei cattolici, "Cristianità, n. 316, marzo-abril 2003.

 


Revista Arbil nº 70

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